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  {Justin}

No le contesté nada, me quedé simplemente callado con mi cabeza inmóvil porque no sabía bien que contestarle.

Odiaba cuando la gente me decía algo como eso y yo tenía que responder algo igualmente amable. Lo peor de todo era cuando me lo decía alguien a quien amaba, porque era más responsabilidad responder de una manera linda.

Pero tenía un montón de cosas en mi mente y no podía poner nada en orden, todo lo que quería decirle era que me gustaba que confiara en mí, que yo confiaba en ella también... No tanto, porque me abandonó durante meses, pero igual aun confiaba, que no me mintiera acerca de mi madurez sólo para hacerme sentir mejor y que trataría con todas mis fuerzas de aprender algo de eso sólo para no defraudarla. Pero no dije nada, sólo asentí y tomé varias respiraciones.

—Se nos va a hacer tarde —murmuré sin verla a los ojos y salimos del auto.

No quería trabajar ni empezar la vida adulta a los diecinueve años, ese era el problema, esa era la situación. Tampoco quería ir a la universidad, pero supongo que eso hubiera sido mejor.

Sabía que trabajo significaba tensión, estrés, mal humor y cansancio. Sabía que vida adulta significaba exactamente lo mismo. Sabía que no quería ser tan miserable tan joven ni quería hacer miserable a ____ a sus diecisiete años. Sin mencionar que el hecho de que esté embarazada de mí es ilegal porque ella aun es menor de edad y yo ya soy mayor.

No era que me arrepintiera de que _____ hubiera vuelto, amándome y con un hijo mío en sus tripas, no me arrepentía en lo absoluto. Porque desde que supe que sería papá me obsesioné con lo que fuera que estuviera ahí dentro. Hijo o hija. Quería más que nada en el mundo hacer todo eso de la paternidad y una familia con mi amor, mi mejor amiga, la mujer más genial, linda y loca del mundo. Era la única con la que quería compartir mi futuro.

Pero yo no quería hacerla una ama de casa triste y solitaria. No quería ser un padre ausente y no quería que ______ se consiguiera un amante porque yo nunca estaría cerca. Sentía como que mi vida iba a empezar a ser una telenovela de las que veía con mi mamá.

Él hombre trabajador, los hijos traumados, solitarios y emos que se suicidan, la ama de casa con hambre de sexo, el cartero/lechero/contratista/plomero/jardinero sensual lleno de músculos que llegaba a seducirla. Drama perfecto.

Cuando menos lo pensé ya estábamos sentados en la sala de espera.

—¿Qué te tiene tan asustado? Tu padre no te va a matar —murmuró enfadada sentada a mi lado sin verme a la cara. Deslicé mi mano a su pierna.

—No lo sé, lo siento.

—No quiero que seas un hombre "maduro" ¿sabes? —soltó de repente, volteando la cara hacia mí— me enamoré de ti por tu forma de ser, por que eres un inmaduro tonto y eres genial, lindo y divertido. No quiero que cambies por tus ideas estúpidas. No me gusta cuando estás serio o enojado.

—No estoy serio ni enojado contigo, sólo estaba pensando en cosas... Y por más que lo intente, sé que no voy a cambiar —admití, robándole una linda sonrisa— Y ademas... Pensé que te habías enamorado de mí por mi cara de adonis, mi cuerpo de modelo y mi encanto provocativo y seductor.

—... Y tu semen potente, no lo olvides —bromeó, explotando en una carcajada fea que me hizo reír escandalosamente también, llamando la atención de todos ahí. Y no podíamos parar.

Genial, volvimos a las risas descontroladas.

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____ dio un saltito cuando cuando la doctora esparció un liquido azul en toda su panza y me miró nerviosa mordiéndose un labio. No sabría decir quien de los dos estaba más nervioso, creo que era yo.

—¿Entonces no quieres saber, cierto? —le preguntó la doctora a ____, sonriéndole abiertamente—. Hace mucho que no tengo ninguna paciente que no quiera saber.

—Es que ella es rara con todo, no sólo con esto, pero yo si quiero saber —dije rápidamente, mirando como loco la pantalla.

—¿Usted es el padre? —me preguntó, me limité a asentir— Entonces, empecemos con esto. Creo que tengo una sospecha...

—¿De qué? —preguntó ___, cerrando la boca al instante—. Mentira, no me diga. Dígaselo a él con mímica. Yo cerraré los ojos.
La pantalla se prendió y todos guardamos silencio inmediatamente, apreté la mano de ____ mientras cerraba sus ojos fuertemente y la mujer empezó a mover la cosa que era como una cámara, supongo, sobre el vientre de ella. Empezó a hacer un sonido extraño y empezaron a aparecer cosas en la pantalla que no entendía en lo absoluto.

La mujer no dejaba de sonreír y mirarme como si yo realmente pudiera comprender que mierda era eso que salía en la pantalla. Tenía como cinco minutos sólo moviendo la cámara en la panza de ___ y mirándome.

¿Por qué no solamente me lo decía?

—¿Que piensas, Justin? —me preguntó cuando se dio por vencida de que yo dijera algo por mi solo. Negué con la cabeza y encogí mis hombros con una mueca confundida.

—Ni siquiera le encuentro forma a eso —admití, apuntando a la pantalla. ____ rió y se tragó las ganas de decirme "estúpido".

—De acuerdo, te lo pondré más fácil —dijo, carraspeó, llevó su mano desocupada a la pantalla y golpeó con su uña roja varias veces a una cosa que se veía grande y gorda... —Esta es una cabeza, y estos son unos bracitos...

Mientras me explicaba iba moviendo sus manos, pero había algo extraño ahí porque no era sólo una cosa gorda, quiero decir, no era solo una cabeza. Y tampoco eran sólo dos brazos...

Entonces la comprensión llegó a mi cerebro y me levanté de golpe, con la mirada perdida, sintiéndome enfermo.

—¡Son dos! ¡_____, son dos, son dos niños! —balbucí llevando mis manos a mi cabello y despeinándolo desesperadamente, sin siquiera creérmela.

—¡¿QUÉ?! ¡¿POR QUÉ MIERDA ME DIJISTE, ESTÚPIDO?! —gritó _____ totalmente enojada pero no le hice caso. Me empecé a pasear por la habitación que de pronto se sentía demasiado pequeña para cinco personas. Cinco personas.


No, no puede ser... Oh, demonios, voy a vomitar.

Y lo hice, vomité, vomité todo lo estaba en mi estomago.  

Real Life, real love- TPBL #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora