Noto como algo vibra en mi espalda y con la mayor pereza del mundo abro los ojos aunque los vuelvo a cerra por la escasa aunque potente luz que entra por las rendijas de mi persiana.
Pero ese algo vuelve a vibrar y ya abro los ojos sentándome en la cama, estirando mis brazos hasta tocar las puntas de mis pies. Molesta, volteo y me encuentro con mi móvil.
Las 09:15.
El vuelo salía a la 10 de la mañana, pero necesito un cuarto de hora para cambiarme y observarlo todo por última vez. El camino desde aquí hasta el aeropuerto es de un cuarto de hora. Allí estaríamos sobre las 09:45, justo para que me pasen el pasaporte, las maletas, etc.
Me levanté intentando hacer el menor ruido posible y cogí mi ropa. Consistía en unos vaqueros negros de tiro alto, una camiseta con la cara de Mickey Mouse y la palabra "Smile".
Me recogí el pelo en una coleta alta y me puse mis vans rojas. Me maquillé un poco con rimel y gloss de cereza.
Saqué con cuidado las maletas que estaban debajo de mi cama (que por supuesto había preparado ya) y saqué las cartas.
Bueno, os explico. Escribí cartas a todos y las metí en sobres con la idea de dejarlas encima de mi cama y así poder despedirme.
Sé que no es la forma correcta de hacerlo, pero he de admitir que soy demasiado cobarde como para decirles adiós a la cara. Simplemente, odio las despedidas.
Cogí mis maletas y las levanté porque si arrastraba las ruedas, alguna podría despertarse.
Dejé las cartas en mi cama y anduve hacia la puerta. Cuando la abrí miré hacia dentro y una lágrima se deslizó por mi mejilla hasta llegar a mi barbilla y caer al suelo. Pero no cayó ninguna más.
Cerré la puerta con cuidado, suspirando y con el corazón encogido en el pecho.
Caminé arrastrando las ruedas por el césped, que se trababan un poco. Miraba hacia derecha e izquierda, recordando, los malos y buenos momentos que he pasado aquí.
Vuelvo la mirada al frente, aunque no pueda evitar mirar la fuente de piedra, el bosque, a lo lejos la costa, la cabaña de Thomas...
Porque creo que ese será mi mayor dolor y peor pérdida. Porque aunque esté enfadado con él (por su beso con Kira) ha sido una persona esencial para mi.
Y es que dicen, que cuando alguien pasa a formar parte de tu vida, tienes que cuidarlo. Y yo, yéndome, aún sabiendo que no me queda otra opción, lo he perdido.
Me paro enfrente del coche plateado de Zac y le abrazo. Escondo mi cara en el hueco de su hombro y suelto un sollozo. Él me repite palabras al oído como "todo va a salir bien, ya verás."
Cuando me separo, me acerco a Tessa y la abrazó. Lloro un poco, pero ya me voy calmando.
-Te echaré de menos a ti y a tus excusas por llegar tarde.-Me dijo y reí.
Pasé a abrazar a Dan.
-Espero volver a verte por aquí, Paula-asesina-de-gatos-Becker.-Dijo él y fingí enfadarme, pero acabamos riéndonos.
Cuando me giro, Zac ya ha metido las maletas en el maletero y me siento en el asiento del copiloto.
Suelto un suspiro y él arranca el coche. Mientras yo veo como dejo todo esto atrás. Viendo las cabañas haciéndose más y más pequeñas hasta convertirse en puntitos y desaparecer.
Ambos íbamos en silencio, a si que puse la radio y sonó la canción "Si preguntan por mí de Alex Ubago". Perfecto para la situación actual.
Comencé a cantar y Zac se unió.
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Campamentos en acción [EDITANDO]
Roman pour AdolescentsPrimera parte de la trilogía Campamentos en acción.