Terminar enamorada del chico malo se ha hecho muy común en éstas épocas, pero yo al parecer había cruzado ese límite. Estaba enamorada del chico del que era presa.
Sin importar que éramos como el agua y el aceite, encontrábamos la forma de estar ju...
En la madrugada sentí vibrar repetidas veces mi celular, era extraño que este sonara, pues pocas personas tenían mi número. La pantalla marcaba un numero desconocido, aun entre sueños decidí colgar la llamada, ni un minuto pasó cuando el mismo numero volvía a marcar. Decidida respondí la llamada o el celular seguiría sonando toda la madrugada.
–¿Quién habla? –fue lo primero que pude mencionar con mi voz ronca.
–Gracias. –aun estaba dormida, pero creía conocer esa voz.
–¿Quién es? –me senté rápidamente en la cama, ahora estaba más despierta, necesitaba oír su voz nuevamente para poder negar que era él.
–Gracias por el regalo. Vuelve a dormir. –antes de poder detenerlo la llamada finalizó. Las palabras se habían quedado en mi boca, buscaban la forma de salir, pero ahora era tarde. Presioné el celular contra mi pecho, me juraba que era una pesadilla, y quizás pudo serlo. El 4 de Julio sentía el peso de aquella llamada, de aquellas acciones sobre mí, simplemente quería pasar ese día sola, imaginando que él estaba disfrutando su cumpleaños. Desde esa semana no tuve contacto con ninguno de los dos, eso era bueno para mí, podía sanar mejor mis heridas y darle más importancia a otras cosas como mis estudios, mi familia o a mi actual pareja, Juuzou. Con él me sentía protegida, sentía que en cualquier cosa podría contar con él, pues estaría conmigo a mi lado, además habíamos planeado unas vacaciones juntos, era mi oportunidad perfecta para olvidar a Ayato.
Desperté minutos para las 11 a.m., ni siquiera había podido dormir bien, seguí mi rutina diaria y salí a la sala de estar donde se encontraba Ren.
–Buenos días. –aun estirándome lo salude, me dirigía a prepararme un café, pues rara vez llegaba a darme "hambre ghoul" como la había llamado yo, así que no importaba si no comía carne, el café me saciaba.
–Buenas... tardes. –Comentó con un tono burlón.
–¡Aun son las 11! –sin darme cuenta hice un puchero de niña pequeña, la verdad es que me sentía en demasiada confianza con él. –¿Dónde está mamá? – Me senté a su lado en el sofá, el trabajaba desde su laptop.
–Trabajando en el consultorio, después de dejar a Emily en casa de una amiga del jardín de niños. – respondió sin quitar la vista de la pantalla, era arquitecto, por lo que era normal que todo el día hiciera planos desde su computadora. –¿Ese café será lo único que tomarás? –
–¿Me harás desayuno? Si no quieres darme comida puedo irme a comer a la vecina de enfrente. –apunté la casa de aquella señora.
–Nos harían un gran favor haciendo eso. – se río de su propio comentario, y por fin cerró la computadora dirigiéndose a la cocina. –Te prepararé mi especialidad. –
Ren era un hombre que a pesar de su edad se mantenía muy bien conservado, tenía demasiadas habilidades y lo mejor es que cuidaba a mi hermana con todo su corazón.
– ¿Cuándo vivías sola qué preparabas de comer? – se veía interesado en mi vida antes de llegar con ellos, siempre que tenía la oportunidad me preguntaba.
–Lo que tuviera en mi cocina, muchas veces fue solo arroz... y eso si me iba bien. –
– ¿Por qué aquí no te he visto cocinar? Siempre dejas que yo o tu mamá hagamos la comida. – me sonreí ante su pregunta
–Es el deber de un padre, alimentar a sus hijos. – al oír mi respuesta se sorprendió.
–Sabes que no soy tu padre.
–Podemos decir que algo así, al final estás casado con mi madre.
Procesó la situación y asintió con una sonrisa, la cual me daba una sensación algo extraña, era como ver la sonrisa de Touka cuando yo la llamaba hermana.
Finalmente había llegado el día de las ansiadas vacaciones con Juuzou, Ren me había comprado una cámara y mamá me había llevado a comprar ropa. Me sentía feliz, era la primera vez que iría a la playa. Juuzou había conseguido un auto, aunque había oído de sus compañeros que él era algo extremista a la hora de conducir.
–Te juró que conduciré con cuidado. – su sonrisa me hizo sentir en confianza. –No dejaré que te pasé nada malo. –besó mi frente, dándome aun más confianza.
–Confío ciegamente en ti, lo sabes.
Con dinero de ambos pudimos rentar una pequeña casa vacacional por un par de días, era todo lo que había soñado alguna vez, podía oír como las olas golpeaban en la orilla, estaba a solo unos metros de aquel mar enorme.
–¿Comemos primero? Así podremos descansar un poco y luego iremos a ver el mar.
Luego de dejar nuestras pertenencias donde nos hospedaríamos, nos dirigimos a un puesto de comida de la calle que habíamos visto no muy lejos de donde nos encontrábamos. A ninguno de los dos nos encantaba la idea de comer en restaurantes, quizás era por el ambiente donde nos habíamos desarrollado en los últimos años, aquellos lugares eran para gente fina, algo a lo que nosotros estábamos lejos de llegar. Terminando de comer paseamos por las calles de aquella ciudad de playa, era muy distinto a donde vivía, todo eran edificios y con suerte había bastantes zonas vedes, pero nada similar al mar.
El día fue cayendo, y no había nada más perfecto que ver el atardecer echados en la arena de la playa.
–No usaba shorts desde antes de perder la pierna. – rompí el silencio entre ambos –Creo que después de todo me da un poco de vergüenza el accidente. –
–No deberías sentirte avergonzada, sobreviviste a un ghoul y eso es increíble. –la sonrisa de Juuzou me tranquilizaba, así que terminé recostándome sobre le arena–
La paz que me daba ese lugar no podría encontrarla en ningún otro lugar. Me sentía tan llena de vida y nadie podía quitarme esa sensación.
–Tú cabello está más largo que cuando te conocí –Juuzou acomodó algunos mechones de mi cabello –, de ambas formas te ves hermosa. – aquel comentario me había ruborizado, pero aquel atardecer me había hecho ver las cosas de una manera distinta, me había abierto los ojos, aunque aun me negaba.
El sol finalmente cayó, obligándonos a regresar a la pequeña casa. Luego de cenar ambos nos decidimos por ver una película recostados sobre el sofá. Pude ver como Juuzou tomó mi rostro acercándose a mis labios.
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Les dejare este lindo Meme que me define en todos los sentido (y años despues sigue haciendome honor ese meme)
