Capítulo 12. Malentendidos.

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-Perdón, no te había visto-dije y alcé la mirada encontrándome con un chico muy atractivo, moreno, pelo negro, tenía alguna que otra cicatriz en la cara eso lo hacía parecer misterioso.

-Tranquila yo tampoco iba mirando en frente-dijo y bajó su mirada, después todo fue silencio, no sé porqué me quedé allí parada.

-Pues que vaya bien...-dijo esperando a mi respuesta mientras extendía su mano.

-Daniela-dije aceptando su mano.

-Encantado Daniela, soy Richard-dijo y sonrió.

-Encantada Richard, que vaya bien-dije, solté su mano y me giré para seguir con mi camino pero Edward estaba en él, parecía extrañado, arrugaba su ceño mientras yo me acercaba tímida.

-Hola Ed ¿qué pasa?-pregunté sonriendo, después de llorar tanto me hacía gracia lo que acababa de pasar.

-¿Lo conoces?-dijo seco, lo señaló con la cabeza y lo miró frunciendo el ceño.

-No, lo acabo de conocer ¿Por?-dije algo molesta.

-Nada... solo preguntaba-dijo bajando su mirada.

-O... ¿Estás celoso Ed?-pregunté con un tono pícaro.

-¡No! No... ¿Cómo crees?-dijo, de alguna manera eso me dolió y no pude evitar ponerme seria.-En realidad no lo sé...-dijo y lo miré extrañada.

-¿No lo sabes? No-No lo entiendo-dije y me miró.

-Daniela... nos estamos conociendo y realmente creo que me gustas, pero no lo sé... quiero tener claro que esto no es un favor a tu padre ¿Me entiendes? Quiero tener claro que mis sentimientos son reales, no quiero hacerte daño después-dijo y sentí cómo un nudo se iba formando en la garganta.

-¿Un-un favor? No-¡No, Edward! ¿En algún momento has estado a mi lado por compromiso hacía mi padre? ¿Por qué te ha salvado la vida?-dije enfadada casi gritando.

-No Daniela Escúchame...-Dijo pero no lo dejé acabar.

-¡No Edward, Escúchame tú a mí! Des de ahora no me debes nada, ni por mi padre, ni por pena...-dije y me giré sin decir nada, el me cogió la mano.

-Daniela...-Dijo pero me deshice de su amarre y me dirigí a la salida. Segundos después de atravesar la puerta rompí en llanto, sus palabras me hicieron mucho daño ¿Sólo está conmigo por compromiso? Estaba llorando y alguien se me acercó.

-¿Daniela?-dijo y pude reconocer la voz de Richard, me sequé las lágrimas y me giré a verlo.

-Hola Richard-dije intentando sonreír aunque estoy segura que en este momento una sonrisa no luce nada en mi cara.

-¿Qué sucede?-Dijo acariciándome la mejilla.

-Problemas con mi...-Contesté pero me detuve, él no es mi nada.

-¿Tu novio?-dijo alzando las cejas y retirando su mano de mi cara.

-No, es un amigo...-dije mirando hacia otro lado.

-Oh... entiendo-dijo-Nena, no dejes que un idiota juegue contigo, seguro que no vale la pena, pero asegurate antes que no vale la pena yo perdí a una persona hermosa por mis prejudicios...-dijo y me calmé un poco.

-Lo siento Richard-dije cogiendo su mano.

-Está bien, tranquila. Ahora quiero ver como sonríes y no pierdes la esperanza-dijo y comenzamos a hablar ya explicar el motivo de nuestra estancia en el hospital, el va a visitar a su madre que está recibiendo quimioterapia, estuvimos hablando por un largo rato hasta que vi salir a mi hermano mayor con el pequeño en brazos, supongo que dormido. Me despedí y me dirigí a mi hermano que me miraba extrañado aunque con una sonría picarona en la cara.

-¿Cómo está el peque?-pregunté acariciando sus sonrojados mofletes.

-Está bien, es solo gripe, Edward está buscándote a dentro pero veo que estás acompañada aquí a fuera-dijo y me sonrojé.

-Si, bueno...-dije encogiéndome de hombros.

-En fin ahora llamo a Ed para encontrarnos en el coche-dijo mi hermano y poco después nos encontrábamos en el coche con Ed, no nos habíamos dirigido la palabra, lucía serio. Cuando iba a subir al coche sentí que gritaban mi nombre.

-¡Daniela!-Gritaba Richard mientras corría hacia el coche-Se te cayó una pulsera cuando te fuiste-dijo y me entregó la pulsera que me regaló mi padre cuando cumplí diez años.

-¡Muchas gracias!-dije y lo abrazé, noté como Ed se incomodaba y se molestaba-Es muy importante para mí-dije mientras me alejaba y me colocaba la pulsera.

-Nos vemos pronto, chao-dijo despidiéndose con la mano.

El trayecto a casa fue silencioso. Entré en la casa, y me llevé a mi hermano pequeño a la cama de mis padres, hoy dormiría con él, lo acosté, me puse el pijama y cuando me disponía a acostarme tocaron a la puerta.

-Adelante-dije y Ed entró y cerró la puerta después.

-Em... Debemos hablar-dijo sin mirarme a la cara.

-Ahora no el momento-dije seca y me giré hacia la cama, pero entonces sentí la mano de Edward agarrando la mía y girándome hacía él, llevó su mano a mi mejilla. Estaba tan cerca de él que podía sentir los latidos de su corazón, teníamos nuestras frentes pegadas, sentía su respiración, abrí ligramente los labios y él se humedeció los suyos, poco a poco nos íbamos acercando más hasta que nuestros labios rozaron delicadamente para después unirse en un beso, el suave contacto con sus labios era agradable, era muy delicado, llevó una mano a mi nuca y la otra a mi cintura mientras que yo ladeaba la cabeza y llevaba mis manos a su cabello y su cuello. Sentí una explosión de mariposas en mi estómago, me sentía tan bien en sus brazos. Al momento nos separamos, abrí lentamente los ojos y me encontré con sus hermosos ojos verde, nos miramos en silencio, disfrutando del momento.

-Estoy celoso-dijo como si dejara caer una piedra, me separé un poco más de él.-Quiero decir, cuando hablabas con ese chico sentía rabia-dijo y yo sonreí.

-No tienes por qué estarlo, no soy más que un simple compomiso-dije fríamente.

-Daniela... Eso era al principio pero poco a poco lo tengo más claro. Me gustas y siento algo por ti, no quiero precipitarlo pero hay algo en ti que me tiene así, cuando abrazaste a ese chico me invadió la rabia y cuándo te dije que quería estar seguro del todo es también porque no sé lo que sientes, una relación no es solo cosa de uno, es cosa de dos.-dijo clavando sus ojos en mí, pero yo me sentía en una nube, me ha dicho que le gusto, me ha besado, demasiadas cosas que procesar.

-Respóndeme Daniela-dijo él impaciente, yo solo me acerqué a él y lo besé, pude sentir como sonreía mientras lo hacía.

-Me gustas Ed y mucho, quiero que esto funcione, no quiero encariñarme de ti y que luego me abandones como mi padre, mis primos, mis amigos....-dije y una pequeña lágrima rodó por mi mejilla.

-Preciosa eso no va a pasar, siempre estaré a tu lado, pase lo que pase-dijo y me besó, estuvimos hablando durante un rato nos acostamos y después de un rato caí dormida a su lado. Después de esa noche los siguientes días fueron la gloria, entre nosotros las cosas iban bien, mi tío acompañaba a mi madre a sus terapias y se la veía mejor, mi hermano mayor estaba bien y como su novia, Adele, ha vuelto de sus vacaciones está con ella. Hoy es el último día de plazo para que mi padre despierte y no sé si estoy preparada si no sucede.

Aprendiendo a sonreír a tu lado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora