31. SOLO AMIGOS

101 8 0
                                    

- ¿Ah sí? - Dice Fred justo antes de abalanzarse sobre mi para besarme de nuevo.

Pero este beso no tiene nada que ver con el de antes. Ahora me besa con mas pasión, con mas énfasis. Un beso diferente, con un poco de locura y rabia. Con un deseo que nos hace enloquecer. No puedo parar de besarle, mejor dicho, no quiero parar.

Noto como sus manos recorren mi cuerpo, mientras las mías, se enredan en su pelo. Nuestra respiración se acelera cada vez mas y un calor insoportable me recorre. Entonces Fred para de besarme y se queda mirándome fijamente a los ojos. Acto seguido me coge en sus brazos y me apoya contra la pared, dejando así mi espalda pegada a la fría piedra y mi pecho pegado al suyo. Nuestros corazones laten como si fuesen caballos desbocados.

Con mis piernas acerco su cintura, pegándolo así todo lo que puedo a mi cuerpo. El aparta sus labios de los míos y comienza a besar mi cuello. Enseguida noto que sus intenciones van mas allá de unos cuantos besos, y eso me hace esbozar una sonrisa pícara.

- Lo siento ... - Dice Fred avergonzado, soltándome en el suelo y dejándome de pie, al notar mi sonrisa. Veo como sus ojos se paran a mirar el colgante en forma de corazón que adorna mi cuello. Entonces decido que ha llegado el momento, y lentamente me lo quito y lo dejo caer al suelo.

- No lo sientas. - Digo mientras desabrocho, con sutileza, el botón de su precioso pantalón Armani. - Y hagamos lo que estamos deseando.

Fred Weasley me mira con una mezcla de sorpresa y deseo, para luego cogerme de nuevo en sus musculosos brazos y pegarme a la pared. Noto el temblor en su mano derecha al deslizarla hacía arriba por mi mulso. Un enorme cosquilleo se forma en mi estomago cuando la introduce bajo mi ropa interior. Echo la cabeza hacia atrás, apoyándola así en la pared, cuando dos de sus dedos se abren paso dentro de mi. El besa mi cuello mientras mueve lentamente su mano. Mi excitación aumenta por segundos hasta que no puedo mas y le susurro:

- Fred ...

No hacen falta más palabras ya que mi "amigo" comprende fácilmente la suplica en mi voz. Fred saca sus dedos de mi, y con un movimiento rápido arranca mi ropa interior. Entonces, por primera vez, soy realmente consciente del deseo que lo posee. En un segundo baja sus pantalones, y juraría que aun no han tocado el suelo cuando ya lo tengo dentro de mi. Lo hace con movimientos lentos, como si aún bailásemos el Vals en el gran comedor, mientras me besa el cuello y hace que me estremezca de placer. Al notar mi excitación procede ha acelerar el ritmo. Entonces, un leve susurro de dolor se escapa de mis labios. Fred para durante una milésima de segundo.

- Sigue. - Le exijo silenciosamente mientras arranco su camisa blanca, dejando así su perfecto torso al descubierto.

Fred continua mientras jadea de placer. Apoya su cabeza en mi hombro y noto un leve dolor en esa zona. De repente, las embestidas se ralentizan y comprendo que le queda poco para llegar el final. Eso hace que mi excitación llegue al máximo y no pueda aguantar mas las ganas. Entonces noto un enorme placer y, arañando su espalda, me corro entre gemidos. Él, al oírme, no puede evitar hacer lo mismo mientras me susurra.

- Ya eres mía Saeli Linamo.

Fred me suelta en el suelo y nos quedamos los dos ahí tumbados, en silencio. Al cabo de unos minutos me levanto para poder recuperar mi ropa interior, o al menos, lo que queda de ella. Oigo como él se pone en pie para colocarse sus pantalones y su camisa.

- Oh vaya, a mi madre no le gustará nada saber que has destrozado mi camisa nueva. - Dice fred entre risas.

- Oh vaya, a Rasa seguramente tampoco le guste saber que has destrozado la ropa interior que ella me regaló. - Le digo mientras le enseño mis braguitas rojas de encaje. O lo que queda de ellas.

- Saeli ...

Fred intenta decirme algo, pero antes de que continué le corta la palabra para aclararle lo sucedido.

- Los dos sabemos que lo que hay entre nosotros no es mas que una perfecta amistad. Los dos deseábamos esto, y así lo hemos hecho. Pero no quiere decir, obviamente, que esté enamorada de ti Freddie. - Digo con una media sonrisa.

Por un segundo veo en los ojos de mi amigo una expresión que no alcanzo a comprender.

- Por supuesto renacuaja, no te vayas a enamorar de mi. - Dice guiñándome un ojo. - Pero he de admitir que no me importaría que se repitiese.

Entonces un pequeño pinchazo en mi hombro llama mi atención. Maldito Weasley, ha dejado la marca de sus diente en mi piel formando un pequeño morado.

- Hasta que esto no desaparezca de aquí - digo señalando el morado. - no volverá a suceder.

Él solamente esboza una sonrisa traviesa que hace que me den ganas de volver a besarle.

Un estruendo enorme rompe el momento. ¿Qué sucede? El cielo se nubla en un segundo y comienza a tronar.

- ¡Corre! - Dice Fred agarrando mi mano para tirar de mi.

Llegamos a la planta baja del castillo y vemos cómo todos los alumnos corren de un lado para otro. Nos reunimos con George, Harry, Hermione y Ron que van vestidos con sus pijamas.

Vemos aparecer a los jefes de cada casa. Severus Snape, Minerva McGonagall, Pomona Sprout y Filius Flitwick.

- Que todos los alumnos se dirijan al gran comedor. - Dice Dumbledore haciendo el hechizo sonorus para que su voz se escuche en todo el colegio.

La pequeña de una familia muggle. (DRACO/FRED) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora