La pequeña de una familia muggle. (DRACO/FRED)

9. MIRADAS

Ya han pasado algunas semanas desde que Draco me dijese que supuesta mente me quería. Aún soy incapaz  de creerlo, pero lo que si es cierto es que ya nadie se mete conmigo, ya nadie me ridiculiza ni me llama sangre sucia. Ni siquiera he sido capaz de mirarlo a la cara, lo esquivo en todo momento porque no soy capaz de mirarlo a los ojos y pedirle explicaciones.

Estamos en época de exámenes y me paso el día en la biblioteca, apenas veo a los chicos.

- Vaya Fred, ¿te has dado cuenta?

- ¿De qué George?

- Tenemos aquí a una pequeña rata de biblioteca. 

Cuanto antes pienso en ellos, antes aparecen. Creo que mas de una vez me leen el pensamiento.

- Chicos, ¿no os habéis dado cuenta? - Les digo mirándolos fijamente.

- ¿De qué? - Me preguntan los dos al unisono.

- De que soy la rata de biblioteca mas bonita que habéis visto. - Les digo riendome.

- Bueno, creo que ahí la renacuaja lleva razón. - Me dice Fred mientras me saca la lengua

- Estoy de acuerdo contigo Fred. - Dice George

Ahora viene lo peor. Mientras George coge mis libros, Fred me coge en volandas y me llevan al gran comedor con todos.

- ¡La tenemos! ¡La traemos de regreso a casa! - Gritan los dos a pleno pulmón por todo el comedor.

- ¡Bajadme locos! Nos está mirando todo el mundo. - Les digo riéndome a carcajadas.

Todo el comedor nos mira. Somos el mejor grupo de amigos que puede existir.

- Te echábamos de menos. - Dice Hermione.

- Y yo a vosotros. - Les sonrió a todos.

Después de clases decido ir a la sala común, ya que Fred y George tienen partido, y Ron, Harry y Herminone tiene que estudiar.

Cojo un libro que encuentro en las estanterías, es un libro de pociones. Me vendrá bien para repasar mi examen.

¿Felix Felicis? ¿Filtros de amor? Vaya chorrada de pociones. Me meto tanto en el libro que apenas soy consciente de la hora que es hasta que la gente regresa a sus habitaciones. ¡Oh vaya! ni siquiera he ido a cenar. Decido ir a buscar un vaso de leche para tomar algo antes de dormir. Esto de pasarme el día estudiando va a acabar conmigo.

Apenas queda nadie en los pasillos. Escucho decir a unos chicos que Gryffindor ha ganado el partido. Los gemelos tienen que estar soltando chispas de felicidad. Como me encantaría poder colarme  en la sala de Gryffindor y pasarme la noche con ellos hablando y riendo.

- ¿Estas enamorada de él? - Me giro sorprendida y encuentro a Draco detrás de mi con un vaso de leche y una magdalena. - Toma, son para ti. No te vi en el gran comedor y supuse que tendrías hambre.

- ¿Perdona, que has dicho? - Le pregunto sin entenderlo bien.

- Que no te vi en el gran comedor y supus...

- No, no. Eso no. Lo otro.

- ¿Estas enamorada de Fred Weasley? - Me dice con la mirada perdida.

- ¿Cómo voy a estar enamorada de Fred? Es mi mejor amigo. - Le digo mientras aún estoy asimilando la pregunta.

- He visto como os miráis, como el te sujeta entre sus brazos y como sonríes cuando estas con él ... Pensé que quizá por eso me estabas evitando ... Lo siento. - Me dice mientras la tristeza cubre su rosto.

- Te he evitado porque no soy capaz de soportar que te rías de mi Draco, porque mi corazón no soportaría otra broma tan cruel como la de hace unas semanas...

- ¿Qué debo hacer para que me creas? Porque te quiero tanto que si tú no eres el amor de mi vida, te juro que dejo pasar al verdadero, solo para estar contigo Saeli ... 

Susurra esas palabras mientras acaricia mi mano y prometo que por un segundo, el mundo que nos rodea, ha desaparecido... Y simplemente me besa, y me dejo besar ... Y ahí encuentro toda la paz que había perdido. Y sin darme cuenta, lo hago ... 

- Te quiero... - Le susurro.

- Déjame cuidar de ti, déjame ser el motivo de tu Patronum ...

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