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- Eh... Bueno... Tu, me dijiste. ¿No recuerdas? - Me tenía mareada. No confundida. Si no, mareada.

- Claro que no. Yo Nunca te conté, y lo se porque me acuerdo muy bien de las conversaciones, sobre las cartas de colores. - levanté mi mano y lo señalé vilmente con mi dedo índice. Y lo miré con enojo.

- Tranquila Judit. Se que... Recuerdas bien estas conversaciones. Pero... Por favor. Debes creerme...

Tus Ojos EncantadoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora