Tulipanes.

191 8 0
                                    


Me quede horas delirando con la vista fija en el cielo, busque y busque, mi estrella no estaba, por un leve momento llegue a creer que eso si sucedió, que el si me hablo, que el chico estrella era real.

El no existió... me toca aceptarlo, sabía que no podía haber sido real, ¿una estrella que habla?, no sé porque me ilusione tanto...

Sentí una lagrima correr por mi mejilla, ¿Cuándo comencé a llorar?, mejor aún, ¿Por qué lloro?
-¿me extrañaste?- la voz me quito de mi pensamiento, era su voz.

-¿Estrella?-dije con un hilo de voz, tratando de cubrir mi rostro que estaba ya empapado.

-Alioth. Me llamo Alioth, cuando te lo quise decir, ya te habías dormido, lo siento.

-Alioth... -repeti en susurro-

-¿sucedió algo?-dijo con tono suave- estas llorando... ¿Por qué?

-¿esto?-dije señalando a mi rostro- no es nada, solo me entro algo en ellos-me sentí idiota por haber llorado.

-oh, está bien, perdón que no hable apenas el sol volvió a su obscuridad, es que ya lo dije, soy muy débil, y necesito más tiempo que los demás para poder aparecer en el firmamento.

-no te preocupes, e-esta bien- me sorprendí diciendo, con un tono triste, apagado. Sentí como ese sentimiento idiota de calidez volvía, no sé como es posible que hablar con el me haga sentir este sentimiento, no es como si me hubiese enamorado ni nada, es solo que se siente muy... lindo, tierno.

-¿Naima?, parece que eres tú la que está en las nubes en vez de yo-dijo riendo-

-lo siento lo siento, solo pensaba en algo

-¿en qué?

-en que pareces frío por la luz blanca que emites, pero, eres muy cálido... -dije con cierto tono de vergüenza-

-no soy cálido, de hecho soy bastante frío, solo que tú haces que baje mi guardia, usualmente, le temo a todo, por eso trato siempre de no destacar a los ojos de nadie.

-oh, ¿piensas que podría dañarte?

-si... pero, así con los ojos rojos y la cara mojada, siendo sincero no, me dan ganas de presentarme a tu lado y abrazarte...

-tonto, ¿crees que quiero tu abrazo?

-no lo sé, y no es tampoco que vaya a hacerlo

-pues no lo quiero, así que no te presentes... -mentí.

Si quería ese abrazo, si quería que se presentara.

-está bien... no me presentare, ni te abrazare

-cambiando de tema... ¿no te sientes solo allí arriba?- dije mirando el cielo, y señale alrededor de él.

-un poco, a veces, pero me gusta estar solo, nadie puede manipularte, ni hacerte daño, además, soy una estrella, es normal que seamos admirados, pero jamás alguien debería siquiera dirigirnos la mirada, somos simples objetos, los cuales siempre maravillan según los humanos...

-oh... -por alguna razón, su comentario me dolió.

-¿sabes?, alguna vez fui humano... y a mí de seguro también me maravillaron mis compañeros luminosos

Eso me sorprendió.

-¿fuiste humano?

-si, pero ya nada recuerdo de ese momento. Sé que fui uno... algo me lo dice, no sé que es, pero sé que tuve una vida alguna vez

-dicen que las estrellas son personas que se han ido al cielo...

-oh... oye, ¿no es muy tarde ya?

Demonios, olvide que mañana debería despertarme a las 5.

-un poco- debería estar durmiendo, pero, la estrella... quiero hablar con el- puedo quedarme aun

-¿enserio?, si quieres dormir, lo entenderé, me quedare aquí pero puedes irte

-nono, está bien, me quedare un ratito más, solo me recostare

fui a mi cama, lo miraba mientras abrazaba mi almohada.

-Naima, tu nombre... significa estrella

-me lo puso mi madre, ella antes las amaba...- recuerdo esos momentos en los que mi familia era feliz, salíamos a acampar y ver el cielo nocturno...

-¿amaba las estrellas?, wow

-si, que extraño..

-¿Qué cosa?

-que ahora una estrella me este hablando...

Así continuamos varias horas, hasta que nos tocó despedirnos...

-Es hora de que me vaya Naima... ya amanecerá, además deberías irte, ¿no?

-cierto, adiós Alioth...

-Hasta luego Naima...

Cuando salí para la escuela, estaba deprimida y cansada, no había dormido, y me sentía mal por no poder hablar con Alioth, ¿Por qué demonios siento eso por no hablar con él?

Iba caminando cuando pasando por un parque, cuando mire a una esquina, estaba aquel chico de ayer, tenía el cabello oscuro, era pequeño, frágil, pero esta vez, tenía un tulipán en su mano, lo contemplaba maravillado con la pequeña flor que se veía tan delicada como su portador... aun no reconozco quien es, pero me sigue siendo familiar, me llama la atención...

El chico de las estrellas. (borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora