Dia 15

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Día Quince

Cuando Yuu entra al sótano, fue recibido por el sonido de los jadeos del vampiro. Hace una pausa por un momento, mirándolo arañando el suelo, respirando con dificultad y tragando cada segundo más o menos. Sudorosas gotas bajaban por su frente, sus colmillos estaban a la vista, ya que continúa a estremecerse y viene un espasmo con cada respiración que se necesita.

Sólo quince días y el hambre ya está empezando a matarlo. Yuu esta un poco sorprendido. El pensó que duraría más que eso.

La cabeza del vampiro no deja de alborotarse cuando oye a Yuu que se aproxima.

Un rubor se notaba en sus mejillas, sus labios adoloridos y ensangrentados, posiblemente los morderia. Yuu ve los rastros débiles de la sangre en zig-zag abajo de su cuello y su mente lo traiciona por pensar que el vampiro se ve... bueno. Se ve bien cuando esta de rodillas, jadeando y mirándolo con los ojos cansados.

Yuu traga. El aire de repente se siente delgado.

-¿Me has echado de menos?- dijo enmascarando su voz con una sonrisa.

Por una vez, el vampiro no dijo nada. En su lugar, responde con el ceño fruncido. El fuego arde en sus ojos azules, brillante e inesperado que Yuu pierda el ritmo en su paso.

Se detiene frente a la barrera, se siente el zumbido de magia a sólo un pelo de distancia, tarareando una seguridad que alivia su mente sobre todo cuando el vampiro se arrastra frente a él. Ellos se miran el uno al otro; azul y verde se reúnen, el número de segundos era indefinido, el silencio se extiende, y Yuu admite que los ojos rasgados de Mika son cautivadoras, como un animal, pero, no obstante, cautivador.

No, Mika es un vampiro, un vampiro.

-¿Hambriento?- le pregunta. Es más fácil de burlarse de el, en lugar de mirar a esos ojos azules.

Sin respuesta.

Mantiene la mirada.

Yuu frunce el ceño. Hay algo..

Mika gruñe y lo agarra del brazo. Todo es una falta de definición, demasiado rápido, demasiado apresurado para que Yuu grite o se incline demasiado rapido para cerrar.

Se me olvidó de la maldita barrera debido ojos de Mika

Manos aprietan alrededor de su cuello.

-Si me matas, nunca podras salir de esta barrera- Yuu le dice, su voz le sorprende a sí mismo. Es obvio calmarse a pesar de la lujuria que el vampiro quiere por su muerte.

Los dedos de Mika tiemblan contra su cuello. Lo ha dejado. Eso es lo suficientemente bueno.

-Mátame y nunca podras salir de aqui- advierte de nuevo.

Un aluvión de emociones centellean a través de los ojos de Mika; renuencia, la ira, la desesperación, y finalmente, por último, los dedos aflojan alrededor del cuello de Yuu en sumisión.

Yuu sonríe.

Se estabiliza a sí mismo, su rodilla roza por accidente el muslo de Mika. La reacción del vampiro es instantánea, lloriquea y causa un sonido más fuerte que hace eco en el cerebro de Yuu, ahora que está tan cerca.

Ninguno de ellos se movió.

El debe moverse. Él debe levantarse y salir. Debe cerrar la puerta, bloquearla, dejando al vampiro aquí pudriendose con toda la mierda que le importa.

Pero Yuu se mantiene.

Él empuja su rodilla más cerca, escucha a Mika quejándose cuando siente el peso contra su entrepierna. El vampiro se lame los labios y agarra el hombro de Yuu, temblando.

El corazón del azabache palpita lo suficientemente fuerte como para ahogar la habitación.

El se inclina más cerca. Él no sabe por qué está inclinándose más cerca o por qué está frotando su rodilla contra Mika, deleitándose en la forma en que el vampiro se queja ante su contacto, la forma en la cabeza ahora descansa en el hombro de Yuu. Él no sabe por qué empuja a Mika hacia abajo sobre el suelo demasiado rápido y duro, demasiado rápido para que el vampiro se estremezca cuando la parte de atrás de la cabeza conecta con cemento. Él no sabe por qué la rodilla del contrario se muele contra su entrepierna, más difícil aún, porque eso es lo que hace a Mika gemir tirando ka cabeza hacia atrás.

Yuu mira hacia abajo. Los ojos azules le declaran a él para que continúe, suaves labios se separaron, tentándolo a inclinarse y cerrar la distancia entre ellos.

Entre esos labios estaban sus colmillos.

Y todo viene a caer de vuelta a él.

Vampiro. Por que Mika. Por que él.

Yuu empuja al vampiro, pero dejándose caer fuera de la barrera y retrocediendo tan rápido como sus piernas se lo pueden tomar. Él escucha a Mika, el chupasangre murmurar su nombre -Yuu, espera- Yuu gira, rasga la puerta abierta y la cierra de golpe lo suficientemente fuerte como para ahogar los recuerdos de Mika abajo de él.

Se inclina su cabeza contra la puerta, inhala, exhala. Cierra los ojos.

La cara del vampiro es todo lo que ve detrás de sus párpados.

Cuarenta y Dos Días [Yuumika]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora