¿Por qué Dylan? ¿Por qué?

Capítulo 10

Cuando nos separamos me susurró al oído.- Te amo.- Lo miré a los ojos, aquellos ojos café que te absorbían y me llevaban a otra dimensión, una dimensión en la que solo existíamos él y yo.- Te amo.- Le respondí volviendo a juntar nuestros labios.- Ahora lo tenía más claro que nunca, quería pasar el resto de mi vida con él.

(...)

-Ya estoy aquí.- Raquel entró gritando por la puerta.- Ángela eres muy mala hermana, Hades y Zeus me han tenido que traer...- Abrió la puerta de la habitación y se encontró a Dylan tumbado en la cama junto conmigo a su lado sentada.- ¿Qué haces aquí?- No le iba a consentir que le hablase mal.- Raquel...- Me interrumpió.- CALLATÉ, QUIERO QUE ME REPSONDA ÉL.- Me levanté de la cama y me dirigí hacia ella.- NO ME VUELVAS A MANDAR CALLAR ENANA Y ME DA IGUAL LO QUE QUIERAS. VETE DE MI HABITACIÓN ¡YA!- Se asustó y salió corriendo, oí como se encerraba en su cuarto.- Tal vez te has pasado un...- No me iba a gustar como terminaba esa frase así que le interrumpí.- Mi hermana es una de las culpables de que yo no me acercase a ti. Me dijo que le gustabas y que me alejase de ti. En ese momento lo primero para mí era mi hermana hasta que me di cuenta de que era egoísta, y que yo para ella no significaba lo mismo que ella significaba para mí.- Él no respondió pero si sonreía.- ¿Por qué esa sonrisa?- La copié.- Porque no hay chica que se me resista.- Levanté una ceja mientras ponía cara de ¿really? Y sonreía de lado.- Pues más vale que tú te puedas resistir a ellas...- Me acercaba a él poco a poco.- Tranquila, por no perderte renunciaría a mi propia vida.- Me separé rápidamente aun sonriendo.- Pero si renuncias a tu vida no podrías tenerme...- Rodó los ojos con una sonrisa y cogiendo mi cuello volvió a besarme.

-¡Hola! ¿Estáis en casa?- Mis padres acababan de llegar. Oí como Raquel salía de su habitación y bajaba las escaleras.- ¡Mamá, papá! ¡Ángela lleva un montón de tiempo con un chico en su habitación!- ¿¡Pero qué hace?! Vamos a ver, cuando mamá y papá entren se van a dar cuenta de cómo está Dylan y de que no hacíamos nada mala.- Ves, te lo dije es mala...- Le dije a Dylan a la misma vez que mi madre entraba sin prisa a la habitación. Me encantaban mis padres, confiaban mucho en mí y se lo agradecía. Miró a Dylan y abrió los ojos al ver nuestros rostros dañados.- ÁNGELA... ¿ESTÁS BIEN?- Asentí.- Sí mamá, no te preocupes, quien tiene la peor parte es él.- Señalé a Dylan con la cabeza. Ella le miró de arriba abajo atónita, completamente boquiabierta.- Pero chico, ¿cómo te has hecho eso?- Dylan iba a responder, pero no quería que se lo dijese.- Nada mamá, se ha caído por las escaleras... Es un poco torpe. Por cierto, está muy mal, ¿se puede quedar en casa durante un largo período de tiempo?- Ella me miró con ambas cejas elevadas de la parte interior.- Sus padres están de viaje de trabajo y no quiero que se quede solo... ¡Venga mami!- Asintió.- No hay problema, le prepararé la habitación de invitados- Negué con la cabeza.- No, él se queda aquí, me voy yo, está muy débil, no quiero moverlo.- Asintió, besó mi frente y salió de la habitación justo cuando apareció mi hermana con cara de indignada.- ¡¿Pero?! ¡Si ellos me llegan a encontrar así me matan!- Sonreí con superioridad.- Es que hay mucha diferencia entre tú y yo, como por ejemplo... en mí se puede confiar, en ti no.- Bufó y se dio media vuelta dejándome solas con Dylan de nuevo.-Con todo respeto... no me cae bien tu hermana.- Sonreí ante su comentario.- A mí ahora tampoco.- Me acordé del dibujo y me levanté de la cama.- Dylan, tengo algo para ti...- Dije abriendo mi mochila y sacando mi archivador.- ¿¡El qué!?- Parecía un niño pequeño recibiendo regalos por Navidad.- ¡El dibujo qué me pediste!- Abrió los ojos y extendió la mano para que se lo diese.- Toma, se supone que somos tú y yo...-