El Caballero del Tartaro (Percabeth).

Capitulo 11: La Muerte sin fin.

Narra Percy:.



Y me abalance sobre Tartaro y despues de eso todo se volvio oscuro.

No sabia cuanto tiempo habia pasado, pudieron haber sido segundos, minutos, horas, dias, meses, años....etc, no lo sabia.

Todo mi cuerpo me dolia, nunca habia tenido una batalla asi de cruel y sanguinaria, no recordaba mucho, solo sabia que fue la mejor de mi vida y no queria repetirla nunca mas en mi vida.

Un momento despues puder reacionar bien, Tartaro me habia vencido, si era asi, yo que hacia aqui postrado en una cama, porque seguia vivo, no es que quisiera estar muerto pero; ¿Porque no me mato? .

Acaso ocurrio algo mas, acaso querria torturarme hasta verme morir o torturarme viendo morir a las personas que amo, no lo sabia y gracias a ello tenia miedo, miedo de ver sufrir a mis amigos, miedo de nunca regresar, miedo de perderla.

Mientras divagaba lo distintos tipos de miedo que tenia, sin darme cuenta un hombre abrio la puerta y me quedo mirando, al  cabo de unos minutos, me di cuenta de su presencia.

Era un hombre o eso parecia, no le podia ver bien el rostro, pero su esencia, me hizo revelar que era alguien mucho peor que Tartaro, este tipo iba con un tono de gris, negro y rojo.

Ola Perseo Jackson, un gusto conocerte sinceramente, eh escuchado mucho de ti, tus proesas te an hecho merecedor del titulo de heroe del Olimpo sino mal creo.

Tras cada palabra que decia, me di cuenta del odio, rencor, orgullo que detonaba en su voz.

Tu me as sorprendido demasiado sin que te dieras cuenta, cada vez que ocurria algo tu hacias lo posible para remediarlo, sin importa sin con ello moririas.

Pude haber dejado que Tartaro te matara, pero no quise, porque quiero lo mismo que tu Perseo, quiero paz.

Sabia que no le debia creer, pero sus palabras eran convicentes, sabia lo que yo queria y podia sentir que me la podia dar, yo respondi- Paz, si como no, cuantas personas no me an dicho eso, cuantas personas quisieron engañarme, preguntate eso, yo no soy cualquier persona, no me rindo nunca y nunca le fallaria a mi familia.

Me quedo mirando por un largo tiempo, en la cual no sabia que hacer su esencia cada vez me hacia pensar con menos claridad.

Bueno Perseo si es asi, ven dejame enseñarte algo.

Al no saber que otra cosa hacer lo segui, en todo el camino no dijo nada , pense en escapar y salir de aqui, pero el respondio-- Sinceramente yo de ti no haria eso, no falta tener el Don de la vision o leer las mentes para saber que quieres escapar, pues dejame decirte no hay escape esto es el Tartaro y tu cerraste su unico acceso a este pozo que esta  lleno de dolor y sufrimiento de los monstruos que tu y tus amigos han destruido.

Y con solo eso me dejo callado, con un poco de temor, mas de lo acostunbrado, estaba en el Tartaro, y quien sea que sea este hombre es mas poderoso que el.

Llegamos a una habiatacion completamente negra, en el medio se encontraba un estanque de agua cristalina, al acercanos él me dijo- Tu puedes ser leal al Olimpo pero ellos nunca te lo seran a ti; mira lo que hacen para rescatarte y despues de eso dime si los quieres seguir defendiendo.

Y con ello me mostro la sala del Olimpo.

Tenemos que rescatarlos es mi hijo- claramente, pude identificar a mi padre; pero escuche otra voz y vi de quien era- Eso no , debemos concentrarnos en estos momentos en como podemos ganar esta guerra- dijo Atenea, todos menos mi padre asintieron con ella, ¿ que acaso me iban a dejar aqui? - Es verdad lo que dijo Nea, su hijo Tio P , Pudo haber salvado el Olimpo, pero su tiempo de Utilidad ya paso, yo lo estimo si pero , distraernos en el en estos momentos puede provocar nuestra destruccion, ademas suficiente tenemos, con los otros chicos de la Profecia, que no sirven para nada, su vida no valen nada comparado con nosotros.