Dia 24

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Día Veinticuatro

Yuu ojea el paquete de bolsas de sangre oculta en su refrigerador. Veinticuatro días. No está seguro de qué pensar.

Recientemente, ha estado escuchando los gritos del vampiro haciendo eco desde el sótano. Parece que la sed de sangre está empezando a conducirlo totalmente loco.

Yuu agarra la bolsa de sangre más cercana. Curioso cómo una cosa tan pequeña puede afectar la vida de una criatura y controlarlos al borde de la locura. Lamentable, real.

Se acuerda de lo que Guren le dijo hace unos días. La bolsa de sangre de repente se siente más pesado.

-¿Por cuánto tiempo se supone que debo seguir con esto?- le pregunta Yuu.

La pregunta lo ha fastidiado de la semana pasada ahora. Su decisión de mantener el vampiro no era más que de un impulso para satisfacer la parte de él, que quiere ver a esos chupasangres sufriendo.

No está seguro de que ese impulso se ha ido o si el sufrimiento de Mika ya no es suficiente.

Guren le mira como si él acaba de dar una pregunta estúpida.

-Hasta el final- dice -hasta que ese vampiro se muera, se convierta en un demonio o lo que sea que esas cosas hacen después de que se mueren de hambre durante demasiado tiempo-

Yuu asiente con la cabeza. Él no podria decir nada de eso.

Incluso desde su dormitorio, que todavía puede oír los gritos de Mika. Estos se agrietan en el aire, por lo que Yuu siente algo que ni de lejos lo satisfacen y se odia por eso. Odia el hecho de que en realidad está contemplando el dar al vampiro la estupida bolsa de sangre con el fin de hacerlo callar.

Harto de escuchar a Mika gritar "Yuu"

El agarra la bolsa de sangre apretándola más, y sale de su habitación, haciendo su camino para el sótano y haciendo caso omiso a la parte sensible de su cerebro diciéndole.

No, mantengase alejado del vampiro, no ir a ninguna parte cerca del puto vampiro.

Tan pronto como entra al sótano, la cabeza del vampiro no deja escaparse. Sus ojos se veian más salvaje, casi rotos. Se tambaleaba, temblando duramente como nunca. Es en este momento que Yuu puede olvidar que es un vampiro y confundirlo con una rubia inocente de rodillas, temblando, temblando, sufriendo a causa de él .

Él hizo esto.

¿Por que esto no lo hace sentir bien y ya?

Yuu aprieta los dientes y va más allá de la barrera. Los ojos de Mika se ensanchan, ya vacilante su mirada en el cuello de Yuu.

Ninguno de ellos se movió. Se puede ver las manos de Mika temblando contra el suelo, como si estuviera a punto de abalanzarse, pero no lo hace, Yuu no sabe por qué no lo hace.

Yuu también no sabe por qué haría esto.

-Bebe- pidió. No, ordenó.

Mika se lanza cuando la palabra salio en su boca. El instinto de Yuu lo hizo a saltar de nuevo, coge su espada y apuñala al vampiro hambriento en frente de él, pero sorprendentemente, se mantiene. Observa en silencio como Mika devora la bolsa de sangre, moviendose físicamente hasta el punto en que está derramando la mayor parte de la bolsa en lugar de beber. Cuando termino, volvio a mirar a Yuu, todavía temblando, todavía jadeante, con los ojos grandes y enrojecidos.

Yuu tiene que apartar la mirada.

Trata de encontrar la respiración, lamentablemente era difícil en este sótano.

También resulta ser más difícil pensar.

¿Que eh hecho? ¿Que hice? ¿Que debo hacer?

Yuu aprieta su mandíbula y se da la vuelta. Él tiene que irse.

Mika pone las garras sobre su pierna. Sus dedos se retuercen alrededor del dobladillo de sus pantalones, abogando Yuu con esos grandes ojos azules.

-Quedate..-

Los ojos de Yuu se ensanchan. La palabra vuelve a reproducirse en su cabeza como una computadora errónea.

Quedate. Quedate, quedate, quedate, quedate.

El cazador de vampiros en él le está diciendo que mate a Mika. Los recuerdos de su familia muerta le está diciendo que odie a Mika.

Pero su cabeza le está diciendo que se quede.

Por lo que se queda.

Suspira, se acomoda en el suelo y se sienta delante del vampiro.

-Me quedare- dice -Ya que usted ruega-

Cuarenta y Dos Días [Yuumika]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora