Decisiones Extremas

Capítulo 8: Confusión

Al llegar a la calle, Ann la estaba esperando sentada en los escalones de la entrada del edificio de al lado.
-¡Ya era hora! Cuánto más ibas a hacerme esperar, me debes dos helados.
-¡¿Dos?! Ni que hubiese estado una semana.
-Ya lo sé, pero me gusta molestarte- le dedicó una mirada complice- ¿Y? ¡Cuéntame de qué se trata!
-Eeeeh...- No podía decirle la verdad, no se la diría aunque no hubiese firmado el contrato.-Ees... un... programa de formación de secretarias y recepcionistas.
-¡Wow! Que suerte, y raro. Pero... si te van a preparar entonces no es pago, ¿o si?
Tenía que improvisar.
-S-sí, bueno lo que pasa es que solo dura un mes, y tendré un sueldo mínimo. Lo necesario para comer según este tipo.
-Aah ya veo-suspiró- Me pone muy contenta por ti. Ojalá tengas muchísima suerte.- La abrazó de repente y Olivia se sentía de lo peor al estar mintiéndole así a su mejor amiga, pero no había nada que hacer. Ahora lo único que necesitaba era llegar a casa y pararse a pensar en todo lo que ocurrió en esa reunión.

Luego de haber hecho el almuerzo para sus hermanas, se encerró en su cuarto y se sentó sobre la cama. Respiró ondo. Todo parecía pasar más lento a su alrededor, como si ella estuviese flotando dentro de una nube de confusión y angustia, desde que pisó fuera de la "dichosa" oficina se sentía así, desorientada.
Tomó el sobre marrón a su lado y lo abrió, dentro de él habían por lo menos 10 hojas llenas de información que procesar. Comenzó a leer:

La contratada accederá a cumplir con los siguientes términos y condiciones:

1) Total y completa disposición horaria.

2)Chequeos médicos completos, que certifiquen el óptimo estado de salud. Los mismos serán brindados por la empresa las veces que lo crea necesario.

3)Mantener una condición física idonea a partir del ejercicio regular y un plan alimenticio de acuerdo a los requerimientos diarios de la empleada. Ambos dos brindados por la empresa.

4) Predisposición y buena actitud para con el cliente.

5) Puntualidad y responsabilidad tanto para la empresa como para el cliente.
(...)

La lista era larga y solo leyendo esta primera parte le alcanzó para darse cuenta de cuan en serio eran las cosas. Por lo que pudo notar, se preocupaban mucho por su bienestar, eso la tranquilizaba un poco. Pero... Había una pregunta que no dejaba de darle vueltas por la cabeza. ¿Por qué una empresa de éste tipo, seria, y destinada a personas de la alta sociedad se iba a interesar en Olivia Dawson, una adolescente ingenua, sin estudios, sin ser una "belleza de un millón de dólares" o tener algún talento extraordinario, sabiendo que tiene una familia a cuestas, una madre al borde de la muerte y serios, serios problemas económicos... por qué? Quizás era eso mismo, eligen a alguien lo suficientemente necesitado como para aceptar esa clase, esa humillante clase de empleo sin pensárselo dos veces. Podría ser eso, pero aún así esa era una pieza que no terminaba de encajar en ese horrible rompecabezas imaginario que había en su mente.
El sonido del teléfono interrumpió sus pensamientos, lo atendió luego de haberlo dejado sonar varias veces, puesto que estaba tan concentrada que ni lo había notado...
-¿Diga?
-¿Olivia?- esa voz resultaba familiar- Buenas tardes Olivia, habla el doctor Brown, ¿cómo estás?
-¡Doctor! Hola, yo estoy bien, gracias, ¿ha pasado algo? ¿Cómo está mamá? Estoy esperando el horario de visitas para pasar a verla.
-Está delicada cariño, no pasó muy buena noche ayer... De eso quiero hablarte, pero necesito que sea en persona, ¿podrías venir por favor?
Ese maldito nudo en la garganta vuelve a aparecer, estrujó con fuerza el papel que tiene en la mano para evitar llorar y poder responder.
-Si, enseguida voy para allá.
-Muchas gracias, nos vemos.
El doctor cortó y Olivia tragó grueso, no quería que sus hermanas la vieran salir triste, se preocuparían...
Salió del cuarto y se despidió de ellas.
-Nicky, escúchame linda, necesito que cuides a Molly por unas horas por favor. Tengo que salir, ¿si?
-Esta bien pero ¿Pasó algo malo?
-No, no es nada de que preocuparse, solo tengo que hablar algo con el doctor Brown. Hagan la tarea y si necesitan ayuda lo dejan y yo cuando vuelvo les ayudo.
-Bien. ¡¿Escuchaste?! ¡Estoy a cargo!- le gritó Molly a Nicky que estaba muy entretenida mirando la oruga que se arrastraba por el borde de la ventana.
-Nicky, voy a salir. Obedece a tu hermana ¿si?
-Ooh -se quejó- ¡Pero dile que me deje comer galletas!
Olivia sonrió, es tan tierna en su inocencia, no se entera de nada del mundo que la rodea... Si la vida fuera asi de simple...
-Bien... Déja que tome las galletas, pero las de chispas no eh! Que esas son mis favoritas- Bromeó, las tres rierony su hermana mayor las abrazó a ambas antes de salir apurada camino al hospital.

Al llegar y preguntar por el doctor Brown solo tuvo que esperar unos pocos minutos hasta que él llego.
-Hola Olivia, perdón por hacerte venir tan de repente pero es que necesitaba hablar contigo lo antes posible.
-No pasa nada, dígame.
-Verás... Jennifer tuvo otro ataque de vómitos anoche, y fue muy dificil detener el sangrado...
-¡¿Otra vez?! ¡Ay Dios mio! ¡Déjeme verla por favor!
-No podemos aún querida. Escucha, logramos estabilizarla nuevamente pero tuvimos que hacer una gran transfusión de sangre, ya sé que te duele que te lo diga pero a más tiempo pase si ese transplante no se realiza, menos posibilidades de recuperación tiene... Y me temo que esa fecha de caducidad esta demasiado cerca.

Basta. Las lágrimas brotaron de sus ojos a más no poder, ¡¿qué tanto más inutil tenía que sentirse?! El odio hacia su persona no podía ser mas grande, su madre estaba muriendo y ella no hacía nada, ¡NADA! ¿Qué clase de hija era? Un fracaso, por supuesto. No podía estar de brazos cruzados por más tiempo. Llorando y pataleando de la impotencia no iba a salvarla. Y ahora que la solución estaba en sus manos, era hora de ser valiente, de arriesgar a todo o nada, aunque duela y cueste horrores, había tomado una decisión. Necesitaba ese trabajo cuanto antes.