Parte 6 "¿La Culpa o la Libertad del Pasado?"

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"YO, YO SOY EL QUE BORRO TUS REBELIONES POR AMOR DE MÍ MISMO, Y NO ME ACORDARÉ DE TUS PECADOS". (Isaías 43.25)

       Por diversas razones el pasado suele traer mucho dolor, angustia y vergüenza. Hay situaciones familiares, equivocaciones propias, pecados, que nos han hecho pasar por momentos traumatizantes, de mucha tensión y desesperación. Pero cuando estamos en Cristo, es decir, cuando Dios ocupa el primer lugar en nuestras vidas, algo especial pasa, nuestra naturaleza espiritual cambia, y somos nuevas criaturas. Entonces, surge la pregunta: ¿Por qué pareciera que seguimos ligados al pasado, porqué el pasado forma parte del presente? Porque el pecado del pasado también genera culpa, mucha culpa, y no siempre somos conscientes de ello. 

       Una mujer de 40 años de edad, gozaba de un matrimonio estable, buena posición económica y tenía un hijo de 6 años, pero no era feliz. Vivía constantemente con ataques de pánico, y siempre medicada. Una vez en una charla muy íntima había confesado que había abortado un hijo, cuando era una adolescente. Nadie lo supo y no se sentía lista para tener un bebé a los 16 años, sin casarse y sin una carrera. El problema es que, ella hoy, después de más de 20 años de aquél episodio, se sentía culpable de ese aborto, que ni siquiera podía disfrutar con el hijo que tenía ahora, siendo toda una profesional y estando casada. A pesar de haber aceptado a Jesús como su Salvador, ella no se perdonaba así misma aquel pecado criminal que había cometido. Es importante saber que el pasado tiene sus consecuencias, pero también, Dios, en su infinita misericordia desea liberarnos del pasado. Él lleva todo nuestra culpa en la cruz y dice que ya ni se acordará de todos nuestros pecados. ¿Por qué cargaremos con una culpa de la que ya Dios nos libró?

       No insistamos en culparnos del pasado, pues Dios dice: "De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron, he aquí todas son hechas nuevas". (2 Corintios 5.17). 

       El pasado ya no es importante ni relevante para Dios, porque la sangre de Jesús es lo suficientemente poderosa para borrarlo totalmente. La única razón por la que Dios nos llevaría a pensar en el pasado y recordarlo, es para restauración. No es para acusarnos, la culpa es un ataque directo de Satanás, él quiere esclavizarnos y que así no podamos disfrutar de la liberación del pasado que experimentamos en Cristo.

¿De qué sigo culpándome, a pesar de saber que Dios ya me perdonó y lo olvidó?

       CONÉCTATE CON DIOS: Señor, gracias por tu perdón. Hoy decido aceptarlo, me perdono a mi mismo, acepto la libertad de mi pasado, hoy declaro que las cosas viejas pasaron, y todas son hechas nuevas. Amén.

P.y V.P.

Cicatriz (Funky, Cantante Cristiano)


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