Capítulo 37

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Pov. Mia.

Salgo del cuerpo de baño con la incertidumbre recorriendo mi cuerpo y mis lágrimas no tardan en salir.

¿Por qué no quiso estar conmigo? Si los dos lo deseamos.

Su cuerpo respondía a mis caricias demostrando que estaba excitado al igual que yo. Su respiración se agitaba cuando rozaba mi cuerpo al suyo.

¿Qué lo detuvo?

Todo es tan confuso.

Será.... ¿Ya no me desea? ¿Estará conmigo solo por el bebé?

Sacudo mi cabeza sacando esos pensamientos que me están llevando por el camino equivocado.

Mia Grey, deja de pensar cosas que no son.

Mientras me seco el pelo pienso en la última vez que estuve aquí y en cómo todo se complicó por mi forma tan impulsiva de actuar. Camino hacia la cama para hidratarme la piel, después me coloco una bata de seda color rosa.

Escucho la puerta y me giro para encontrarme con un Edward con las gotas de agua recorriendo su torso desnudo.

-Pensé que estarías en la cama. Dice caminando hacia mi.

-Edward, ¿No me deseas? Susurro con mis ojos cristalizados.

Acaricia mi rostro tomándome en sus brazos para sentarse en la cama. Besa mi cabeza repetidas e inhala el aroma de mi pelo.

-Te deseo como a nada en este mundo... Hace una pausa. -Pero no quiero que la próxima vez que hagamos el amor sea en una bañera de un cuarto de baño. Mia...

-Te necesito y quiero que me ames, Edward. Bajo la mirada.

-Yo te necesito mucho más, mi chiquita. Beso su cuello tratando que se deje llevar por lo que ambos sentimos.

Su garganta emite un gutural gemido al sentir mis dientes rasgando su mandíbula. Me muevo para que nuestros sexos se froten.

-Ummm. Gruñe. -Mía, detente. Quiero que esa entrega sea especial y que sea como nuestra primera noche de amor. -En sus hermosos ojos veo sinceridad.

-No me importa si es en una bañera, mesa, sofá, sobre esta cama o en lo que sea. Solo quiero que me ames.

-Pero a mí sí y quiero que sea algo inolvidable. Dice decidido separándose de mi

Sé que está luchando con todo lo que le hago sentir y no se cederá y eso me duele. Vencida dejó caer mis brazos a mi costado y bajo la mirada para ocultar mi vergüenza y lo humillada que me siento por haberme despreciado. Respiro profundo y lo mejor que debo hacer es ir a casa y dormir sola.

Levanto la mirada y esta saliendo del armario con un pantalón pijama y una camiseta. Se dirige al cuarto de baño y le hablo.

-Puedes llevarme a casa de mis padres. Le digo con voz firme. Se voltea con los ojos bien abiertos y su postura tensa.

-Mia, por favor... le interrumpo.

-Es lo mejor, Edward. Digo.

Toma mi rostro con sus manos y sus ojos me miran con miedo. Acerca sus labios a los míos pero no me siento preparada para otro rechazo, por lo que esquivo el beso.

-Pequeña no hagas esto. Suplica envolviéndome en sus brazos. -No lo tomes de esta manera.

-No me siento cómoda aquí. Le digo saliendo de sus brazos. -Quiero irme a mi casa. Si no quieres llevarme puedo irme en taxi. Digo saliendo de la habitación, dejándolo clavado en su lugar.

No hay bruja más bella que tú (#1) (Sin Editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora