2. Nuevo instituto, nueva vida.

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Nunca he sabido como empezar correctamente una historia.
Creo que el Érase una vez esta muy usado y no me gustan los clásicos.
Me llamo Paula. Soy una chica como las demás, me gusta leer y mis principales preocupaciones son estudiar y hacer amigas. La verdad, las dos amigas que dejé en mi anterior ciudad, eran las mejores. Les encantaba leer como a mí y éramos inseparables.

Claro está hasta que a mi padre, le ofrecieron un mejor puesto de trabajo, en una empresa, a 1.564 km de mi antigua casa. Él trabaja en una editorial muy importante, y este ascenso le ha venido bastante bien.

Físicamente no soy ni alta ni baja, con el pelo color avellana y los ojos cobrizos. Llevo gafas, pero siempre suelo usar lentillas. Las gafas las uso a veces cuando me duele la cabeza.

La nueva casa es más grande que la anterior. Sí y digo la anterior porque no es la primera vez que ascienden a mi padre y tenemos que cambiar de ciudad, de casa y de amigos.

La verdad, no pensé que volverían a ascenderle y me había encariñado mucho con mis amigas. Pero mi padre era feliz, y a mí eso me bastaba.

De mi madre, prefiero no hablar. Se ha pasado discutiendo con mi padre toda la vida, ya que ella por su estúpido trabajo nunca estaba en casa. Con  suerte, creo que solo estuvo en 3 de mis cumpleaños.

Hoy es para mí, el primer día de clases y la verdad, estoy muy nerviosa.
Ya lo sé, estaréis pensando: "pero si no es la primera vez que se muda".
Y es verdad, pero relacionarme con la gente no es mi don por decirlo así.
Me he puesto unos shorts negros con una camiseta en la que pone Wall Street. Llevo el pelo agarrado en una coleta ya que hoy tenemos educación física y es obligatorio.

Bajo de mi cuarto y me encuentro a Zoe en la entrada. Tiene sus ojos oscuros entrecerrados pero ella lleva el pelo suelto. Aquí, por su físico, ella parece la mayor. Pero en realidad somos mellizas.
Y no creo que tengais que ser vosotros los sorprendidos.
La sorprendida debió de ser mi madre cuando la dijeron que venian dos.
Ella tuvo que dejar a su novio en la ciudad para venir aquí.

Salimos y cogimos el autobús. Me senté en la parte de atrás ya que delante había una enorme cantidad de gente y en ella estaba Zoe ligando con un chico.Ella es tan... así. 

Me senté al lado de una chica que leía un libro y llevaba gafas. Era morena y tenía los ojos oscuros. 

Una vez sentada me fijé en la portada del libro, y vi la oportunidad de hacer una amistad.

-Es mi libro favorito.-Dije y ella no levantó la mirada solo siguió leyendo.

-A mí también me gusta, aunque el final es demasiado cruel.-Dijo y levantó la mirada mientras sonreía.

-Cruel es bueno.-Hice una pausa, sonriendo.- Soy Paula, encantada- Ella asintió.

-Yo soy Emma. ¿Eres nueva?- Me preguntó con curiosidad.

-Sí... Yo voy al instituto Colby Hubber.-Ella sonrió.

-Vente conmigo. Yo también vine de una ciudad, y por esto-señaló el libro- me costó integrarme. Te ayudaré, es difícil.

-Por fin alguien que me comprende.-Dije suspirando.

-No es la primera vez que leo Bajo la misma estrella.-Dice volviendo a mirar el libro.

-Ni yo, pero ¿por qué lo lees?-pregunté algo intrigada.

-Por lo mismo que tú.-Ese comentario hizo que riese.

-¿Entender a John Green?

-Exacto.- Dijo ella guiñándome un ojo.

El autobús se paró y teníamos que bajar. Busqué a Zoe con la mirada y estaba en un grupo de chicas. Genial, no hace falta que se preocupe por mí. Digamos que ella es más sociable, accesible o fácil, pero es mi melli.

Emma me agarró el antebrazo y me bajó del autobús.

El instituto era impresionante. Un edificio de ladrillo y algunas partes de mármol. Había un pequeño jardín verde con un camino hasta la entrada. Por el césped había gente tirada por los suelos, chicas y chicos besuqueándose, pero lo que más me llamó la atención, fue un grupo de personas en una esquina. Estaban alejados de los demás y leían el periódico o libros.

-Esa es mi gente.-Dijo Emma cuando vio como miraba en su dirección.

-Parecen majos, ¿les caeré bien?-Dije algo preocupada.

-Han pasado por lo mismo y sabrán como tratarte.-Respondió mientras nos acercábamos.

Eran cinco personas. Cuatro chicas y un chico. Las chicas leían, por lo que vi, Divergente. El chico me llamó la atención. Era moreno y tenía ojos azules. Era bastante guapo y leía un periódico.

-Chicos, ella es Paula y es una desterrada.- Dijo Emma. ¿Em, desterrada?

-Oh, bienvenida.-Dijo una pequeña rubia.- Soy Lora, fui la última desterrada.

-Yo soy Carla.-Dijo una pelirroja de ojos verdes.-Llegué antes que Lora.

-Y yo soy Sam.- Se acercó una morena.- Yo fui acogida antes de Carla.

-Yo soy Maya.-Dijo una rubia de ojos azules.- Fui la que junto a Emma y Thomas, creó los desterrados. Personas marginadas aficionadas a la lectura.

El chico al que había llamado Thomas se levantó. Me miró durante unos segundos y sacudió levemente la cabeza.- Y yo, pues como ha dicho mi querida hermanita, soy Thomas. Único chico desterrado. ¿Cuándo me traeréis a un desterrado?- Alcé una ceja y el rió.- La verdad, es que eres algo misteriosa. Pareces interesante.- Eso hizo que me sonrojase y él al notarlo sonrió.

Pero sonó el timbre y me salvó de la incómoda situación.

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Capítulo Editado.

Campamentos en acción [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora