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Luego pensé en la mentira. En la mentira que posiblemente el me pueda cometer.

Puede que sea una locura. Ya estaba anocheciendo. O mejor, ya era de noche.

- Hija, No es momento de salir. Es muy tarde. - Mi madre tenía razón. Pero para esto. Es mejor tarde que nunca.

- Lo siento madre - Le respondí - Pero tengo cosas que arreglar - Moví mi mano hacia el timbre de la casa. Vi como la mano de mi madre se tendía ante aquel acto. Como trata de de evitarlo.

- Tun tun - Sonó el timbre de la casa y escuché la cerradura de la puerta tratando de abrirse.

- Aj, ahora quien será - Escuché una voz proveniente de adentro, fué como esa misma voz que escuché cuando Alex hablaba por teléfono. Definitivamente, era esa misma voz.

La puerta se abrió de una sólo golpe. Y luego lo vi a él. Ese chico. Se me quedó mirando sorprendido. Y yo igual. Como si supiéramos sobre todo. Como si supiéramos quienes somos. Y no saber interpretar las cosas.

Sólo nos miramos, fijamente. Sin remordimientos.

Sólo él y yo

...


Tus Ojos EncantadoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora