Celos

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...y podemos ir juntas al centro comercial, hablar sobre nosotras...

—No me interesa.—Responde tajante la gata, cortando a la eriza.

La rosada se había pasado todo el tiempo intentando ayudar a Blaze y animarla a que fuera su amiga, pero esta se resistía.
Estaba a punto de arrojar la toalla cuando de pronto vio la cara de Silver quien había permanente observando la escena en silencio. Ella sabía bien como lo que se siente cuando no puedes ayudar a alguien que quieres, como esa persona vaga como un fantasma, sin ningún ánimo. La chica suspira profundamente y vuelve a sentarse en el banco donde la gata leía un libro tranquilamente.

—Oye... Yo...Nunca había tenido amigos.—Tres decir eso, Blaze levanta la mirada de su libro curiosa y a la vez satisfecha ya que sentía que aquella desconocida le estaba empezando a hablar con sinceridad.—...en la escuela...me llamaban rara y por mucho que quisiera hacer amigos...todos huían de mí. Me tenían miedo. (y no les culpo).—Piensa—Tú tienes la suerte de contar con buenas personas a tu alrededor y si me dieras una oportunidad o...no sé... Silver podría enseñarte a como divertirte.

La chica dirige la mirada a su ángel quien le sonríe tímidamente. Ella agacha la cabeza y suspira.

—Podría intentarlo.

Amy río satisfecha de haberlo conseguido. Silver se lo agradeció alegremente, le está empezando a gustar esa sección de hacer lo correcto pero por mucho que le abría gustado quedarse con ellos para celebrarlo, debía volver con Sonic, además ya lo echaba de menos. Dos horas son demasiado para estar separada de él.

—Ya estoy aqui.—Dice en voz alta para atraer su atención mientras entraba en su habitación.

—Ah, hola, ¿Qué tal ha ido?

—Muy bien.

—Me alegro... Esto... Ejem, tengo que decirte algo.

—¿Qué pasa?—Pregunta extrañada al ver que este se acercaba a ella y le cogía las manos.

—He...he invitado a Sally a venir a casa.—Suelta nervioso.

—¿Sally? ¿Tú compañera de clase?

—T-tenemos que hacer un trabajo.

—¿Cuál es el problema?

—¿Mmm? ¿No te importa?

—Aaag, Sonic. Ya no soy como antes. ¿Crees que voy a matarla? ¿A clavarle un cuchillo en el cuello y ver como se desangra? Toda ese líquido goteando en el suelo y formando un mar de sangre que...

—Amy.

—¿Ah? Perdón, me he distraído. No voy a hacer nada. Si quieres me quedo en el salón y les dejo trabajando. Así no sentiré celos por cualquier tontería.

—Me sorprende una actitud tan madura por tu parte.

—Oye, yo puedo ser muy madura.

El chico se inclina para darle un beso pero justo en ese momento, el agudo sonido del timbre de la puerta le interrumpe.

—Ya está aquí.—Murmura antes de irse, dejando a Amy con las ganas de probar sus labios de nuevo.

Sonic abre la puerta y saluda a una ardilla sonriente cargando una mochila. Este le indica que le acompañe hasta su habitación en la cual el ángel aún se encontraba.

—Estás en tu casa—Anuncia acercando otra silla a si escrito.

La chica le da las gracias y se sienta tímidamente.

—He estado buscando información sobre el trabajo—Explica abriendo su mochila—Encontré un par de libros en casa que nos podrían servir de ayudar. Por ejemplo...en este...—la joven abre una de las enciclopedias y se acerca a él para enseñárselo.

Ese acto hacer que una punzada recorra la espalda del ángel, quien vuela y se sube en el escritorio para llamar la atención.

—¿No crees que está demasiado cerca?—Cuestiona con una fría mirada.

—Vete.—Suspira el peliazul entre dientes.

—¿Qué has dicho?

—No, nada, es que una mosca me estaba molestando...

—¿Con que ahora soy una mosca?

El chico le sostiene la mirada a la enfurecida ángel hasta que se rinde y decide cumplir su promesa dejarlos trabajar. Baja a la sala de estar y se deja caer en una de los sillones aún un poco enojada. No sabía muy bien por qué lo estaba, prometió no ponerse celosa, pero con sólo ver que están juntos se siente tan mal que no puede soportarlo, por mucho que se diga a sí misma que no va a ocurrir nada entre ellos....solos....tan cerca el uno del otro...

—Scourge...—Murmura con inseguridad.—¡Scourge!—Repite esta vez en voz alta.—En ese momento recuerda que al no estar en el infierno era más complicado contactar con él.

La escena del espejo roto recorre su mente en un segundo. Entra en el baño y cierra con pestillo, aunque nadie fuera a escucharle. Mira al nuevo espejo que se encuentra vacío de cualquier reflejo. A veces se pregunta cual será su aspecto ahora, pues no se había reflejado en un espejo desde que el infierno le concedió aquellos días de libertad.

—Vaya... Pero si es mi traidora favorita. Te sientan bien esas alas, pareces una paloma gigante. Esos bichos transmiten muchas enfermedades, ¿lo sabías? Son como ratas con plumas.

—La única rata aquí eres tú.

—Pero qué cosas tan bonitas me dices. Dime que es lo que quieres de una vez, se corta la conexión, ¿no tendrás un tablero de ouija por ahí, verdad?

—Eemmm... No

—Aaag, que manera más cutre de invocarme.—Se queja la figura verde del espejo—Bueno, suéltalo de una vez.

—Ah, si....en... Querría...t-te he llamado para...

—¿Sabes qué? Olvídalo, puedo deducir lo que ocurre. Si, está muy claro.

—¿Lo sabes?

—Puedo captar todos los malos deseos y sentimientos y puedo asegurar de que tu alma ahora mismo está envuelta de una oscura aura de envidia. Esto pasa por permitir el "amor" entre ángeles y mortales. Creo que voy a potar.

—Vamos, Scourge. Tú y yo habremos tenido problemas y eso... Pero admite que me cogiste cariño.—Vacila la rosada.

—Mucho. Por eso te haré este favor. ¿Cómo se llama la chica?

—¿Mmm? Sally. Creo que Acorn. Sally Acorn.

—Perfecto. Ahora mismo mando a mi mejor demonio.

—¿Y ya está? Quiero decir... ¿no me pides nada a cambio?

—Oh, por favor, no puedo cobrarle a una vieja amiga.

Dice eso con su típica sonrisa pícara en la que deja ver sus afilados dientes y luego desaparece.
La conversación con Scourge le deja mal sabor de boca a Amy. Sabe que no debería haber recorrido a él. Poco a poco la culpabilidad se apodera de ella. ¿Qué está tramando Scourge? ¿Y si sigue resentido por lo que hice? ¿Y si intenta hacerle daño a Sonic de nuevo?

—¡Sonic!—Grita desesperadamente corriendo, o más bien volando hacia la habitación.

Al entrar se encuentra con ambos escribiendo en silencio. El ojiverde se vuelve al escucharla y le mira extrañado.

—¿Ocurre algo, Sonic?

—No, nada...Tengo que irme un segundo, enseguida vuelvo.—Se levanta con normalidad y sale de la habitación para cerrar la puerta tras él y así hablar con ella.—¿Qué te pasa ahora? Ya hemos estamos terminando, así que deja de estar....—Deja la frase sin acabar al ver a Amy tan preocupada.

—¿Estás bien? ¿Ha pasado algo? ¿Todo va bien?

—¿Eeh? Si. ¿Por qué no iba a estarlo?

—¿Mmm? No, no, por nada.

De pronto, un grito agudo resonó en toda la casa. Un grito que venía de la habitación...

—Sally...

Welcome To HeavenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora