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Sentí una lágrima caerse desde mi ojo derecho. Y llegó hasta la carta. Pero no una lágrima de tristeza, sino, una lágrima de felicidad. Sabiendo que él me amaba. Que él me deseaba.

Pero faltaba algo...

Saber quién es...

Sentí que mi dedo sufría raspones. Entonces voltee la carta y vijé mi mirada en unas palabras que estaban escritas. No se notaban muy bien.

Pero... Pude alcanzar a leer dos palabras que estaban allí presentes... Que decían...










Te extraño....









Tus Ojos EncantadoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora