Eriol POV
Camino lentamente por el jardín, escondiéndome entre los árboles, cuidando desde lejos los movimientos de Sakura y Syaoran. Los observo por si las cosas vuelven a terminar mal y tengo que intervenir. Tal vez sea eso, pero.... Debo admitirlo; parte de ese presentimiento que tengo de que va a pasar algo, me da un poco de temor que ellos puedan arreglar sus problemas y que Sakura se dé cuenta que sigue amando a Syaoran y me deje. No es que dude del amor que me tiene Sakura pero aún así no me puedo confiar. Syaoran fue muy alguien muy importante en su vida y yo he llegado a su vida un poco después. Todo puede pasar en este momento.
Me escondo detrás de un árbol para que Syaoran no note mi presencia. Suspiro. Con el viento acariciando mis cabellos y el sol calentando mi mañana, me permito pensar en todo lo que ha pasado en los últimos días junto a Sakura.
Sin duda, los mejores días de toda mi existencia.
Al principio, cuando ya no recibí más cartas de Sakura, ya me imaginaba que Sakura pasaba por un mal momento, pero no sabía que tan malo podría ser. Volver a Japón y ver a Sakura en ese estado, hizo que una parte de mí empezara a morir junto con ella. Pero no podía quedarme sin hacer nada. Al instante comprendí que la recuperación de Sakura dependía de mí. Solo yo podía ayudarla. Así que me dispuse a hacer todo lo que había en mis manos.
Pero luego comprendí que, al tiempo que ayudaba a Sakura, fue inevitable que mis sentimientos hacia ella fueran creciendo cada día más, a tal punto que puedo admitir, sin equivocarme, que la amo, incluso más que a mi vida.
Aún así, si su felicidad no es junto a mí, la dejaría partir.
No debo ser egoísta. Al final ella decidirá con quien se quedará. Y yo respetaré su decisión.
Pero no debo de pensar en el futuro. Por primera vez en mi vida, dejaré que las cosas sigan su curso normal.
En este momento, soy feliz. Sakura ha aceptado ser mi novia. Ha aceptado que le brinde todo ese amor que he estado conteniendo por todo este tiempo.
Pero si ella me lo permite, no quiero que solo tenga ese título...
Deseo con todo mi corazón convertirla en mi esposa.
Una sonrisa se forma en mi rostro inevitablemente. Vuelvo a la realidad, gracias al canto de un pájaro, y busco a Sakura y a Syaoran. No debo de perderlos de vista por muy lento que caminen. Recorro la vista por todo el jardín hasta que por fin los encuentro.
Y lo que veo me deja helado...
Sakura está abrazando protectoramente a Syaoran, acariciando tiernamente su cabello, mientras él la toma por la cintura acercándola a él y dejándose acariciar. Si alguien los viera, juraría que ellos dos son pareja y esté es solo un abrazo que demuestra que, a pesar de la distancia y el tiempo, ellos se siguen amando. Es la típica postal de dos enamorados que por fin vuelven a unir sus destinos.
Siento una grieta formarse en mi corazón. Retiro la vista incapaz de seguir presenciando esa escena.
Sabía que esto podría pasar... pero no puedo negar que duele demasiado.
Cierro los ojos fuertemente. Un dolor punzante se extiende en mi pecho lentamente. Puedo comprender por un momento el dolor que sintió Sakura cuando se marchó Syaoran. Ver partir al amor de tu vida debe ser casi lo mismo que darte cuenta que la persona que amas está en los brazos de otro que no eres tú. Puedo comprender que realmente lo amaba. Así que no creo poder competir con eso.
No puedo competir con el amor que sintió Sakura por Syaoran, porque se fue forjando a través de los años...
Ahora recuerdo que esa fue la razón por la que me marché. Me di por vencido sin dar batalla.