Sakura POV
Estar en los brazos de Eriol nunca había sido tan reconfortante. Sentir esa calidez y seguridad que su abrazo me brindaban, hacía que mi interior se envolviera en una cálida sensación. Me sentía tan extraordinariamente bien que, sinceramente, no me quería separar de él. Pero no me podía quedar así por toda la vida y Tomoyo me lo hizo saber.
-Bueno les mostraré sus habitaciones-dijo Tomoyo haciendo que me separe de Eriol un poco sonrojada. Comenzábamos a caminar cuando algo, o más bien, alguien, nos detuvo.
- ¡Sakurita! - Gritan a nuestro lado y pronto me veo acorralada en unos brazos delgados - ¿Cuánto tiempo sin verte? - era Nakuru.
-Hola, Nakuru, que bueno verte- logré decir pues su abrazo me estaba asfixiando como siempre. De pronto Nakuru se fija a mi lado y fija su mirada en Yukito. Entonces me doy cuenta que aparece un brillo muy singular en su mirada
- ¡Yukito! -Grita Nakuru y también corre a abrazar a Yukito. Él se sorprende.
-Ehh... hola Nakuru- y se sonroja levemente.
-Bueno, yo estaré en el jardín, por si me necesitan - dijo Eriol y sale por la puerta. No pude evitar que mi mirada lo siga hasta desaparecer. Suspiré. Estos días me he sentido mucho mejor y me temo que sea por causa de Eriol. Él siempre me ha ayudado a salir adelante. Claro, a su manera. Pero nunca me dejó.
Cuando salgo de mi ensoñación, Tomoyo me estaba mirando con una sonrisa. Y no puedo evitar sonrojarme ya que me ha visto seguir a Eriol con la mirada.
-Vamos Sakura te enseñare tu habitación- me dijo arrastrándome por las escaleras-.
-Espera... y ¿Yukito? - No me había dado cuenta de que ya no estaba con nosotras.
-No te preocupes. Nakuru dijo que ella lo guiaba.
-Está bien, vamos
Llegamos a un pasillo muy largo con muchas puertas que daban a distintas habitaciones. Entramos por una puerta al final. Y lo que vi me dejo sin palabras.
Era habitación bastante amplia que tenía una pequeña sala y atrás una gran cama. Tenía también un ventanal que daba justamente al jardín. Era hermosa.
-Esta será tu habitación ¿te gusta? - me dijo Tomoyo
-Wow. Claro que me gusta Tomoyo. Me encanta - dije aun contemplando la habitación.
Caminé hacia el ventanal y veo el extenso jardín que rodea a la casa de Tomoyo. Pero pronto una silueta roba mi atención. Era Eriol caminando lentamente. Se veía extremadamente guapo, debo reconocer. Su cabello, un poco más largo, resplandece con el sol. Su piel blanca y sus ojos... esos ojos en lo que me puedo perder. Mi mente me hace recordar el extraño suceso que ocurrió ayer en mi casa con él. Estábamos tan cerca el uno del otro, que por un momento pensé que me iba a besar en los labios, pero en cambio dejó un beso muy cerca de ellos, lo que envió una corriente eléctrica por todo mi cuerpo. Mi cuerpo nunca había reaccionado de esa manera con un beso de Eriol, pero ahora era muy diferente. Además de que sus besos siempre eran en el dorso de mis manos, no casi en mis labios. Y por supuesto ante esto, no pude evitar sonrojarme. - Eriol - se me escapa su nombre en un susurro y Tomoyo lo escucha.
-Que gesto, por parte de Eriol, en venir personalmente, desde Inglaterra, para verificar que te pasaba- me dijo Tomoyo
-Sí. Eriol, de alguna forma, siempre ha cuidado de mí -reconozco. Eriol se da cuenta de que lo estaba observando y se gira hacia mí, brindándome una de sus luminosas sonrisas. Le devuelvo la sonrisa y me sonrojo. Hacía tanto tiempo que no me sonrojaba por la menor cosa