5. Ayúdame, tenías razón...(1)

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Hoy era el día en el que por fin seríamos libres. Nos darían las notas y harían un menú especial para la hora del almuerzo en la cafetería.

Iba vestida con unos shorts de tiro alto y mezclilla, una camiseta de tirantes verde aqua. Llevaba las vans blancas y el pelo suelto, con sus ondas naturales.

Salí de casa y esperé a Zoe, que terminaba de prepararse. Al final, tras unos diez minutos, salió y nos fuimos a la parada de autobuses. Este, llegó rápido y en un abrir y cerrar de ojos, estábamos en el instituto.

Cuando entré por el jardín que rodeaba el camino hacia la entrada, un muy alegre Thomas se acercó a mí y me abrazó. Yo también le abracé y aunque no supiese el motivo, me sentía bien.

-¿Por qué tan alegre?- Pregunté.

-Hoy nos dan las notas.- Olvidé mencionar que él era todo un cerebrito y además, tenía mente fotográfica. "Entrenaba" leyendo varias veces el mismo periódico.

-Es verdad, luego lo mejor.

-¿Que somos libres?- Preguntó levantando una ceja.

-No, que hay menú especial en la cafetería.- Respondí a los que ambos reímos.

-¿Al final vienes al campamento?- Nos interrumpió Sam, seguida de las demás.

-Sí, ya tengo la autorización.- Dije sonriente a lo que ellas chillaron y me metieron en un abrazo grupal. No os lo he contado. 

Ayer, le pregunté a mi padre que si me dejaba ir y él me dijo, que tenía planeado llevarme a alguno, ya que sus vacaciones, no serían tan "vacaciones". Iría a Corea del Norte. Negocios.

Y así, es como he acabado inscrita en el Campamento de verano del Colby Hubber.

El timbre sonó y prácticamente corrimos hacia el aula, donde el profesor nos esperaba con un taco de sobres sobre la mesa. Y así es como fue llamando uno por uno, a cada alumno de la clase.

-Paula Becker.- Dijo el hombre de pelo canoso y ojos cansados,  mejor conocido como profesor Watson. Me levanté con el pulso acelerado y volví a mi mesa abriendo poco a poco el sobre.

Había 12 asignaturas, y yo, Paula Becker,había sacado 9 SB y 3NT. Me enorgullezco y me aplaudo mentalmente. Me aplaudo tanto que ni me entero de que me están hablando.

-Entonces llegó el unicornio y me preguntó si quería tocar la guitarra mientras él ponía bombillas.- Dijo Thomas, a lo que yo hice una mueca extraña. Algo así como la cara que pones cuando huele a mier... Mal.

-¿Eh?- Él rió y yo quedé aún más confundida de lo que ya estaba.

-¿Que cuáles son tus calificaciones?- Dijo apuntando el sobre entre mis manos.

-Ah, 9SB y 3NT.-Él abrió los ojos sorprendido y yo me reí ante su gesto.

-Igual que yo.-Dijo orgulloso.

Una vez, el profesor Watson terminó de repartir sobrecitos nos fuimos a la cafetería.

ALELUYAA, ALELUYA, ALELUYA, ALELUYA, ALELUUUYAAA.

Cogí una de las bandejas que estaban apiladas en la encimera y decidí comer antes de la comida rápida, algo más sano. A sí que, cogí la cuchara y me eché puré de verduras. Era verde y no parecía comestible, pero era de verduras. A si que era sano.

-Tengo que ir al gym un momento.-Dijo Thomas yéndose por la puerta grande.

Caminé hacia nuestra mesa y no vi a las chicas, pero bueno, seguramente las gochas se estuviesen echando al plato hamburguesas, perritos calientes y pizza.

Cuando un pie hizo que me cayese al suelo metiendo la cara en el plato de puré. Ahora la tendría verde y todo el mundo se reía. Mire hacia arriba, y por los lugares en el que el cristal de las gafas no tuviese puré, vi a Saray sonriéndome.

-Vaya vaya. La niñita abandonada vuelve a su hábitat natural, el suelo. ¿Dónde te dejaste los cartones?- Dijo a lo que yo gruñí y vi a las chicas retenidas por las secuaces/seguidoras/perras falderas.

-Ay claro, perdón.- Continuó.- Que como tienes las gafas sucias no los encuentras.- Dijo agachándose para quitarme las gafas y dejarlas caer.- Uy, sería una pena que...- Pero no terminó la frase cuando empezó a pisar con todas sus fuerzas mis gafas, lo que hizo que se oyesen unos cristales rotos y noté como me resbalaban lágrimas de impotencia y de lo débil que me sentía por las mejillas.

-Basta ya, zorra.-Dije con la voz entrecortada pero llena de odio y desprecio.

-Perdón, ¿qué dijiste?-Empezó a pisar las gafas más fuertes- Es que no oigo bien.

-¡Basta ya!- Se oyó la voz de Luke y sus grandes pasos.-¿¡Acaso no has tenido suficiente!?

-No pasa nada amorcito.-Dijo ella pestañeando repetidas veces. Él la miró con desprecio.

-No me vuelvas a llamar amorcito.- Dijo él seco.

-¿Me estás dejando?- Dijo ella como si fuese aquí la reina. Se notaba que estaba actuando.

-Pues sí. Estoy harto de como eres, de ti básicamente. Eres mala, cruel, falsa y una total actriz. Bajate del escenario ya. Todos nosotros.-Dijo señalando a los alumnos que observaban la escena en silencio.-Hemos sido las marionetas de tu obra pero yo ya estoy cansado... Y si no eres el centro de atención no eres nadie. Siempre queriendo ser el ombligo del mundo. Eres despreciable, Saray.- Dijo Luke derramando veneno en cada una de sus palabras, mientras ella solo lo miraba con superioridad y asco.

-El idiota enamorado.- Dijo antes de desaparecer con sus secuaces. Un momento, ¿dijo enamorado...?

Las chicas se acercaron a mí corriendo y Luke intentó recoger mis gafas que ahora tan solo eran un par de cristales rotos.
No había mejor día para ponerse las gafas...

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Capítulo Editado ❤

Campamentos en acción [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora