Parte 5 "Rechazando las Mentiras"

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"Y OYÉNDOLE HABLAR ELIAB SU HERMANO MAYOR CON AQUELLOS HOMBRES, SE ENCENDIÓ EN IRA CONTRA DAVID Y DIJO: ¿PARA QUÉ HAS DESCENDIDO ACÁ? ¿Y A QUIÉN HAS DEJADO AQUELLAS POCAS OVEJAS EN EL DESIERTO? YO CONOZCO TU SOBERBIA Y LA MALICIA DE TU CORAZÓN, QUE PARA VER LA BATALLA HAS VENIDO. DAVID RESPONDIÓ: ¿QUÉ HE HECHO YO AHORA? ¿NO ES ESTO MENO HABLAR?" (1 Samuel 17. 28-29)

       "El punto es, como David detectar la mentira y rechazarla". Poco antes del memorable enfrentamiento con el gigante, David recibió palabras muy duras de parte de su hermano mayor Eliab, quien impulsivamente criticó al joven pastor, teniéndoles en poco y juzgando equivocadamente su inquietud por las provocaciones del filisteo  hacia el pueblo de Israel. 

       Es esta escena David nos da el ejemplo de cómo debemos reaccionar ante este tipo de ataques. Lo que él enfrentó fue una mentira del enemigo que buscó distraerlo ante la misión que Dios tenía para él y la gran oportunidad de librar a su pueblo del acoso de sus enemigos. Si David hubiese puesto atención a las palabras de Eliab, probablemente el enojo y el disgusto hubieran hecho que él no se encontrara en buenas condiciones espirituales y emocionales para el momento de la batalla más importante de aquel día. Lo que el enemigo buscaba era herirlo en su identidad, en la manera como se veía a sí mismo y, sobre todo, evitar que él actuara conforme a la verdad de Dios.

"Dedícale tiempo a la Palabra de Dios

 para aprender sobre tu identidad en Él".

       Es interesante notar que la respuesta de David no fue evasiva, él entendió perfectamente el mensaje, pero al mismo tiempo podemos ver que él no devolvió su respuesta por el mismo canal por el que vino la provocación. En otras palabras, David no cayó en el juego del enemigo. Su respuesta sencillamente fue: "Estas son acusaciones infundadas, por lo tanto, no les prestaré atención." David entendió que no valía la pena considerar, y mucho menos discutir, aquellas palabras que eran "mero hablar", es decir, puras mentiras.

       Nuestra mente es frecuentemente vulnerable a este tipo de ataques. El enemigo sabe muy bien que logrando introducir una mentira en nuestros pensamientos acerca de nosotros mismos, hacer de los demás o acerca de Dios, tendrá cierto control sobre nuestras reacciones y lograr que no estemos en condiciones para enfrentar nuestras grandes batallas y oportunidades. Estas mentiras pueden llamarse:

      Complejos, incredulidad, sospechas, comparaciones... etc. Estas mentiras duelen mucho cuando vienen a través de personas que amamos y que por ser quienes son deberían alentarnos, cuidarnos y afirmarnos (como el caso de David, la mentira vino a través de un hermano mayor), y la forma como viene envuelta la mentira suele ser múltiple: una ofensa, un abuso, una burla, una decepción, etc. El punto es, como David, detectar la mentira y rechazarla.

       Pero quizás te preguntes, si hay mentiras que ya se han alojado en tu vida en el pasado. La buena noticia es que todavía tienes la chance de desalojarlas. Si eres de Cristo, dedícale tiempo a la Palabra de Dios para aprender sobre tu identidad en Él, es decir, quién eres en Cristo y a través de Él. El Espíritu Santo está dentro de ti para guiarte a toda verdad y enseñarte a detectar y rechazar las mentiras que toquen a la puerta la próxima vez.

       Si aún no has aceptado a Jesucristo como tu Señor y Salvador, debes: 

1) Reconocer que eres pecador; 

2) Confesar tus pecados a Jesús; 

3) Pedirle a Jesús que entre en tu corazón y sea tu Salvador.

Ahora, repite esta oración en voz audible:

       Jesucristo, me arrepiento de todos mis pecados y te recibo a ti como mi único y personal salvador.

      Si seguiste estos pasos, ya eres una nueva persona y Jesús ya entró en ti. Y nuestro enemigo es Satanás.


¿Cuáles de las mentiras del enemigo he aceptado, acerca de mi mismo, acerca de los demás o acerca de Dios? En adelante, ¿Qué actitud debo asumir para evitar abrir la puerta a nuevas mentiras?

       El primer paso par rechazar las mentiras es negarles el acceso a nuestro corazón, evitando responder por la misma vía por la que vienen, considerarlas "mero hablar" del enemigo y no prestarles atención.

       CONÉCTATE CON DIOS: Amado Dios, gracias porque en Ti se encuentra toda la verdad. Ayúdame a descubrir las mentiras del enemigo, dame el discernimiento necesario para actuar correctamente cuando soy atacado, y has que yo pueda afirmarme en Tu verdad cada día. Amén.

F.S.

Un viaje al centro de tu CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora