Campamentos en acción [EDITANDO]

27_Mi última semana (5) Feliz cumpleaños II

-¿Luke?-Pregunté intentando ocultar el asombro en mi voz.

-Feliz cumpleaños Paula.-Dijo sentándose a mi lado.

Estaba algo nerviosa aun teniendo las maravillosas vistas. Me refiero al mar eh.

-¿Qué tal?-Me preguntó él y aunque sabía que me miraba yo seguí mirando al frente.

-Bueno... Vas a ser una de las pocas personas que lo sepa pero... Me voy de aquí... A Londres... Mañana.-Dije con una mueca triste y cuando me giré me perdí en esos ojos avellanas de los que estaba enamorada.

-¿Por qué?-Hice una mueca triste y en seguida se corrigió.-Es decir, si no me quieres contar...

-No, da igual. Mi madre ha ganado la custodia de su divorcio y me lleva a vivir con ella...-Dije mirando a las olas que se movían tranquilamente.

-¿No se puede hacer nada?-Negué con la cabeza.-Bueno pues entonces te lo diré ahora.-Hizo una pausa y lo miré.-Paula eres una de las personas a las que más he querido y la persona que me ha enseñado a amar. Podías hacerme cambiar de humor con un solo gesto, una sola palabra o incluso con tu presencia. Te he amado como nunca amé a nadie, y aunque me mates por esto, amo a Lucy como alguna vez te amé a ti. Ella ahora es indispensable para mí y aunque la ame más que a mí mismo, tengo que confesar, que te amé más a ti. Porque eras especial para mi. Y tienes un don para hacer felices a las personas que te rodean. Aprovéchalo, te vendrá muy bien en distintas ocasiones.-Se acercó a mi y besó mi mejilla, cuando se separó le miré con expresión triste.

-Yo Luke también te amé y muchísimo. No era mi intención...-Me cortó.

-Ya da igual.-Buscó algo en su bolsillo.-Por cierto, toma tu regalo.-Cogí la caja de terciopelo negro que me tendió.

-Oh, Luke, es precioso.-Dije admirando el precioso colgante que me había dado. Representaba una luna y un lobo de plata.-Y no hacía falta.-Le reprendí como una madre a su hijo cuando hace algo mal.

-Claro que hacía falta Paula.-Dijo rozando mi mejilla con el dorso de su mano.-Ven que te lo pongo.

Me di la vuelta y el pasó las manos por mi cuello. Mi piel se erizó con el roce de sus manos en mi nuca. Cuando me di la vuelta me miró a los ojos y se acercó hasta juntar nuestros labios en un beso. Un beso de despedida.

-Es contradictorio, pero amarte de esta manera, aunque sea un poco, menos de lo que me gustaría me duele.-Dijo con la voz quebrada.

-Dios Luke, te amé muchísimo y en eso espero que estemos de acuerdo.-Dije y ambos reímos.-Pero las últimas semanas en el campamento han sido las más felices y tristes de mi vida. Todo cambió cuando llegué y me defendiste de Saray y su séquito. Pero tienes que entender, que al igual que te amé, te odié por lo de Lucy.-Él bajó la mirada avergonzado y levanté su barbilla para que me mirase a los ojos.-Pero estoy feliz porque hayas encontrado a alguien que te ame incondicionalmente, que esté ahí y que te ame tanto como tú la amas a ella. Y dile a Lucy, que te llega a hacer algo y la destierro de mis dominios.-Dije moviendo mi pelo como una diva.

Él se levantó y me abrazó, luego se separó.

-¿Quién más sabe de... Ya sabes... Que te vas?-Dijo él tragando saliva.

-Zac, Tessa y supongo que Dan.-Dije encogiéndome de hombros.

-Bueno, dejemos las penas a un lado, ahora...-Hizo una mueca que conocía perfectamente y de un momento a otro estaba en el hombro de Luke.

