Aprendiendo a sonreír a tu lado.

CAPÍTULO 14. Adiós para siempre, te quiero.

Durante la misa no pude escuchar nada de lo que decía el cura, solo sentía la necesidad de salir de allí y llorar, si no fuera por la mano de Ed que me retenía lo hubiera echo. Después de un largo sermón llegó la hora de acompañar a mi padre hasta lo que sería su nuevo sitio, lugar, hogar… lo que sea, estaba llevando a mi padre al hoyo donde lo meterían, no es una situación fácil. Me acerqué a él por última vez, parecía un angel durmiendo, deposité un beso sobre su ya fría mejilla y cerraron el ataúd para no abrirlo más. La ceremonia fue dura, lloramos, nos abrazamos para consolarnos pero lo más duro fue llegar a casa y encontrarnos con nuestros primos como si nada hubiera pasado. Por cada palabra que mi tía Gladis dedicaba a mi padre ellos no paraban de repetir lo mucho que se merecía estar muerto y enterrado, recitaban himnos de su asquerosa banda y me ponían de los nervios, pero nadie decía nada, todos tenían miedo de las nuevas personas, si es que se los puede llamar así en las que se habían convertido,  hasta que Edward no pudo más.

-Largáros de esta casa, no tenéis derecho a desonrar la memoria de un hombre increíble-dijo Edward alzando el tono de voz.

-Aquí el único que sobras eres tú-dijo Pablo desafiándolo con la mirada.

-Está muerto por tu culpa imbécil, no debiste traicionar a la banda, si por mí fuera acabaría el trabajo que aquellos imbéciles no hicieron bien-dijo Paco imitando una pistola con su mano, me enfurismé y me levante de golpe para coger su mano.

-¡Callaros ya! Aquí los que sobran son ustedes, son unos imbéciles que se dejan lavar el cerebro por otros que ni siquiera tienen, me dais asco, no sois los primos con los que tantas cosas compartí en su momento, no me lo puedo creer-dije enfadada.

-¿Nos mandas a callar a nosotros? ¡Eres tú la que estas con el culpable de que tu padre no esté!-dijo Pablo gritándome, esas palabras me dolieron, y mucho. Me quedé en shock.

-¡Eres una zorra Danielita!-dijo Paco, yo simplemente salí de allí, cerré la puerta y me senté al frente de mi casa, en los escalones, escuchaba ruido a dentro pero me daba igual, solo necesitaba estar sola y llorar, estuve sola unos minutos y el ruido a dentro era escandaloso hasta que la puerta sonó y salieron mis primos con tranquilidad con las manos en sus chupas de cuero negro caminando como si nada y se fueron sin decir nada, sin girarse a mirarme, sin pedir perdón, sin hacer nada. Realmente los odiaba ahora, es posible pasar de querer a odiar intensamente a alguien, lo he comprobado. Poco después salió Edward y se dirigió a mí, se sentó a mi lado.

-¿Te han dicho algo?-dijo y negué con la cabeza, luego dirigí mi mirada a sus labios dándome cuenta de que salía sangre de la comisura derecha de su labio, acerqué mi mano a él y rocé la herida con suavidad haciendo que se estremeciera.

-perdón-susurré y él solo sonrió- ¿Qué pasó a dentro?-dije.

-Pues que cuando saliste por la puerta todos comenzaron a defenderte, intentaron hacerme sentir mal por lo ocurrido y lo lograron, estaba a punto de salir por la puerta cuando tu tío me obligó a no hacerlo y me defendieron, después comenzaron a discutir y dijeron cosas horribles sobre…-se detuvo y lo miré a los ojos.

-¿Sobre quién Ed?-pregunté.

-Sobre ti-dijo y algo hico que mi estómago se encogiera ¡Fantástico! Ahora mis primos me desprecian, pensé.- Pero no podía permitirlo y me abalancé sobre Paco, pero Pablo me pegó un puñetazo y después los pude reducir, si no fuera por tu tío y Carlos no sé que hubiera echo…-dijo entristecido yo solo cogí su mano y la acaricié para hacerle saber que estaba allí para él.-Después tu tía Gladis los ha obligado a irse y expresó lo decepcionada que estaba, después salieron por la puerta y se fueron-dijo finalizando lo ocurrido.

-No puedo creer como han cambiado… ahora no puedo sentir mas que enfado y rabia hacía ellos, no se merecen mi estima ni la de nadie-dije disgustada.

-Daniela… tienen razón… yo soy el culpable de que todo esto pasara-dijo mirándo hacía el suelo pero yo cogí suavemente su barbilla haciendo que me mirara-lo siento-dijo y dejó caer una lágrima por su mejilla, me pareció especialmente tierno, le limpié la lágrima.

-Tranquilo Ed, no fue tu culpa, mi padré dejó bien claro que esa fue su voluntad y que lo volvería a hacer mil veces, no es tu culpa-dije mirándolo tiernamente, tragándome todos los sentimientos que tenía en aquel momento.

-Igualmente lo siento… muchas veces he pensado que esto no es lo adecuado, quiero decir… esto… nosotros-dijo y sentí como si una piedra cayera encima de mi pecho.

-No digas eso…-dije con la voz entrecortada él inmediatamente acarició mi mejilla.

-Pero después estoy contigo y me siento… bien, lleno, feliz… hace mucho que no me sentía así ¿Sabes?-dijo y el dolor desapareció- No me sentía así de satisfecho con mi vida des de que mi madre desapareció, siempre he pensado que me merecía la vida que me ha tocado, pero estoy contigo y eso desaparece, me haces sentir bien, te he conocido muy bien en este poco tiempo… y no sé como decirlo pero…-no lo dejé acabar.

-¿Sientes como si el mundo se parara cuando estas conmigo? ¿Cómo si nada importara por el simple echo de tenerme al lado? Porqué es lo que me pasa a mí-dije y el sonrió.

-Exactamente… estoy preparado y completamente seguro de que me gustas por ti, no por nada ni lo que haya pasado-dijo y sonreí ampliamente- y verte sonreír… es un placer para mí-dijo y me sonrojé.

-Edward… gracias por decirme esto,  porque me pasa lo mismo, contigo esto es más llevadero y creéme cuando te digo que no es tu culpa, estas ayudándonos mucho y me has dejado ver py conocer a Edward y me doy cuenta cada vez más que me gusta este Edward al que descubrí de la peor manera pero al que conocí como es debido-dije y no podía evitar emocionarme.

-Eres tan dulce…-dijo poniendo su mano sobre mi mejilla, se iba acercando poco a poco y a los pocos milímetros de rozar nuestros labios-Daniela…-dijo deteniendo el acercamiento.

-¿mmm?-dije abriendo los ojos para encontrarme con los suyos, tan hermosos que son.

-¿Quieres ser mi novia?-dijo y el mundo que nos rodaba parecía detenerse.