Yomo, el hombre alto y apariencia sería, llamó a todos los de Anteiku. Ayudé a Touka a subir a su departamento para que se aseara, luego me quedé sentada en el café intentando procesar todo lo que había sucedido.
Estaba llena de sentimientos mezclados. Todos los que eran importantes para mí son ghouls.
No sabía cómo reaccionar a todo esto, mi corazón latía rápido y oía como retumbaba el ruido en las paredes, era curioso oírlo con demasiada claridad.Mis latidos se comenzaron a alterar más al igual que mi respiración, oía a alguien venir a mí. Rápido me levanté, aún a sabiendas de que no podría hacer gran cosa.
Era el gerente, eso en parte me relajaba.
—Joven Mirei— Un gran silencio.Él estaba enterado de que yo sabía, suponía que le preocupaba eso. Error.
—Ve y limpia la oficina.
—S... sí...
Estaba sorprendida. Pensaba que tocaría el tema de todo lo que acababa de suceder.
Tomé los materiales de limpieza y me dirigí a la oficina.
Vidrios rotos, muebles rasgados, los libros del estante estaban esparcidos por doquier y todo lleno de sangre.
El olor de la sangre y aquella escena me erizó la piel. Podría ser adrenalina o simple loquera, pero podía oler aquel shampoo que usaba Kaneki y distinguirlo del de Touka. Aunque no estaban ya ahí, yo podía asegurar que eran de ellos, levemente se percataba el de Ayato.
Me agaché para recoger los cristales más grandes y los demás poder barrerlos, pero al coger uno corté mi dedo.
Por instinto metí mi dedo en la boca, aunque de nada sirve hacer eso, hasta es poco higiénico.
Su sabor era distinto al de otras ocasiones. Era un sabor dulce en vez de ese sabor raro similar a un metal.
Parecía como si hubiera descubierto algún nuevo manjar.
—Mirei.
Touka me habló al entrar a la oficina, saqué mi dedo de la boca y la miré esperando a que hablase.
—¿Sucede algo?
Touka estaba perpleja, como si hubiera visto un muerto.
—¿Qué acabas de hacer?
—Me corté y metí mi dedo a mi boca, lo que todos hacen al cortarse... O bueno, no sé si los ghouls...
Sin embargo Touka seguía sorprendida. Quizás había algo detrás de mí, o en mí.
Tomé un trozo de espejo y me observé. Touka inmediatamente salió en busca del gerente.
—¡Dijiste que era humana!
Dejé caer el espejo. Era una pesadilla, todo era una cruel pesadilla.
La adrenalina me había hecho ver cosas mal. Nuevamente ví mi reflejo: mi tez pálida seguía igual que siempre, mi ojo izquierdo lucía ese color miel que a los japoneses se les hacía "raro", sin embargo, mi ojo derecho era completamente negro con el iris rojo y mis venas más marcadas.
Mi mente buscaba respuestas sobre qué me estaba sucediendo ¿Alguna infección? Nada, estaba en blanco.
¡Bingo!. Había recordado las estúpidas charlas de la mañana sobre los ghouls y protección.
—¿Cómo podemos diferenciar un ghoul de un humano? Además de su notorio kagune y fuerza mayor a la nuestra, los ghouls pueden cambiar el color de sus ojos de una forma increíble. Su esclerótica se torna de un color negro, mientras que su pupila de un color rojo brillante.
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Tan solo comida (Ayato Kirishima)
Hayran KurguTerminar enamorada del chico malo se ha hecho muy común en éstas épocas, pero yo al parecer había cruzado ese límite. Estaba enamorada del chico del que era presa. Sin importar que éramos como el agua y el aceite, encontrábamos la forma de estar ju...