19. Manos sucias

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Niall'Pov

Soy un idiota. ¿Como pude pensar así de Ally? Bueno, admitamos que lo que ella dijo, no tiene sentido, pero desconfiar de ella me hace sentir fatal, horrible, un mal novio, etc. 

Extraño esa sonrisa.

No puedo pensar en nada mas. Su sonrisa, su voz, su todo.

Escucho el sonido de que alguien toca la puerta. 

Me da una flojera terrible tener que levantarme de mi cama para abrir la puerta. Mi papá no está, mi mamá tampoco, mi hermano ya no vive aquí y el perro no puede abrir la puerta, aaah, no tengo perro así que soy el único disponible.

Me levanto con mucha flojera y me dirijo hacia la puerta, al abrirla, hubiera deseado no haberlo hecho.

Los oficiales están afuera con una cara tan seria que hace que quiera reír a carcajadas hasta quedarme sin aire sin importarme que muera por asfixia, pero soy un hombre maduro y puedo soportarlo, aparte de que no quiero morir asfixiado por mi propia risa, o, que me de un paro cardíaco por tanta risa. Simplemente, no estoy listo para morir.

-¿Niall Shay?- pregunta uno de piel morena, calvo y un poco subido de peso ¿Así se dice? ¿subido?

-Si, ¿buscan autógrafos, caballeros?- pregunto poniendo mi mejor cara de galán.

A ninguno de los dos pareció importarles mi comentario, solo seguían con esa cara seria de payaso.

-Parece que no- digo borrando mi sonrisa -¿Entonces que buscan? ¿pan?... Yo hago un muy sabroso pan, que no es nada caro, es casi regalado, cosa que no debería pasar porque está exquisito y debería ser caro, pero reconozco que hay gente pobre que apenas le alcanza para un chicle y por eso lo doy barato- miento sabiendo que si seguía evitando la conversación de Ally, podría irme mal, pero no me interesa, en la escuela ya les dije todo lo que se y no quiero repetirlo porque ya me dio jaqueca. 

-Sabemos que no quiere hablar de Ally, señor Shay, no nos engaña- dice el mismo oficial.

Me han descubierto. Pero no lograrán sacarme información que no tengo tan rápido, así que sigo hablando sin sentido.

-¿Señor? ¿Tan viejo me veo? Solo tengo dieciocho, pero no me molesta, así que si, soy un hombre maduro.

Los oficiales parecieron ignorarme otra vez y entraron a mi casa sin preguntar si podían hacerlo, cosa que yo no hubiera querido que pasara.

Tomaron asiento en los sillones de la sala, cosa que yo también hice, solo que en frente de ellos en otro sillón.

-Bien, ya no evite la conversación, NIÑO Shay- dice ahora el otro oficial de tez blanca, con cabello rubio y delgado. Todo lo anterior al otro.

El que me dijera niño y no  señor Shay, hizo que quiera reír, pero como el hombre maduro que soy, pude evitarlo.

-De acuerdo, ya no lo haré mas- digo alzando las maños en forma de rendición, pero continúo- Oficial...- veo el gafete del oficial moreno -Carl ¿Se hizo un nuevo corte de cabello?- pregunto con la mejor cara curiosa que pude hacer.

El oficial de piel blanca comenzó a reír, pero al notar que su compañero lo fulminaba con la mirada, dejó de hacerlo. Claro que se molestaría, es calvo.

-Muy gracioso niño... ¿Que sabes sobre Ally Smith?- pregunta ya con furia en su voz.

Suspiro muy sonoramente demostrando mi enfado hacia esa pregunta que ya e escuchado un millón de veces. Recargo mi cabeza hacia atrás por unos segundos, luego contesto:

Verónica 7 vecesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora