Capítulo 2 - Yesenia

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Abrió los ojos, para encontrarse con un techo oscuro con entramados que lucían como lunas y estrellas. Tardó en recordar dónde estaba y cómo había llegado allí, hasta que una sucesión de imágenes golpeó su conciencia.

Ella es tu hermana, y tú eres Chiara Vasirani.

Con un disparo de adrenalina, se levantó para sentir que el mundo daba vueltas violentamente. Un mareo la obligó a detenerse, reconociéndose a sí misma sobre uno de los sillones de la sala en la que hacía instantes miraba las fotos. Cerró los ojos para calmarse, al mismo tiempo que oía una suave voz.

— ¿estás bien? —preguntó una voz masculina, profunda y armoniosa. Sus ojos se posaron en la pared, donde un joven la evaluaba cuidadosamente. Su aspecto pulcro combinaba con el aspecto sobrio de la casona. Sus ojos negros la miraban con tal intensidad que Yesenia necesitó dejar de mirarlo por un instante, acomodandose en el sillón para intentar reincorporarse.

— Sí, gracias —respondió en voz queda, observandolo de reojo. Él comenzó a caminar hacia ella lentamente con una expresión tormentosa. Estando a su lado, se dio cuenta lo alto que era, el tono de su piel trigueña, y su cabello oscuro peinado cuidadosamente lejos de su rostro.

— Me alegro —una suave sonrisa cruzó sus labios; optimista, simpática. Se sentó a su lado, extendiendo su mano con gentileza. Parecía que cada movimiento que daba alrededor de Yesenia, era calculado y cuidadoso— Es un placer verte, mi nombre es Bastian Elizalde —ella dudó antes de tocar su mano, sintiendo una extraña electricidad en su cuerpo. Intentó no lucir lo nerviosa que se encontraba.

— Mi nombre es Yesenia Suarez —respondió, sintiéndose inhibida ante la oscura intensidad de sus ojos. él suspiró suavemente, casi desapercibido, y sonrió. Una sonrisa que le sorprendió, porque era familiar y sincera, expectante—. ¿Nos conocemos? —preguntó tras observar con cuidado, estaba segura que nunca lo había visto, pero había algo en la forma en que la mirada, sonreía y se comportaba que le resultaba extremadamente familiar.

Él ocultó una sonrisa tímida tras su mano. Y Yesenia volvió a mirar la habitación en la que se encontraba, que era igual a las que había visto en sus sueños.

— He soñado con este lugar mucho tiempo. Siempre creí que era solo parte de mi imaginación, pero cuando encontré que el edificio en realidad existía, me cambió todo... —explicó. Bastian ladeó su cabeza, meditabundo.

— ¿Y se ve cómo en tus sueños? —preguntó curioso, con un aura melancólica.

— Si —susurró Yesenia, porque si lo decía fuerte, tenía miedo de estar enloqueciendo y salir corriendo—. No creo que me...

— Te creo —sentenció él sin preámbulos, con la mirada firme y su actitud segura. Yesenia respiró hondo, y se recostó sobre el sillón, admirando nuevamente cada detalle. Absorbiéndolo para poder recordarlo siempre. Sin estar segura si volvería a estar allí dentro.

— ¿Cómo es posible? Nunca estuve dentro, ni siquiera vivo en la misma zona —dijo Yesenia, dubitativa. él se acomodó a su lado, con cierta actitud pensativa. Había una calma a su alrededor que le resultaba reconfortante.

— Porque lo que has visto no son solo sueños —respondió, con los ojos en sus manos—. Hay personas que pueden ver a través de sueños fragmentos de sus traumas, preocupaciones, y algunos... sus vidas pasadas —agregó. Yesenia lo notó tenso, como si tuviese miedo a la respuestas de sus palabras.

Ella no respondió inmediatamente. Solo pensó en todos los sueños que tuvo; las visiones estaban relacionadas entre sí, siempre eran las mismas personas y no eran solo secuencias sin sentido. Tu eres Chiara Vasirani; la voz de la sirvienta volvió a retumbar en su mente.

La Heredera |Finalizada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora