Flashback.
Narra Zoro.
Había sido un día muy largo y agotador. Perona ya había cenado, entonces me encontraba sentado solo en la mesa, comiendo mientras Ojo de Halcón estaba en su sillón de cuero dándole la espalda a la mesa.
- ¿Ya se curaron todas tus heridas, Roronoa? -Me preguntó sin voltear a verme.
- Si. -Le respondí apenas, con la boca llena de comida.
- Bien. Espera ahí. Prepararé tu té. -Dijo mientras se levantaba del sofá, dejando el periódico y su vino en la mesa.
¡Oh, Dios, ese té! No sé porque, pero él me lo daba todos los días sin falta desde el día que llegué ahí. Tampoco sabia de que rayos estaba hecho, pero ¡mierda! Mi lengua sí que lo disfrutaba.
- ¡Ojo de Halcón! -Gritó la fantasmita rosa- ¡También quiero uno! ¿¡Por qué solo a Roronoa le das té?!
- Por qué soy su favorito. -Le dije para molestarla. Enrojeció furiosa y voló hasta impedirle el paso a Mihawk.
- ¡También quiero probarlo! -Repitió- Él dice que sabe delicioso! -Dijo mientras me señalaba.
- ¡Porque es la verdad! -Respondí levantando la mano con el tenedor en ella- ¡Pero solo hay para mí, fantasma!
- Cierto. No puedo darte a ti. Ahora apártate, debo ir a prepararlo.
- ¡Pues si no me quieres dar descubriré donde escondes la bolsitas y me prepararé uno yo misma!
- Como quieras. -Dijo rodeándola al ver que no se apartaba de enfrente de él. Ella dio media vuelta para verlo entrar a la cocina y, cuando se perdió de vista ahí dentro, volteó a verme y yo regresé mi atención a la cena.
Hizo cara de disgusto mirándome.
- ¿Qué? -Le pregunté con la boca llena y levantando los hombros- ¡No es culpa mía si no quiere darte!
Volteó la cabeza como si hubiera querido golpearme con su cabello y se fue enojada haciendo pucheros. Yo resoplé y terminé de comer el último bocado cuando él llegó sosteniendo con una mano un platito blanco con la taza de té sobre el y una cuchara dentro. Lo puso frente a mí y yo le quité la cuchara y la bolsita para tomarlo. Era tan delicioso, que desde el día en que lo tomé por primera vez apenas lo probé y no pude parar de tragarlo. Y así es desde aquel día. Apenas me lo da y medio minuto después desaparece dentro de mi boca. Y esta vez claramente no fue la excepción.
Se sentó en la silla de mi lado y me observó mientras lo tomaba. Cuando me lo acabé puse la taza de nuevo sobre el plato, me recargué en el respaldo de la silla y me sobé la panza con una gran sonrisa. Había estado delicioso, como siempre.
- ¿Satisfecho? -Me preguntó sin dejar de mirarme ni cambiar su expresión.
Asentí varias veces mientras le respondí-: Claro que si.
Se levantó de la mesa lentamente y se recargó en ella mirándome. Lo miré también y dijo-: Bien, acompáñame.
~
Narrador en 3ª persona.
Zoro obedeció a Mihawk. Se levantó también de la mesa dejando ahí los platos de su cena y la taza donde había estado antes su té.
El Shichibukai caminó frente a él por un largo y oscuro pasillo solo iluminado por velas que emanaban apenas una tenue y débil luz.
Zoro miró a su alrededor con curiosidad mientras le seguía a Ojo de Halcón el paso tranquilo por aquel pasillo. Que recordara, él nunca le había permitido caminar por ahí. Ni a él ni a Perona.
De pronto y sin que Zoro se diera cuenta, Mihawk dobló a la derecha en un pequeño "pasillo", aunque no era para nada largo y solo había una puerta en el. Sacó una llave y con ella abrió la puerta.
Dejo pasar primero a Zoro, quien caminó sin quitar los ojos del contrario hasta que entró a la sala. La observó un poco y con eso supo que era su cuarto, donde el dormía.
Se extrañó un poco al pensar que una habitación tan grande con tan solo una cama, una cómoda muy larga y grande, alguna mesita y un sillón en toda la habitación. Era de techo muy alto y tenía cortinas de color oscuro que no permitían pasar absolutamente nada de luz.
Mientras el Marimo seguía observando la habitación con mucha curiosidad, Mihawk entró también y cerró la puerta con llave detrás de él.
Al escuchar el sonido de la llave siendo girada en la perilla el moreno supo que estaba cerrando con seguro, pero no volteó ni dijo nada acerca de eso.
- Entonces... -Dijo, ahora preguntándose por qué rayos lo había llevado a su habitación- Este es tu cuarto ¿verdad?
El mayor se acercó caminando rápidamente, lanzó la llave a una mesita de ahí cerca y tomó a Zoro de los costados de sus brazos. El menor se sorprendió y abrió los ojos en señal de eso.
- Roronoa, -Le hablo dominante y Zoro se tensó- necesito que te calles y me obedezcas. ¿Entendiste?
El menor lo miró expectante, intimidado y se encogió en su lugar. No tenía idea de que era lo que Mihawk tenía pensado que pasara a continuación. Pero no quería preguntarle, era obvio que el mayor no respondería nada. Entonces, asintió levemente dándole a entender que si, obedecería.
Mihawk se quedó viéndolo un poco más. No soportaba la expresión de preocupación en la cara de Zoro. Estaba completamente a su merced, vulnerable. Y, con aquel pensamiento, sonrió un poco.
~
Zoro no tenía idea que cuantas horas habían pasado ya.
Las embestidas de Mihawk se volvían cada vez más intensas, al igual que sus gemidos. Zoro se sostenía fuertemente de los barrotes de la cabecera de la cama al ver que no podría ni le convenía soltar las sogas que lo tenían amarrado a ésta, Mihawk se enojaría y, en verdad, no quería eso. A pesar de que el mayor lo había amordazado porque el peliverde no dejaba de gritar y gemir muy fuertemente, aunque Mihawk le hubiera ordenado que se silenciara. Su garganta seguía haciendo ruidos aunque Zoro no lo quisiera.
El Shichibukai estaba siendo muy intenso, duro, rápido. Y el moreno no podía pensar en cuanto tiempo más podría soportar.
Se había corrido ya varias veces dentro de él, pero lo dejaba descansar apenas unos cinco minutos y volvía a follarselo igual o más duro que la vez anterior.
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No, no lo está violando e.e
Ya sé que eso parece, pero en el siguiente cap verán el por qué Zoro en realidad sí se deja.Hey, quisiera hacer estos Flashbacks MiZo un poquito más explícitos uwu ¿Puedo? :v
No leemos :3
Los quiere,
taglet.
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Estúpido Espadachín.
FanfictionUn sentimiento ancló en mi corazón cuando lo vi de nuevo. Ver su cabello color verde no me hacia recordar al moho como lo hacía antes. Hoy todo en él es... perfecto. Peleábamos por cualquier cosa, no parábamos de mirarnos con furia... Entonces ¿Porq...