Ellos vuelven a pelear, no me gusta oírlos, desearía poder huir a cada recuerdo de como éramos, la hermosa familia que recordaba se rompió, todo lo bueno entre ellos ya no existía la mayoría de los momentos en los que ambos pisaban la casa.
Debería irme, irme a otro lugar, lejos de estas paredes, a mi lugar secreto, mi refugio, donde mi estrella apareció.
Corrí, corrí lo más que puse con la música a tope en mis auriculares, pase el parque, pase las cercas, llegue, allí estaba el cielo en medio de los árboles y las flores que brotaban del suelo, el ocaso se estaba aproximando, la oscuridad iluminada por las pequeñas sonrisas nacientes empezaban a ganar protagonismo en la lejanía.
Mire al cielo, busque al brillo reconfortante, ese brillo familiar, cálido, que la estrella, Alioth me proporcionaba, aunque él podría solo ser una creación de mis pensamientos, me hace sentir bien.
Y de repente, notas como alguien nos lee como si estuviese leyendo a las estrellas. Pero en este caso, él era la estrella.
La noche ya tiño el cielo con su azul característico, y las pequeñas gotas de luz brotaron a cada pincelada dadas en aquel paño tan maravilloso lleno de infinitos. Busque a mi pequeña sonrisa, a su vos reconfortante, pero, en vez de encontrarla, me encontré abrazando mis rodillas, con lágrimas siendo sueltas a través de mis ojos ya enrojecidos.
-¿Por qué simplemente no pueden llevarse bien o terminar?- dije preguntándole a lo que sea que pudiese darme un reconfortamiento.
Me encontraba sola en aquel pedacito de tierra, Alioth aún no se había mostrado, el aun no apareció... Espero que al menos el este aquí pronto, quisiera poder verle, abrazarle en su forma humana, porque, ¿Cómo se abraza a una estrella?, quisiera poder verle para saber cómo es su sonrisa, si es tan pura, cálida, tierna, frágil como el brillo que emite, ver sus ojos, ver el universo que esconden.
Acaricie el césped, estaba húmedo, quizá por el rocío, quizá por las lágrimas que aun caían de mi rostro sobre el...
las flores a los lados, hermosas, habían margaritas pequeñas, florecitas de manzanilla, y algunos tulipanes, blancos, y unos rojos por lo lejos, la luna, ese gran satélite que abruma con su brillo, estaba tan hermosa que mis ojos varias veces se encontraron con su hermoso tono blanquecino, aquel que me proporcionaba la luz esta noche.
-¿Qué haces?-oí una voz que hablo, era el- ¿estas llorando?, lo siento, no pude estar antes... -dijo apenado, seque las lágrimas de mi rostro y respondí
-No es nada, solo estaban peleando y me sentí mal allí, y...-huiste aquí-dijo el quitándome las palabras de la boca- yo haría lo mismo, además, este lugar es muy hermoso, flores, cielo, arboles, además de ser tranquilo.
-quizá por todo eso se mi lugar favorito- y además de que aquí te conocí- este lugar es especial para mi...
-¿aun te sientes mal?-un poco... pero ya no duele tanto
-otra vez, lo siento por aparecer tarde, enserio, quisiera... ser de más ayuda para ti, quisiera poder estar a tu lado y no aquí colgado...
-enserio... está bien-dije conteniendo las lágrimas que aun luchaban por salir junto con el nudo que en mi garganta se creó.
-vale... haré de cuenta que te creo ese ''está bien'', ¿quieres hablar de otras cosas?
Asentí.
-pensemos... emm... oh ya se!, dime, ¿Cómo conociste este lugar?-un dia parecido a este, siendo mas joven, estaba buscando un lugar tranquilo en el cual sentirme segura, en el cual nadie este, para así estar sola, y camine, me perdí, era de noche, y llegue aquí, me encanto tanto ver el cielo cubierto de estrellas que me quede sin prestar atención a que no sabía dónde estaba parada, me dormí y a la mañana siguiente con la luz del día encontré el camino a casa. Desde allí vengo siempre que trato de huir de mi vida.
-Creo que recuerdo como estabas ese día... Te mire desde aquí, te veías si perdida, pero parecía que querías estarlo, te conocí en ese momento, solo que yo aún estaba lejano a ti, tanto que me entere de que alquilen llego aquí solo por el murmuro de los demás.
-¿me conociste desde el primer día que llegue aquí?
-si... pero no tome el valor de hablarte mucho después
Y así, sin darme cuenta algo floreció en mí, mi corazón se sintió abrumado, el me conoció y me vio en mis peores momentos, el siempre estuvo pero... tenia tanto miedo, es tan frágil que no se atrevió a hablarme... esto rompe mi corazón pero al mismo tiempo me hace sentir como que nunca estuve sola...
-me pregunto si alguna vez te vi cuando eras humano...
-si me has visto, pero jamás te he hablado.-¿Por qué?
-cuando he descendido era porque... yo quería huir.
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El chico de las estrellas. (borrador)
Romance¿Qué sientes cuando ves una estrella?, mejor aún, ¿Qué siente la estrella al ser mirada por ti? La pequeña estrella quizá sienta miedo al ver a aquel extraño clavar sus lejanos y fríos ojos en ella. Tú quizá sientas maravillas al hablar con esa estr...