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—¡Como te he echado de menos!—mi madre y yo nos abrazamos fuertemente y seguidamente abrazo a mi abuela.

—¿Te lo has pasado bien?—pregunta mi abuela.
—Ha sido alucinante, me he enamorado de Roma.
Las dos se miran a la vez con cara de preocupación.
—¿Has bebido?—pregunta mi madre.
—¡Claro que no! Ya dije que era una estupidez beber—cojo la maleta y nos dirigimos hacia el parking dónde estaba nuestro vehículo.
En el coche cuento algunas anécdotas de Roma mientras escuchábamos Work de Rihanna.
—Odio esa canción, cambiala—dice mi madre con cierta cara de asco.
Cambio y empieza a sonar una canción de Justin Bieber.  Empiezo a mirar Instagram o alguna red social pero no tenía datos suficientes.

Una vez ya estaba en mi habitación lo primero que hice fue empezar a cargar el móvil y a mirar redes sociales que no había visto aún.
Unos cinco minutos más tarde inicio sesión en snapchat.
Tenía otro mensaje de Taylor;

"¿Ya has llegado? :)"

Durante unos segundos me quedo bloqueada mirando la pantalla y leyendo la pregunta una y otra vez. No entendía el por qué me lo preguntaba.
Al final le respondo cohibida;

"Sí, hace unos minutos."

Bloqueo el móvil y lo dejo otra vez en la mesita de noche y me dirigo hacia la pequeña sala para estar con mi madre.
—Me ha encantado Roma, la próxima vez que vaya tiene que ser contigo mamá.
—Me gustaría ir algún día a Roma, pero de momento no podrá ser. Mañana no vas al instituto, acuérdate—mutuamente nos regalamos una sonrisa y le digo;
—Me podrías hacer una taza de leche?
—Vale, ahora vengo.
Cojo la manta y me la pongo encima de mis piernas recordando las noches en la ciudad italiana.

En un abrir y cerrar de ojos el fin de semana ya había acabado y ya me estaba preparando para ir al instituto.
—¿Tienes todo?—pregunta mamá como cada mañana.
Cojo el MP3 y los auriculares blancos y enciendo el aparato.
—Lo tengo todo mamá.-le doy un abrazo seguido de un beso en la mejilla y salgo por la puerta principal.

Cuando llega la hora del recreo cojo mis pertenencias y bajo a la primera planta del instituto. Durante la media hora estoy hablando con mis amigos de estupideces hasta que suena la alarma dando por finalizado el recreo.
Empezamos a subir las escaleras y compruebo que tenga todo en mis bolsillos.
—He perdido las llaves—digo comprobando por segunda vez de que no están en ningún bolsillo.
—¿Has buscado bien?—pregunta Tessa entrando a la clase.
—Voy a mirar si se me han caído, si viene el profesor explícaselo.

Bajo las escaleras tan rápido como permiten mis piernas y compruebo que no estén por algún sitio.
Había recorrido todo el patio cuando escucho de lejos una persona gritando "chica" no me giro y empiezo a subir rápidamente las escaleras para no llegar tan tarde a clase.
A medio camino una pequeña caricia en el brazo izquierdo me detiene, me giro y veo el chico de mis pensamientos.

—¿Son tuyas?-levanta el brazo y me muestra unas llaves con muchos llaveros de cantantes y grupos diferentes, mis llaves.
Asiento con la cabeza y se las cojo de su mano intentando no rozar nuestros dedos.
Le susurro un gracias y me voy.
—¿Eres Emma?
Le miro por primera vez a los ojos y me pierdo en ellos durante un segundo.

—Sí—le digo muerta de vergüenza.
Cuando llego a clase el profesor aún no había llegado y decido contar lo que había sucedido a Scarlett.
—¿Por qué siempre me pierdo las cosas importantes?—pregunta ella
—¿De qué habláis?—nos pregunta Tessa, miro a Scarlett y decido contárselo a ella también.

Cuando empieza la siguiente clase no puedo parar de pensar en sus ojos, en su voz ni en sus labios, definitivamente tenía una gran obsesión.

Obsession Donde viven las historias. Descúbrelo ahora