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Cualquier adolescente de mi edad se levantaría tarde un fin de semana, aprovechando cada minuto para poder descansar, pero ese no era mi caso; Touka me obligaba a estudiar con ella por las mañanas en la biblioteca pública.

—Será mejor que nos apuremos, así llegaremos más temprano.

—¿¡Más!?— me quejé— Soy la única chica de mi edad despierta un sábado solo para ir a la biblioteca.

—Luego me agradeces de no repetir cursos.

—¡Agh! Ni siquiera mi mamá me obliga a estudiar. Además, ni tengo malas calificaciones.

—Vives bajo mi techo y bajo mis reglas.

Suspiré vencida. —Sí, señora. —

—No me digas así.

—Oh, olvidaba que cumplirás en unas semanas 19, te ves muy vieja para tu edad, SEÑORA.

El comentario fue como echarle más leña al fuego, Touka comenzó a perseguirme por el departamento amenazándome con un bolígrafo. Yo imploraba por mi vida.

—¡Ayuda, una señora me quiere apuñalar con un boli! —

Touka me tumbó con facilidad. Ambas en el suelo reíamos de las estupideces que yo iniciaba y ella terminaba.

—Será mejor darnos prisa.

—Sí, digo, no vayamos a topar con una gran fila para entrar.

Tomé mi mochila con las cosas para perder el tiempo fingiendo que estudiaba, antes de marcharnos le llené su comida al perro flojo que podía dormir más tiempo que yo. En camino platicábamos de todo, o al menos yo, ella era buena escuchando o simplemente eso fingía hacer.

—¡Touka! ¡Mirei! — alguien nos llamó utilizando honoríficos. ¿Quién diablos usaba honoríficos conmigo?

—¿Hinami? — Touka estaba igual de confundida que yo.

Hinami siguió a Kaneki después de que lo habíamos sacado de ahí, así nos pagaba el mal nacido, huyendo a crear su propio grupo. Por mi parte era muy incómodo verla aquí.

—Qué suerte que las pueda ver— Hinami sonreía como de costumbre—, ¿Les parece si paseamos un poco y platicamos? —

—De hecho, íbamos a estudiar a la biblio...— Touka colocó su mano sobre mi boca haciéndome callar.

—Está bien, vayamos a algún lado.

Touka odiaba salir a dar paseos, yo odiaba salir a dar paseos con gente, ninguna era este tipo de personas. La miré confundida, ella solo me lanzó esa mirada que me obligaba a hace todo. Las tres llegamos al único café cercano que habría tan temprano un sábado, ellas platicaban de cosas tan estúpidas y yo moría de sueño y aburrimiento.

—Ah, Hinami. — interrumpí— ¿Cómo te ha ido allá? ¿Problemas con aogiri? —

—Ah, ah, no, no hay ningún problema.

Su tono de voz, evitaba mi mirada, jugaba con sus dedos y movía demasiado su pierna. Era tan obvio.

—¿Ah? ¿Ninguno? — cuestioné — o seguro es que tienes algún pretendiente por ahí, ¿O me equivoco? —

Ahora su rostro estaba rojo, ¡bingo!

—En realidad estoy saliendo con alguien.

—Oooh, ¿En serio? — este juego me gustaba— ¿Con quién? —

—Con... Con Ayato... Kirishima. —

Este juego ya no me gustaba. Touka me miró esperando una reacción, algo: enfadarme, llorar, golpearla, cualquier cosa. Sentía un gran dolor que no me dejaba reaccionar, me inundaban muchas emociones y no podía hacer nada.

Tan solo comida (Ayato Kirishima)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora