¿Hermanos?

\Capítulo 18/

-¿Cómo que están juntos?-

DAIA POV

Fui saltando como una niña pequeña hacia la habitación y cuando entramos me tiré de un salto a la cómoda cama de dos plazas.

-Mañana va a ser un gran día.

-Ajá... - Dijo Matt distraído mientras prendía la televisión.

-Oye... Sé que no te agradan mucho mis primos pero tienen que soportarlos solo éste fin de semana, porfi.- dije haciendo pucheritos.

Él me miró y supe que estaba luchando contra mis morritos de bebé.

-Está bien, lo haré. Y no son tus primos los que me caen mal es su amigo.

-Hablas de... Ah... ¿Estás celoso de Carlos?- pregunté riendo.

-Ni lo menciones, ese enano pesado, siempre me cayó mal.

Reí como en el avión, pero me contuve de hacer la croqueta en el suelo.

Carlos es un amigo de mis primos Tomás y Ezequiel, siempre que nos visitaban él venía con ellos, y digamos que es un tanto pesado. A Matt siempre lo anda molestando y a mí siempre trata de besarme. Es un tanto incómodo...

Y por lo de enano, literal es una pulga. Aunque no lo veo desde los 12 años.

Me acosté bajo las sabanas, y cerré los ojos.

-Buenas noches Matt.

-Buenas noches enana.

Y así olvidando un poco a mi familia latina Silvera nos dormimos abrazados.

(*****)

-Oh por dios, ya están por llegar.- salté emicionada en el lugar.

Justo entraron unas 5 personas atropelladamente por la puerta.

-¿Cómo anda la barra?

-¡Tío!- fui corriendo a abrazarlo.

-¿Como está la pequeña D? Veo que no ha crecido mucho...

Lo fulmine con la mirada. Así es, toda mi familia, hasta la que vive a miles de kilómetros de mí, me hacen bullying por mi altura.
Vaya Ohana que tengo.

-Y usted sigue igual de obeso.

Nos reímos juntos y fui a saludar a los demás. Comencé con mi tía Claudia que me dijo lo linda que estaba, luego fui por mis primos que estaban igual de altos que Matt y ellos me despeinaron el pelo mientras yo les sacaba mi dedo favorito. Y finalmente, detrás de ellos, estaba el pitufo Carlos, aunque ahora estaba más alto aunque menos que Matt, él ojiverde si que era una jirafa.

Igualmente Daia, no cuesta nada pasarte en altura por tu aspecto de minion.

Ignore la estúpida vos de mi conciencia y lo saludé.

-Hola, Carlos. ¿Cómo estás?

-Mucho mejor ahora que te volví a ver Daia.

Siempre chamuyando éste chico.

-Carlos.- llegó Matt rodeando mis hombros con sus brazos y haciendo que chocase con su pecho.

-Matthew.- dijo con cierto enojo en el tono.- Veo que sigues con el mismo corte Jimmy Newtron, no has cambiado nada.

Los puños de Matt se cerraron hasta volverse blancos. Le toqué la mano para que se tranquilizara, y para suerte mia resultó.

-Veo que sigues con la misma estatura de Hobbie tú también.

Oh, ésto es una guerra declarada.

(*****)

Pasamos el resto del día recorriendo Hawaii, realmente es un lugar hermoso.

Aunque no pude disfrutar nada por las constantes peleas entre la jirafa y el pitufo.

Ya me estaban desesperando...

Llegamos a la noche y nos fuimos a cenar a un restaurante.

High, high, high.

Como diría Cloe y Mandy.

Ay, extraño demasiado a esos intentos de persona.

Nos fuimos a sentar a una larga mesa, frente a un ventanal que daba al jardín que estaba decorado al estilo hawaiano.

Pff, no me digas.

Carlos se sentó a mi lado izquierdo y Matt al derecho. Comenzamos a comer nuestra exquisita comida.

Entre todas las charlas sentí la mano de Carlos en mi rodilla, y al llevar vestido eso me hacía sentir un poco incómoda.

La quité de inmediato, pero el la volvió a ubicar en el mismo lugar.

-Acompáñame al jardín. - Susurró en mi oído.

-Estamos hablando, y no me apetece. - Dije quitando que repulsión su mano.

-No fue una pregunta, tu vienes conmigo.

Matt que estuvo presente en toda ésta 'secreta' conversación por fin intervino.

-Te dijo que no quería, además no la toques.

-Métete en tus asuntos Harrison, no tiene nada que ver contigo y si ella quiere o no, no te incumbe.

-Me incumbe si a la que tratas de 'llevar al jardín' es a mi novia, idiota.

Toda la mesa quedó en silencio.

-¿Qué acabas de decir Matt?- dijo lentamente mi padre.

- Tú y Daia...

- Si, estamos juntos madre.- dijo entrelazando mi mano con la suya.

-¿Cómo que están juntos?- dijeron nuestros padres a la vez.

Mi padre comenzó a sinchonear de su pelo frustrado, y mi madre nos miraba negando con su cabeza.

-Ahora, los dos, afuera al jardín, vamos a tener una charla.

Ellos se levantaron y nosotros dos les seguimos por detrás.

-Daia, lo siento tanto. No podía seguir mintiendole a mi propia familia.

-Tranquilo, saldremos de esta, juntos.

Juntamos nuestras manos de vuelta y caminamos hacia el jardín.

Mordi mi labio. ¿Qué pasará ahora?