Capítulo 11: Contrato.

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Bueno no me resistí a esperar al Lunes así que lo publico hoy :3 no prometo nada pero quién dice y en la semana hay algún capítulo más?? Si no lo hay, el Lunes seguro que si :D

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Al levantar la vista pudo verlo. El mareo comenzó a disiparse de a poco permitiéndole distinguir un par de ojos celestes como el mismo cielo, y unos mechones ondulados color castaño claro cayendo sobre la frente de un joven de semblante preocupado pero a su vez tan... Angelical.

-Ey, oye ¿estás bien?

Tragó saliva, las palabras daban vueltas por su mente hasta que por fin pudo responderle.

-Si, lo siento mucho- intentó reincorporarse para desprenderse de su agarre, pero él dudaba que ella pudiese mantenerse de pie.

-¿Estás segura? Casi te estampas contra el suelo.- Se rió un poco de su propio chiste.

-Estoy bien, en serio.- E insistió en hacer que la suelte. Se estabilizó con algo de esfuerzo y poco a poco sintió como si le sacaran el tubo de cristal en el que estaba metida tras tanto malestar.

-¿Quieres que llame a una ambulancia? ¿Sueles tener presión baja o algún otro problema?

-No, no. Ninguna de las dos- El joven esbozó una cálida sonrisa.

-¿No hay nada en que pueda ayudarte? Algo de agua tal vez...- dijo con resignación. Parecía una buena persona y no quería rechazarlo tanto.

-¿Tienes? -le dió algo de vergüenza decirle eso, pero sintió que tenía que dejarle ser amable, aunque lo había sido.

-Voy a comprar una.- en seguida se dispuso a salir caminando.

-Espera, ten.- le extendió una mano con el dinero.

-No te preocupes- volvió a sonreirle- El quiosco está a unos pasos, espérame aquí por favor.

-Bueno.- Se apoyó contra la pared de una librería y esperó a que aquel bondadoso joven volviera.

Que desastre, tener que preocupar a un desconocido y para colmo hacerlo pagar una botella de agua. "Bravo Dawson. Bravo".

-Regresé, aquí está- El muchacho le dió la botella resién comprada con la misma sonrisa amable.

-Muchas gracias, y de verdad, perdón por la molestia, soy una tonta...- dió un sorbo.

-No digas eso. No fue nada, por suerte pude atajarte a tiempo sino, esa cara tan bonita hubiese quedado muy lastimada.- Olivia se ruborizó al instante, nunca nadie le había hecho un cumplido así, fue en una situación extraña, pero aún así le pareció muy bonito.
Lo miró a los ojos y éstos le produjeron una peculiar sensación de paz, algo en él era especial, podía sentirlo.

-Muchas gracias, de nuevo- Rió nerviosa.-Fuiste muy amable conmigo pero ya tengo que ir a casa. Hasta la próxima- Le dedicó una última sonrisa, un gesto con la mano y comenzó a caminar hacia la estación dejandolo solo.

-Adios, Olivia.

Esto último lo dijo la distancia, cuando la campana que avisa que el tren está por llegar empezó a sonar y Olivia tuvo que apurar el paso.

Al subir al tren, se acomodó en el asiento, relajada por fin dió un gran suspiro de alivio y se perdió en el tan agradable sonido de las ruedas del tren sobre las vías. Y se tomó su tiempo para pensar ¡Que raro fue todo eso! Hasta un poco tierno también, volvió a sonreírse al recordar el cumplido que él le había hecho. Ese muchacho... Ahora que lo pensaba bien, la había salvado. Si hubiese llegado a caer de manera en que su cabeza recibiera todo el impacto de seguro no estaría en ese asiento ahora...
¡Que suerte había tenido de que él la haya visto!
Pero su sonrisa se desvaneció al caer en la realidad "Es una pena saber que no voy a volver a verlo... Y ni siquiera sé su nombre" sujetó la botella de agua que le regalaron y la miró con melancolía. "Su nombre" resonó en su cabeza. ¿Acaso ella si le había dicho el suyo? No lo recordaba, pero si no lo hizo entonces ¿Cómo es que él lo supo?
Quizás en realidad sí se lo había dicho y no lo recordaba por el estado en el que estaba, los mareos que tuvo no la dejaban recordarlo... Sí, debió haber sido eso. Seguramente.

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