La pequeña de una familia muggle. (DRACO/FRED)

3. EL PÁJARO EN EL TEJADO

Al llegar a casa veo un extraño pájaro en el tejado, al lado de la chimenea de piedra.

- Rasa, ¿qué clase de pájaro es ese? - Le pregunto algo curiosa a mi hermana.

- Parece una lechuza ... Pero no, no es posible. Las lechuzas solo salen por la noche.

- Por muy extraño que parezca si, si es una lechuza. No se que hará aquí a esta hora del día. Seguramente se haya aturdido por alguna razón. - Nos dice papá mientras abre la puerta de casa.

Al entrar, mamá recoge las cartas que ha dejado el cartero en la moqueta. 

- Saeli, hay una carta para ti. - Grita mamá mientras se dirige a la cocina.

- ¿Para mi? ¿Estas segura mamá? - Pregunto extrañada.

- Claro que estoy segura. Que yo sepa, en esta casa solo vive una Saeli. - Dice mamá risueña.

Me dirijo a la cocina para recoger la carta. ¿De quien será? ¿Será publicidad? o ¿Puede que sea una broma de Sejo?

Al coger el sobre veo algo que llama mi atención. Que sello tan extraño. Es un escudo sellado en cera roja. No logro identificarlo. No recuerdo haberlo visto nunca.

¿Hogwarts? ¿Escuela de magia y hechicería?

- ¡Mamá! - Grito mientras intento asimilar lo que acabo de leer.

- ¿Qué pasa Saeli? ¿Qué ocurre? - Veo entrar a mis padres por la puerta de la cocina con el rostro iluminado por la preocupación.

- Mamá, papá ... Esta carta pone que es de una escuela de magia y hechicería...

- ¿Cómo va a ser eso cariño? Eso es imposible. - Dice papá mientras se acerca a coger el sobre.

Veo su cara  al abrir el sobre, y enseguida comprendo que algo no va bien. Papá se acerca a mamá y le dice que lo acompañe al salón mientras nos pide a mis hermanos y a mi que nos quedemos quietos en la cocina.

- ¿Qué pasa Rasa? ¿He hecho algo malo? - Le pregunto a mi hermana mientras se me hace un nudo en el pecho.

- No cariño, ya verás que todo esta bien. - Dice mi hermana. Pero aunque lo intente, no puede ocultar su rostro de preocupación.

Al cabo de un rato oigo pasos que se acercan a la cocina. Papá aparece y me pide que lo acompañe.

No se que pasa, una sensación de miedo me invade. ¿Qué habré podido hacer para que papá se sienta asi? Él no dice nada, pero no puede ocultar la agonía que lo invade.

- Papá...

- Shh ... - Me manda a callar mi padre mientras nos aproximamos al salón.

Ahí está mamá, sentada en el sofá con la mirada fija en el televisor apagado. 

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