Prólogo
Un familia después de vivir tantos años en una sola casa, les llego el momento de mudarse, por lo cual, aquella familia se va a una casa antigua, pero grande y bien cuidada y es hay donde les toca experimentar el peor de los miedos; además...
Estaba muy sorprendida que no me podía ni moverme.
- hola ¿este es tu perro?-pregunto.
- si, se escapo de la casa porque recién nos mudamos y esta un poco nervioso, él se llama Oso.- contesté sin salir de mi asombro.
- es muy lindo, ten- me entrega a Oso.
- gracias Leo oppa.
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Leo me sonrió y yo me sonroje.
Me sorprendí cuando vi que todos los chicos de Vixx se acercaban.
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- cuida de tu perro, estaba triste porque no estaba con su familia- menciona N amablemente con una linda sonrisa en su rostro.
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- les agradezco por cuidar de oso, por favor los invito a tomar un poco de café como parte de mi agradecimiento.- mencione mirando a los chicos.
- no hace falta, no queremos molestarte- intervino Ken.
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- no es molestia, vengan.- sonreí.
Los chicos entraron y yo les empecé a servir el café. Mi mamá se dio cuenta que unos jóvenes coreanos entraron a la casa y me iba a preguntar quienes eran, pero me adelante y le susurre al oído.
- mamá ellos son de Vixx, sólo van a tomar café; yo les ofrecí porque uno de ellos encontró a Oso y lo trajo personalmente.
- esta bien, les voy a ofrecer unas galletas.-menciona mamá.
Sonreí ante esa idea y volví a la sala donde estaban los chicos sentados tomando café.
Pero me di cuenta que mis amigas junto a sus novios estaban en la sala mirando a los chicos. En ese momento entran mis otras cuatro amigas y tres de ellas se sorprenden al ver a los chicos, ellas si sabían que eran de Vixx, ya que yo misma me encargue de llevarlas al " lado oscuro"
-Libia te presento a Leo, N, Ken, Hongbin, Ravi, Hyuk- los señalaba mientras mencionaba su nombre, ellos se levantaron y saludaron a Libia después de todo ella no los conocía.
-Chicos ellas se llaman Joy, Kerly y Karen; ellas si saben su nombre.
Sin darnos cuenta mi mamá había traído las galletas y todo estaba en calma incluso el perro estaba más tranquilo. Leo se levantó y miró por la ventana.
- parece que ya se acostumbro al lugar- menciona Leo con una sonrisa, lo cual me pareció tan linda ya que es muy difícil verlo sonreír.
Mientras comíamos las galletas escuchamos que oso comenzó a llorar y salí de inmediato al patio y lo que vi hizo que mis lágrimas volvieran a salir, pero esta vez no tenía a nadie cerca para abrazar y mis piernas me temblaban y en unos segundos perdí el equilibrio haciendo que caiga al suelo.
Sentí como todos salían de la casa para ver a oso muerto.
Yo me acerque al perro y lo abrace mientras lloraba, ni siquiera me importaba que los chicos de Vixx me vieran llorar. Leo se acercó a mi y me abrazo, yo correspondi su abrazo, después de unos minutos de llanto, Leo se levanta separando nuestro abrazo y me extiende su mano para que me levantará; yo acepte su mano y él me ayudó a levantarme.
- ya es momento de enterrar a Oso - comentó Leo.
Lo mire y me seque las lagrimas con mi mano libre, ya que una de ellas seguía ocupada por cargar a mi perro.
- si, ya es hora- mencione casi en susurro.
Los chicos de Vixx comenzaron a cavar en la tierra y cuando ya estaba lo profunda para oso se detuvieron, yo metí a oso al hueco y Leo sacó un pañuelo de su bolsillo, lo colocó en oso, después de eso comenzaron a poner la tierra encima de oso haciendo que se tapará el hueco.
Entramos a la casa y todo estaba en silencio.
Nadie hacia un comentario.
Yo estaba pérdida en mis pensamientos aún con el dolor de haber perdido a mi cachorro, pero regrese a la realidad cuando sentí que alguien me tomaba de la mano; me sorprendí al ver que era Leo, pero no hice nada para apartarla ya que eso me hacía sentir bien.
"Su mano era tan cálida y suave".
N se levantó y comenta.
- tn sonríe de esa manera te ves mas hermosa - comenta Ken, para que salga de la tristeza.
- disculpa tn pero ya es hora de irnos- comenta N.
Mire la hora y vi que ya era de noche.
- gracias por todo chicos- mencione.
Me levante y los acompañe hasta la puerta junto con mi mamá
Aunque ella me había dicho que les dijera a los muchachos que se quedarán un rato más para que puedan cenar, yo les dije, pero ellos se negaron, ya que tenían que irse para hacer su equipaje, después de todo tenían que tenían que ir al aeropuerto en la mañana.
