Allí me encontraba, frente al espejo del baño, con el pestillo cerrado a pesar de que me encontraba sola. Miles de lágrimas recorrían mi mejilla.
-¿Porque siempre tengo que sufrir yo?- me preguntaba una y otra vez.
Mi mano derecha sujetaba un cuchillo grande de cocina y lo mantenía apoyado en mi muñeca izquierda. No quería acabar con mi vida porque aún tenía muchos sueños por cumplir pero llevaba acumulados demasiados problemas dentro de mi.
"¿Vas a huir de tus problemas? ¿Como hice yo? Realmente huirás de ellos?" la voz e imagen de mi tío apareció en mi mente. Mi familia había sufrido mucho con el suicidio de mi tío, por los problemas económicos que había tenido. ¿Serían capaces de sobrevivir a otro suicidio en la familia?
Puede que ese sea el hecho por el que nunca he dado el paso. Ese sentimiento de culpa de no querer destrozar mas a la familia. Ellos no se merecían sufrir más. Cerré los ojos y dejé que más lágrimas recorrieran mi rostro. Presioné el cuchillo sobre mi muñeca para crear una herida superficial como siempre había hecho. A continuación deposité el cuchillo sobre el borde del lavabo y cubrí mi herida con el paño negro que siempre llevaba para ocultar las marcar de las miles de cicatrices que tenía.
Limpié el cuchillo y lo guarde en su cajón correspondiente en la cocina. El encerrarme en el baño a llorar había comenzado a ser una rutina. Puede que ya haya pasado un año de la muerte de mi tío pero mi familia no parecía superarlo. Para mi su suicidio solo era otro de mis muchos problemas. Regresé a mi habitación, conecté el portátil y puse el aleatorio en mi lista de música. Me dejé caer en mi cama como un peso muerto y cerré los ojos para que la música me envolviera y calmara por fin mis lágrimas. Estas cesaron y yo caí en los brazos de Morfeo.
Y ahí comenzaba la pesadilla que llevaba noches y noches, y que me impedía descansar como debería. Yo me encontraba al rededor de un montón de chicos y chicas de mi instituto, todos con risas burlonas gritando "GORDA" "FEA" "IDIOTA" y miles de insultos hacía mi. La mayoría de aquellos ni me conocían. Ellos no sabían nada de mi. Y eso era lo que mas me dolía. El que sin conocerme de nada ya me odiaran. Yo siempre había sido la chica gordita de clase que destacaba en las clases que nadie lo hacía. Pero siempre trataba de pasar desapercibida en clase.
Desde que había llegado a la nueva ciudad y a mi nuevo colegio, aquella chica que se relacionaba con todos desapareció. Me convertí en una chica tímida, y a la que le costaba socializar con la gente. El hecho de haberme cambiado de colegio un gran número de veces fue cambiando mi personalidad habladora con la gente por una chica que le costaba mantener una conversación con alguien.
Nunca entendí lo que hice al llegar aquí. Desde el primer día de colegio, todos las chicas de mi clase me miraban mal. Mi mente siempre se pregunta desde entonces que había hecho mal. Después de los primeros días de clase recuerdo que comenzó uno de mis primeros problemas, las chicas se metían conmigo por ser la nueva y la única que destacaba en matemáticas. No se que problema tenían con eso, pero cuando teníamos esa materia, en la que siempre había destacado, ellas me llamaban empollona y cosas sin sentido. Yo solo destacaba en eso, las matemáticas y en las artes plásticas. Si, me encantaba hacer manualidades, pintar y todas esas cosas. Pero después en las demás materia era horrible. Si sentían envidia por mi habilidad en las matemáticas, me parece estúpido. Pero creo que nunca sabré el motivo por el que les genero tanto odio.
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El peso del alma
Non-FictionPesadillas, maltrato, bullying, sucesos horribles en la familia es lo que causa mi situación. ¿Se puede cambiar una situación de la cual nunca has sido la causante? ¿Tengo alguna posibilidad de alcanzar la felicidad? ¿O acaso he nacido para sufrir? ...