14. La leyenda

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Caminando sola. 

Justo lo que sabía para mi futuro, solo que nunca pensé que seria tan pronto.  Apenas a mis 16 años, cosa que no creo que sea justa. Soy solo una niña que cometió un error, como todo ser humano.

"Al menos ya no tengo a esa perra de madre". pienso.

Me detengo en seco. ¿Realmente dije eso? no, fue Verónica quien me manipuló. ¿O no?

Ya no se que pensar, ademas de que las llamadas de parte de mi padre me traen loca. Seguramente la policía ya me está buscando y rastrearan mi celular. Yo lo se. Tantas series de policías, que se que estoy jodida.

Camino sin rumbo fijo, pero se que tarde o temprano me tendré que ir de Minnesota, si quiero ser libre por el resto de mi vida.

Dejé de llorar hace varios minutos, pues creo que no me servirá de nada. Llore o no, mi madre está muerta. Llore o no, mi padre llamará a la policía. Llore o no, Niall va a odiarme cuando se entere de esto. Llore o no, Verónica me seguirá pisando los talones. Así que da igual.

Paso por el hospital en el que está internada Brenda y lo miro fijamente.

Mirando el pinche hospital por varios segundos decido visitarla rápido y despedirme.

Al entrar, divisé a su tía Anna saliendo del ascensor, que solo salió de el y salió del hospital sin saludarme. Lo cual está bien, no quiero perder el tiempo con gente amargada.

Entro al ascensor sola. Después de teclear el número de piso en el que esta'mi amiga, espero pacientemente, pero algo anda mal. El ascensor no se mueve. Miro hacia el techo paciente, pensando que tal vez es mi imaginación, pero ya tengo mas tiempo del debido.

Escucho una risa aguda, como de una chica. Reconocería esa risa en cualquier lado. Es de Verónica.

Entro en pánico dando respiraciones ondas con la esperanza de que esto sea producto de mi imaginación, pero no lo es. 

Con manos temblorosas, dirijo mi mano hacia los botones para hacer sonar el timbre. Pero cuando mi piel choca con la fría pared de metal, el botón de timbre ya no está.

Miro mi dedo con miedo. Ahora de este sale sangre a chorros cayendo hasta el piso y unas cuantas gotas salpicando la bolsa que está en mi teni.

Miro la escena con pánico dando inhalaciones aun mas ondas que antes. Ahora mi dedo me empieza a arder, pero ese ardor se empieza convertir en dolor.

Ahogo un grito. Eso duele mucho.

Ahora las paredes empiezan a hacerse mas angostas. El espacio me falta para respirar. Con el dolor en mi dedo sangriento y la sensación de asfixia, siento que me estoy volviendo loca. Ahogo un grito otra vez, pero en vez de grito parece el aullido de un perro adolorido.

Sin importarme el dolor que siento, empiezo a golpear las paredes con toda la fuerza que me permiten mis brazos y pies.

-!DEJAME PERRA¡- grito a todo pulmón.

Inmediatamente las puertas se abren, haciendo que toda la gente voltee a verme.

...

Un doctor me dijo que Brenda tiene visitas en este momento y que no puedo entrar, así que decido quedarme en la sala de espera viendo mi celular. Pero viendo la pantalla apagada.

Una inquietud me interrumpe mis pensamientos. Nunca se me ocurrió buscar información de Verónica. La pienso por un rato pero termino abriendo Google.

Verónica 7 vecesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora