Capítulo doce: Respuestas.

5.2K 342 16
                                    

Estacione frente la casa de los Maslow, la madre de James salió hacia de la casa y nos esperó en los primeros escalones. Yo apagué el motor y me volteé hacia David, dejarlo me iba a sacar el alma incluso cuando sólo serían unas horas. Me baje del auto y saqué a David de su sillita, agarre el bolso y caminé hacia Cathy. Al ver a su abuela él comenzó a saltar en mis brazos, y al llegar a su lado se tiro de imprevisto a sus brazos siendo rescatado por su abuela. El corazón se me detuvo unos segundos.

-Yo también te extrañé cariño.- Cathy le sonrió a su nieto y luego me miró de arriba a bajo.- Mira a tu madre, esta hermosa. Estas hermosa.

-Gracias -yo sonreí, la verdad era que Antonio se había lucido esta vez.- Ya debo irme, volveré en cuanto pueda.

-¿No esperaras a James? Dijo que ya estaba llegando.

-James esta vi... - abrí los ojos mostrando mi sorpresa antes de darme la vuelta caminando a mi auto.- recordé que olvidé algo, ¿porque no le dice cuando llegue, que vaya yendo?

-Por qué no se lo dices tu misma, allí viene. -Cathy me despidió con la mano y entró con David a la gran casa. Sin dudas él estaba llegando y estacionó su auto en frente mío. -

Comencé a caminar hacia mi auto, no pensaba subir al suyo, se podía olvidar completamente de esa idea. Al bajar del Audi TT corrió hasta llegar a mi y me abrazo hasta quedar tan cerca que su respiración chocaba con la mía.

-Hola agápi mou.- su acento me dejó helada.- ¿Te gusta? Negociar con griegos trae beneficios ¿Subes?

-Ya te dije que no iré a ningún lado contigo sin respuestas.

-Te daré las respuestas en el auto .-dijo el mirando hacia la entrada de la casa. - Sube.

-No, -él suspiró exasperado. Apreté mis dientes, estaba decidida. - respondeme algo antes.

-¿Qué?

-¿Haz visto a mi padre? -él pasó una mano por su barbilla, y me miró de hito en hito.-

-Agápi...

-No, nada de agapí mu. Responde, es una respuesta fácil, si o no. -James se echó hacia atrás. -

-No. -Él me estaba mintiendo en la cara.- No lo he visto, tengo hombres que lo vigilan por mi. -O no.- Ahora sí ¿Subes?

Eso no me ayudaba en nada, necesitaba más respuestas. Él caminó rumbo al auto y me esperó a mitad del camino, a regañadientes camine hacia donde estaba. Intento agarrar mi mano pero yo me corrí, James sonrió y negó con la cabeza, abrió la puerta  del acompañante y yo entre de mala gana, tal vez él solo necesitaba cubrir lo que estaba pasando en realidad con respecto a nuestra relación, y acompañarlo le iba a ayudar a tapar las sospechas de muchos. Lo seguí con los ojos hasta que entró en el auto y arrancó. Estaba bastante guapo, traje negro, zapatos bien lustrados y la barba incipiente. Amaba su barba a decir verdad.
Estiré mi vestido sobre mis piernas por los nervios.

-Estas preciosa, agápi mou. -yo miré por la ventana. - ¿Vas a preguntar algo?

Luego de unos segundos pensando algo bueno para preguntarle se me ocurrió algo, debía comprobar todo lo que Peta me había dicho.

-¿Quién es Abby? -le pregunté, me volteé para ver su reacción, justo a tiempo para verlo apretar su mano en el volante. -

-Abby -dijo muy lentamente. - es la hermana de Daniel. -él me echó una mirada. - Fuimos novios antes de haberte salvado la vida.

-¿Te esta chantajeando? -su ceño se frunció.-

-No.

-¿La amas?- la pregunta salió de mis labios antes de poder detenerla. James paró de golpe y me miró, torció la cabeza mientras negaba, sus ojos parecían sinceros. -

-No, agápi mou. -el auto delante nuestro avanzó y James lo hizo dos segundos después. -

-¿Por qué lo hiciste?

-No puedo responder eso. -me tiré hacia atrás en el asiento. -

-¿Fuiste a ver a Peta? -le pregunte luego de unos segundos. -

-¿Qué tiene que ver ella?

-Dios James, solo contesta. -dije exasperada. -

-No.

Bien esto no resolvía mucho. Aún seguía teniendo mis dudas. Vi a lo lejos la multitud de gente, ya estábamos llegando al lugar, necesitaba hacer una pregunta más.

-¿Por qué dices que mi padre es peligroso, que sabes de él?

James me miró con una expresión de lástima en su cara por dos segundos y luego suspiro.

-Tu padre tiene negocios ilegales, Mia... con el padre de Daniel y Abby. Marco Clouds. Es jefe de tu padre. Yo sé que Marco es peligroso, por lo tanto tu padre también lo es para ti, agápi mou.

-¿Marco sabe que su hijo esta en la cárcel? -susurre distraída mientras pensaba en mi padre. Dios esto era un círculo sin fin, todo estaba relacionado con todo ¿Yo había conocido a Daniel por medio de mi padre? No. Recordaba haber conocido a Daniel en mi antigua secundaria. -

-No lo sé, y no quiero saber que pasará si se entera de que fuimos nosotros la razón por la cual él se encuentra allí. -James miro el espejo retrovisor antes de acercarse a la entrada del gran hotel, donde se hacía la gala- Mia sólo necesito que estés atenta. Tu padre hará lo que sea para dar contigo, no lo dejes.

-Parecía preocupado cuando quiso hablarme -murmure distraída, recordando que parecía desesperado por hacerse escuchar.- Pero tal vez hace lo mismo que hizo con mi madre.

-No dejaré que se acerque otra vez. - alguien abrió mi puerta cuando James apagó el auto. Un chico joven estiró su mano para ayudarme a bajar y así lo hice. James bajó y le tendió la llave al maitre para que lo aparque. Espere a por él y cuando llegó a mi lado me tendió su brazo. - ¿Te he dicho que estas preciosa?

-Si, pero gracias. -Hicimos la cola para entrar al hotel, había muchos hombres de traje con esposas muy bellas y jóvenes para algunos. James miró su reloj y metió su mano en el bolsillo de su pantalón, parecía inquieto, y esto era lo último que me faltaba, pensé. Miré hacia atrás para echar un vistazo y vi a Kendall dos lugares atrás de nosotros. Estaba con una chica muy hermosa, casi envidiable, a la que no parecía prestarle atención. -

-¿Qué hay entre Kendall Schmidt y tu? -me giré para ver a James fulminandolo con la mirada. Al volverme para ver a Kendall me di cuenta de que él no le prestaba atención a la rubia porque le estaba devolviendo la mirada a James, si las miradas mataran. -

-¿Qué te pasa a ti con él? -le pregunte. - Siempre que lo ves no dejas de mirarlo mal, y no creo que sea por mi causa.

-Crees mal, agápi mou.

La Nueva Jefa. -James MaslowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora