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Capítulo 17 (dedicado a mi truchita)
'' No podrás nadar hacia nuevos horizontes si no tienes el valor de perder de vista la costa. ''

Llegamos al recinto de Julien tres horas después de aterrizar en Francia, por lo que se disculpó al menos diez veces diciendo que si hubiera sabido que había tanta nieve -lo que no era del todo malo- habríamos cogido el helicóptero.

- Tal vez la proxima vez -dijo.

La próxima vez. Daba por hecho que habría una segunda vez. Eso todavia estaba por verse.

Estabamos a veintitrés de diciembre y todavía Julien no había dicho nada de la cena de navidad, así que tuve que sacarselo yo. Los dos solos no parecía un mal panorama para hacerlo, no? Sawyer y Pritzh, en los dos coches que nos seguían no podían escucharnos así que, que más da.

- Y de la cena de navidad, ¿Tienes algo pensado? -dije desde el sillón a su derecha, intentando sonar lo más despreocupada posible.

- Eeehh pues... -dijo pasándose la mano por el pelo. Nervioso.

Oh dios mío. Algo va mal.

Alcé las cejas dandole a entender que esperaba su respuesta.

- A-Algo hay, sí -contestó finalmente.

La cena de navidad me era más especial de lo que me gustaba admitir. Siempre la había pasado rodeada de mi familia... Sentí un escalofrío al recordar la Nochebuena de hacía apenas tres años. Aquella noche. Aquello no fue lo más apropiado, debería haber tenido mas tiempo para... Acostumbrarme.
Pero tampoco me arrepiento. Fui yo la que insistió, a pesar de lo que dijeron los médicos. Así que la visión de una nueva experiencia navideña con una persona casi desconocida me daba pavor. Obviamente.

Miré de reojo a Julien y el me devolvió una mirada tranquilizadora. Buscó mi mano con la suya sin apartar la vista del camino verde y no me soltó.

Rodé los ojos, como para enfadarse con ese hombre.

Cuando el camino se acabó, los árboles a nuestros lados se abrieron alrededor de todo un recinto. Más que una mansión parecía un hotel, por lo que esperaba estar en lo cierto.

Julien giró el volante y aparcamos cerca de un caminito que daba a la entrada. Por algunas de las cristaleras se veía lo que parecía ser un salón con varias luces encendidas. Parecía cálido. Parecía una casa.
Vaya.

- ¡Abajo! -exclamó emocionado.

Tanto que me asustó.

Unos hombres se apresuraron a recibirnos y el francés los saludó en su idioma idioma natal. Italiano. Lo que me descolocó al reconocerlo; aveces se me olvidaba que de pequeño había vivido allí. Me quedé a solas un momento y respiré escuchando su voz atrapada en el exterior. Estás aquí, Phoebe. Es real. Aproveché mientras aclaraban algunas cosas para revisar el móvil. Tenía correo electrónicos del trabajo. Me aseguré de que Julien no estuviera mirando y los abrí. Nada importante, solo las gráficas semanales de progreso; y eso tendría que estudiarlas mas detenidamente sin la vigilancia de cierto caballero.

También tenía algún whatsapp, lo que era raro; y triste. No tenía demasiada gente que quisiera chatear conmigo, pero bueno; me reí mentalmente.

Haley: ¡¡¡Rose!!! Ya te echo de menos :(

Haley: Dale saludos a tu familia de mi parte!!! Tienes suerte de pasar las navidades en Texas, no sabes el frío que está haciendo aquí XD

Le contesté automáticamente con un nudo en la garganta, me daba demasiada vergüenza hacerla vivir una mentira.

Oh, vamos. Pero si solo llevo un par de días fuera... :Yo

PHOEBE GREYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora