B)Pensamientos negativos:
¿Qué me preocupa? ¿Qué temo? ¿Qué pienso que me va a suceder?: hay que intentar concretar; por ejemplo, "voy a perder el control" "me va a dar un infarto"...
Evidencias a favor y en ontra de que realmente suceda lo que pienso: ¿Siempre que se tiene un síntoma es por la misma causa? ¿se tienen las mismas consecuencias?¿todas las personas que tienen taquicardia sufren un infarto?¿las taquicardias no pueden producirse también con el ejercicio?¿las personas que hacen ejercicio les da un infarto?
¿Qué probabilidades hay entonces de que ocurra lo que temo? La persona que le ocurre suele tener casi absoluta certeza de que le va a ocurrir lo que teme. La probabilidad de que ocurra algo es igual o incluso menor que en cualquier otra circunstancia y desde luego no tiene nada que ver con los síntomas de la ansiedad. ¿Nos merece la pena vivir angustiados ante la probabilidad de que nos ocurra algo que es tan improbable como que nos pueda pillar un coche cuando salimos a la calle, por ejemplo?
¿Existen otras explicaciones a lo que me está sucediendo? Por ejemplo, la hiperventilación que se produce durante la crisis de ansiedad hace que se produzca un desequilibrio de oxígeno en sangre y que la otra persona se sienta mareada o que sienta sensación de ahogo, entre otros síntomas.
¿Me ayuda estar constantemente preocupado por la posibilidad de que ocurra lo que temo, o por el contrario, me aumenta la ansiedad?
Entonces ¿qué sentido tiene estar permanentemente preocupado por algo que es muy improbable que suceda y que además el pensar en ello contribuye a aumentar la ansiedad?
Miedo a padecer un infarto o ataque cardíaco:
Este miedo se basa en que durante una crisis de ansiedad se pueden tener palpitaciones, opresión o dolor en el pecho y sensación de entumecimiento en los brazos. Las palpitaciones se pueden producir durante el ejercicio físico (ej. correr) y no por ello se sufre un infarto. La opresión en el pecho es el resultado de la hiperventilación que se produce siempre ante situaciones de ansiedad que hace que se fuercen los músculos intercostales (como ocurre cuando se fuerzan ante la tos intensa).
La diferencia se encuentra en que cuando tenemos los mismo síntomas por algo que podemos xplicar (ejercicio, tos...) no nos preocupan y eso hace que cedan rápidamente. Sin embargo, cuando nos ocurre una crisis de ansiedad, al no encontrarle explicación, se incrementa el miedo y con ello los síntomas.
Miedo a la asfixia:
La sensación de falta de aire y el temor a morir asfixiado son dos de las manifestaciones más angustiosas de los ataques de pánico. Se puede tener sensación de que se necesita respirar más y sin embargo parece que el aire no entra en los pulmones. Lo que ocurre es que se está hiperventilando; en los pulmones hay más aire del necesario. En algunos casos el miedo a la asfixia es tal que la persona controla su repiración como algo que debe vigilar.
La misma sensación de falta de aire se puede conseguir forzando la respiración e intentando respirar lo más rápido posible durante unos minutos.
Miedo al desmayo:
Algunas crisis cursan con mareo, vértigo o inestabilidad, acompañado de debilidad o visión borrosa, lo que hace pensar a la persona que se va a desmayar.
Se suele tener miedo a que ocurra algo parecido al coma, miedo a perder el control de uno mismo, caer y darse un golpe o simplemente hacer el ridículo.
Es muy difícil que una persona pueda desmayarse en estas situaciones, puesto que la presión arterial se eleva, y para que se produzca un desmayo la tensión arterial tiene que bajar (lipotimias: desmayos por baja tensión). Se pueden experimentar las mismas sensaciones de debilidad, mareo y sensación de desmayo haciendo ejercicios de hiperventilación y poniéndose de pie inmediatamente tras finalizar la prueba.
Miedo a perder el control sobre sí mismo o a enloquecer:
Para algunos significa enloquecer y para otros hacer cosas como gritar, correr o incluso tirarse por la ventana. Se suele acompañar de sensación de irrealidad y a veces de parestesias (adormecimiento, entumecimiento, hormigueo) en los brazo y piernas, además de dificultad para pensar.
Cuando se tiene una crisis de angustia se pueden sentir deseos de correr o gritar como medio de desahogar la tensión que se siente; además aunque cuesta pensar racionalmente en ese momento y se sienta levemente desorientado la persona es totalmente consciente de lo que está sucediendo.
Miedo al miedo:
Algunos pacientes con el tiempo dejan de temer que les suceda algo grave, como morir de un infarto o afixiarse durante la crisis, pero los síntomas son tan desagradables que los temen, aunque sepan que no son peligrosos. Recordar que no hay ningún peligro asociado a ellos, que los síntomas son semejantes a los que podemos provocarnos nosotros mismos tras el ejercicio o forzando la respiración, saber que durarán poco tiempo y después pasaran a intentar aplicar técnicas de control de la ansiedad como la relajación o la distracción, ayudan a perderles el miedo y con ello conseguir que disminuyan poco a poco.
Llevar encima una tarjeta con las siguientes anotaciones puede resultar útil en los momentos de bloqueo mental: "estos son síntomas de ansiedad", "la ansiedad no es peligrosa", "estoy hiperventilando, voy a concentrarme en la respiración abdominal", "si intento relajarme se pasará en unos minutos" ...etc
La reflexión sobre estos miedos se resume en dos preguntas:
¿En que me baso para estar seguro/a de que me ocurrirá algo grave si ya me pasó en otras ocasiones y nunca ocurrió?
¿Qué es lo peor que puede pasarme?
Es muy importante recordar que el ataque de pánico en si mismo es inofensivo (NADIE SE HA MUERTO DE UNA CRISIS DE ANSIEDAD) y las técnicas de control de ansiedad no son técnicas de supervivencia, sino que sirven para disminuir el malestar. Si no se tiene esto presente cuando las técnicas por alguna razón fallan, se puede pensar que la ansiedad es tan intensa que en esta ocasión si se producirá la muerte (por ejemplo) o que realmente no es ansiedad y que es un problema físico real.
Cuando una persona tiene ansiedad o está sufriendo un ataque de pánico, hay varias cosas que puede hacer. Por un lado puede intentar controlar la ansiedad recordando que nunca es peligrosa, respirando suavemente y dejándola que vaya y venga sin ofrecer resistencia, ya que a veces, son justamente los intentos por eliminar la ansiedad los que acaban produciendo mayor malestar y angustia. Si no se le tiene miedo y no se ofrece resistencia aumenta la probabilidad de recobrar más rápidamente la normalidad.
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Agorafobia y fobia social
RastgeleHe pensado escribirlo e ir poniendo historias, consejos y cualquier cosa relacionada con la agorafobia y la fobia social para personas que también lo tengan o para personas que quieran saber más sobre estas fobias. Espero que os animéis a contar por...