-¡Luke ni se te...!-Pero ni siquiera terminé la frase, cuando estaba en el agua que por cierto...-¡Mierda, está helada!

Él se empezó a reír y me subí encima de él, haciéndole una ahogadilla o aguadilla (como queráis decirlo)

Ahora era yo la que reía como una morsa con ataques de epilepsia. Y de un momento a otro el agua estaba lleno de adolescentes tirándose agua unos a otros. Incluso Dan y Tessa estaban. Y lo que vino después me asombró.

Dan cogió de la mano a Tessa y la acercó a él besándola. Todos empezamos a aplaudir y a vitorear y aunque estuviese todo oscuro, apuesto a que Tessa estaba roja.

Cuando todos decidimos salir del agua, por nuestro bien y el de no resfriarnos, no sentamos en la arena en un círculo.

Hicimos una fogata y comimos nubes de colores. Ummm... Solo les falta nutella.

Todos estábamos callados y se me ocurrió una idea.

Empecé a cantar y en seguida, todos pusieron su atención en mí.

La canción era "Si preguntan por mí de Alex Ubago" y obviamente la letra concordaba perfectamente con lo que quería expresar y en realidad pensaba.

"A pesar, que la luna no brille, mañana,
dará igual, solo verte reir
es lo que me hace feliz, mi alma.
Y es verdad que una mirada distinta
o algún gesto más frío, se clava,
en mi pecho daga del desconcierto pero amor,
ahí está la magia.

Porque te veo niña y ya te hecho de menos,
no imagino mis heridas si algún día te vas lejos,
por esto, mi vida.

Si preguntan por mi, no les digas donde fui,
que tu alma sea fuerte cuando mires hacia el frente,
no recuerdes todo lo que no te di.

Es que quedan tantas cosas por contarte y que me cuentes
tantos ratos y pasiones por vivir, a tu lado, oh mi vida.

Y ojalá, que nuestros ojos si brillen, mañana,
que tu voz siga pidiéndome a gritos amor,
a gritos de esperanza.

Ahora que te tengo no pienso perder el tiempo,
ni perderme por mi absurdo ego ni un solo momento,
se esfuma, el miedo.

Y si preguntan por mi, no les digas donde fui,
que tu alma sea fuerte cuando mires hacia el frente,
no recuerdes todo lo que no te di.

Que tu luz brille por siempre porque tu te lo mereces
y perdona si algún día pretendí,
que no fueras, oh tu misma.

Y si preguntan por ti, solo diré que te vi,
en mis sueños una noche
y solo sueño desde entonces,
para verte cada día junto a ti.

Es que quedan tantas cosas por contarte y que me cuentes
tantos ratos y pasiones por vivir, a tu lado, oh mi vida.
A tu lado..."

Durante toda la canción miré a Thomas, aunque él no entendiese nada y me mirase confundido, con esa canción le podía decir todo y a la vez nada. Pude divisar entre toda la gente a Zac que me miraba entre triste y comprensivo.

De ahí surgieron canciones más animadas como "How deep is your love" o "No de Megan Trainor".

Y así fue mi última noche en el campamento.

Comiendo nubes alrededor de una fogata, cantando, bailando, riendo, contando historias de miedo y sobre todo disfrutando cada momento junto a los locos de los adolescentes del campamento, de los que solo conocía a la mitad de ellos.

Sin duda, había sido mi mejor estancia de las 15 veces que he estado cambiando de casa. Porque aquí había reído, había llorado, había disfrutado, había olvidado y lo más importante.

Había aprendido amar y a saber que hay personas realmente buenas en el mundo, que te apoyarán con todo lo que hagas.

Personas en las que puedes confiar.

Personas que sabes que nunca te dejarán.

Y son esas personas las que conocí aquí.

Definitivamente, no me importaría cambiar de ciudad si hay personas como ellos.

Y ni aún así.

Son únicos.

Iremplazables.

Los desterrados.

<3