30. DESEO

88 9 0
                                    

Mis pensamientos aun están en la breve conversación que he mantenido hace escasos minutos con Draco, cuando Fred me saca de ellos.

- No entiendo a que tiene que venir a hablar contigo. Después de todo ... - Fred pronuncia esas palabras y juraría que puedo percibir el odio que hay en ellas al verle apretar sus puños.

- Ya te he dicho que no ha sido nada importante Fred. Simplemente hemos hablado del pasado, aún había cosas que aclarar. - Intento tranquilizar a mi amigo.

- Pero él ni siquiera debería tener el derecho de hablar contigo, no después de lo que hizo.

- Fred, para. No quiero estropear esta noche. ¿Podemos cambiar de tema por favor?

Creo que mi amigo capta la súplica en mis palabras y acto seguido cambia su actitud. Se acerca a mi para rodearme con su brazos. Es una sensación extraña, pero bastante acogedora. Me limito a mirarle a los ojos y sonreír. Noto como mi amigo aparta la mirada levemente antes de que aparezca un leve rubor en sus mejillas. Eso me hace esbozar una pequeña sonrisa. Es tan adorable.

- No permitiré que te vuelvan ha hacer daño. Y está vez juro cumplir mi promesa. - Dice él acariciando mi mejilla.

El contacto de su mano con mi piel hace que un pequeño escalofrío recorra mi espalda. Lo había echado tanto de menos.

- Lo sé tonto. - Digo justo antes de acercar mis labios lentamente para besarle en la mejilla.

Fred me lleva a una de las orillas del Lago Negro. Nos sentamos en una roca, no sin que antes él haga aparecer una manta con un conjuro.

- No pensarías que iba a dejar que se manchase tu vestido ¿no? - Dice él con una sonrisa pícara.

- Ni por un segundo. - Rio antes de sentarme.

Saco la varita y hago aparecer una botella se champagne y un par de copas. Veo como Fred mira la botella con cara de desconcierto.

- Bebidas muggle. Pensé que tu padre se dedicaba a los objetos muggle.

- Si, pero en casa somos mas de cerveza. - Dice él riendo.

Fred llena las finas copas de cristal hasta la mitad.

- ¿Porqué brindamos? - Pregunta.

- Por nosotros. Por los de siempre. - Digo sonriendo. - Porque a pesar de todo, siempre estaremos juntos.

Él se sonroja y choca levemente su copa con la mía.

Después de un largo rato de conversación, hablando de todo y recordando viejos tiempos, y una botella de champagne, decidimos regresar al castillo.

Ya no queda nadie por los pasillos de Hogwarts, deben de ser las tres o cuatro de la madrugada. Fred y yo intentamos hacer el mínimo ruido posible, pero nos cuesta demasiado trabajo ya que mi amigo no para de hacerme reír.

- Shhhh o nos buscaremos un gran problema Fred Weasley. - Digo intentando ponerme seria, aunque me es totalmente imposible y acabo por soltar una silenciosa carcajada.

- Vamos, ven conmigo.

- Estas loco Fred, debemos descansar algo, mañana sale el tren de regreso a casa a las 10 de la mañana.

Justo antes de terminar la frase ya me encuentro en los brazos de Fred que me dirigen a no se donde.

- No seas tonta, tenemos toda la vida para dormir.

Me dirige hacia la Torre de Astronomía. Cuando termina de subir la larga escalinata, me suelta con la mayor delicadeza y dulzura del mundo en el suelo. Me sorprende ver a mi amigo en tan buen estado físico, ni siquiera se le entrecorta la respiración después de haber cargado conmigo desde la planta baja del castillo.

Me acerco a la baranda y no puedo evitar sentir una sensación de Deja vù al recordar cuando estuve allí con Draco. Esta noche es diferente, no se. Las estrellas parecen brillar mas que nunca y la brisa de las noches de verano es tan agradable.

- Es hermoso ¿no crees? - Pregunta Fred.

- ¿A qué te refieres?

- La noche, el silencio y la paz que hay. Sin nada ni nadie que pueda estropear un momento así. - Dice Fred mientras mira la lejana luna.

Me acerco a mi amigo y coloco mi mano sobre la suya.

- Estoy totalmente de acuerdo contigo.

Miro a Fred y veo como gira su rostro hacía mi. Enredo mis manos en su pelo y puedo ver el brillo en los ojos de mi amigo, ese que jamás antes he visto. Entonces me pongo de puntillas y acerco lentamente mi rostro para poder besarle. Esta vez el beso no es en la mejilla, si no en los labios. Al principio él se queda quieto, sin saber que hacer. Pero apenas unos segundos después del comienzo del beso, se une a él.

Fred Weasley es mi amigo, mi mejor amigo. Nunca había sentido ninguna atracción física hacia él, pero esta noche siento que ese beso es mas una necesidad que un deseo. Es la necesidad de no perderle, de hacerle saber que lo necesito en mi vida, que no quiero que se marche. El único chico al que había besado era a Draco, pero este beso con Fred no tiene nada que ver con los que me había dado anteriormente con el que fuese mi novio.

Fred me besa suave, con una mezcla de dulzura y miedo, acariciando mi rostro.

Dejo de besarle y me quedo admirando su belleza. Veo como él aparta enseguida la mirada y sus mejillas adquieren un color rojizo que no pasa desapercibido. Eso me hace reír.

- Oh venga Saeli, no puedes hacer eso. - Dice mi amigo intentando aparentar enojo.

- ¿El qué? - Pregunto algo picara.

- Besarme y después reírte. Que vergüenza. Además, ni siquiera se que hacemos besándonos.

- ¿A caso no te ha gustado mi beso Fred Weasley? - Intento hacerme la ofendida pero veo que a mi amigo no le hace mucha gracia. - Venga Freddie, somos amigos. No veo nada de malo en besarte. Eso es lo mejor que tenemos nosotros, que no debemos explicarnos nada. Las cosas simplemente suceden y ya esta. Además, realmente me apetecía besarte.

- ¿Ah sí? - Dice Fred justo antes de abalanzarse sobre mi para besarme de nuevo.

La pequeña de una familia muggle. (DRACO/FRED) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora