Capitulo 3

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-Hola, mi nombre es Alexandre.- me dijo con su acento inglés. Puede que fuera nuevo pero se notaba que dominaba en español. Me quedé mirándolo a los ojos extrañada. No entendía lo que habían visto los de mi clase en el para mirarlo con aquella repugnancia que hasta el momento solo lo hacían conmigo. El chico era bastante guapo, pero entonces me di cuenta. Era guapo pero un chico sencillo. Mis compañeros de clase eran de los que fueran a donde fueran debían vestir con ropa de marca. Pero no marcas cualquiera, sino las mas caras. Alexandre es un chico que encajaría perfectamente en aquel grupo si no fuera porque el no necesitaba vestir con ropas de marca. No soporto lo superficial que es todo el mundo en este instituto, pero por suerte parece que mi nuevo compañero de mesa no era como los demás. Le sonreí y me presenté:

-Hola, yo soy Alicia. Alicia Barros- le dije en voz baja para no recibir una llamada de atención por parte de la profesora de biología que seguía dando clase.

-Encantado.- dijo estrechando mi mano y mostrándome una gran sonrisa.

Al terminar la clase, me preguntó si después, durante el recreo le podía enseñar el instituto. Los recreo solía pasárlos sola en la biblioteca, dibujando. Siempre que tenía tiempo estaba dibujando. Pero se miraba que era un buen chico, por lo deseché mi idea de ir a la biblioteca durante el recreo y acepté su petición de mostrarle aquel laberinto de miles de aulas.

La hora anterior al recreo teníamos el examen de matemáticas. Alexandre al ser nuevo le permitieron ir a la biblioteca mientras los demás hacíamos el examen. Pero el se quedó en una mesa de la clase leyendo un libro ya que no sabía donde quedaba. El examen de Algebra comenzó. Fui resolviendo con gran rapidez cada problema. Enseguida di por terminado el examen, como siempre con tiempo de sobra. La profesora me dio autorización para salir del aula, por lo que recogí mis cosas y salí de la clase con Alexandre.

-Bueno, ¿que es lo que quieres que te enseñe primero?- le pregunté en cuanto cerró la puerta de la clase.

-Pues no se. Enseñame en el orden que a ti te apetezca. Mientras no me hagas dar mil vueltas al instituto, yo no tengo problema.- me respondió enseguida. Se notaba que dominaba bastante bien el idioma.- Y mientras nos podemos ir conociendo.

Fuimos viendo cada planta del instituto mientras hablábamos de nosotros. Ya nada mas empezar a hablar nos dimos cuenta en que teníamos en común. El gran número de cambios de lugar en nuestra vida. El había vivido en distintas zonas de Inglaterra y después de dos años en Irlanda, su padre decidió irse a vivir a España. Yo no había cambiado de casa tantas veces. El mayor numero de cambios que tuve fue en las escuelas a las que iba. Mis padres nunca me dijeron el porque de tantos cambios. Pero en total me había cambiado tantas veces como Alexandre pero sin cambiar tantas veces de casa.

En cuanto tocó el timbre del final del recreo regresamos a clase. Yo iba con mi carpeta de dibujos como siempre en mi mano. Pero entonces una de las chicas de mi clase pasó por mi lado empujándome y haciendo que mi carpeta se cayera al suelo esparciendo todos mis dibujos. Ya era algo habitual el que cada vez que estaba en los pasillos del instituto alguien me empujara tratando de hacerme caer o tirar mis cosas. Suspiré profundamente y me agaché a recoger los dibujos esparcidos por todo el pasillo.

-Disculpate al menos.

El peso del almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora