Capítulo 25

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Pov. Christian.

Desde que dejamos a Edward en el aeropuerto he sentido la mirada de Anastasia sobre mí y no me siento en condiciones de hablar sobre lo ocurrido.

-Te pasaras todo el tiempo ignorándome? Habla con voz suave.

-No quiero hablar por ahora Anastasia. Digo en tono frío.

La rabia aún recorre mi cuerpo y sé que si tocamos el tema quedaremos en malos términos.

-Señor a donde nos dirigimos? Pregunta Taylor.

-La señorita Steele te indique donde la dejaremos. Digo mirando por la ventana.

-Pueden dejarme en mi casa. Dice con voz entrecortada.

Todo el camino ha sido en completo silencio y en verdad se lo agradezco. Al sentir que el coche disminuye la velocidad y se detiene me doy cuenta que hemos llegado. Le hago una señal a Taylor para que no de baje y camino para abrirle la puerta a Anastasia en total silencio.

-Gracias. Habla con sus ojos fijos en mi. -Podemos hablar un momento. Solicita. Sé que mi mirada es fría y esa postura que siempre he manejado con los demás ha salido a flote.

-No creo que sea lo correcto. Digo mirando el paisaje.

-Por favor, Christian. Suplica. -Suspiro porque por más que he evitado hablar en este momento no ha sido el resultado que he esperado.

-Perfecto! Exclamo.

Caminamos al área de la terraza y nos acomodamos frente al otro y puedo notar que está nerviosa por la conversación, pero no lamentablemente no puedo hacer nada para cambiar aquello.

-Te escucho. Digo en tono seco mirándola a los ojos.

-No me siento cómoda con la actitud que has tomado. Habla en voz baja mientras juega con sus manos. Ladeo la cabeza a un lado y la miro con una sonrisa burlona.

-No te sientes cómoda con mi actitud! Exclamo. Y cuál es la actitud que debo tener, señorita Steele? Pregunto frunciendo el ceño.

-Christian, sé que yoooo. Tartamudea.

-Anastasia, no quería tener esta conversación en este momento porque no me fío de mi autocontrol, pero has insistido. Respiro profundo. -Las cosas no son fáciles en una relación y sé que necesitamos mucho tiempo para conocer el uno del otro. Hago una pausa. -Esta conversación que tendremos será la última y espero que todo quede claro. ¡Entiendes! La miro esperando respuesta.

-Si entiendo. Responde.

-Vamos en la misma línea. Digo como todo empresario. -Mía, es del tipo impulsiva y su manera de protegerse de alguien que considera que la haya lastimado es alejarse y después de un tiempo prudente lo enfrenta. -Y de impulsivo ni hablar. Sonrio. Pero tengo mis límites. -Se que pasó algo entre ella y tu hermano, pero no sé que. La miro fijamente y recargando mi espalda en el respaldo de la silla para poder observar mejor sus cambios. Sonrio al darme cuenta que ella sabe la razón. -Se que sabes cuál fue el motivo de aquel distanciamiento y respeto que no lo compartas conmigo ¿Y sabes por qué, Anastasia? Pregunto.

-No se. Dice. La miro por un instante y por más que lo intento no puedo verla como la veía aquel día.

¿Por qué dejaste que se quebrara? Le pregunto sin hacerla en voz alta.

-Porque esa es la gran diferencia entre Anastasia Steele y Christian Grey. Le hablo tan calmado que me da escalofríos. -Te explico mejor. Christian Grey, respeta los lazos y sabe mantener su distancia y entiende que los problemas de terceros deben quedar ahí y no quiere decir que no quiera a mi hermana, pero no puedo arriesgar mi bienestar por algo que a la corta o a la larga terminara solucionado. No sé si me doy a entender. Asiente. -Esa es la gran diferencia entre usted y yo, señorita Steele.

No hay bruja más bella que tú (#1) (Sin Editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora