Capítulo 27

1.5K 98 6
                                    

 Todo estaba bien, la alegría irradiaba en la familia Jauregui, el amor y la unión que tenían era algo maravilloso, casi inigualable, su relación era especial, el lazo que los unía era irrompible, Camila en unos pocos días logró integrarse, incluso ya se sentía parte de ellos, era la primera vez que de verdad se sentía en familia, ya que ella a pesar de tener una madre, jamas habia podido compartir con ella un momento así, y a esto se le sumaba que estaba compartiendo una de la más hermosas experiencias al lado de su novia, ella era responsable de todos los momentos gratos, aunque fuesen pocos, se había convertido en los mejores, ellas no podían estar más felices y enamoradas, era realmente perfecto, esos momentos los atesoraria por el resto de su vida, porque sin duda nunca olvidaría lo que pasaría solo unos segundos después...

 Y sin previo aviso, de la forma más arbitraria posible, tan brutales y despiadados como en una pelicula de accion, entraron derribando la puerta al menos unos 100 soldados Eczlanicos, acompañados por algunos soldados estadounidenses, todos en filas, haciendo estremecer la sala marchando y marcando fuertemente cada paso contra el suelo, con sus trajes especiales antimotines, apuntando con sus armas de alto calibre a todos los miembros de la familia Jauregui, incluyendo a Camila.

-TODOS CON LAS MANOS ARRIBA AHORA!.-Gritó el jefe al mando a cargo de la misión.

 Todos obedecieron aterrados, temblorosos y dejando salir algunas lágrimas del miedo, tan solo hacía unos segundos estaban pasando uno de los momentos en familia más hermosos que habían tenido en años, a pasar al momento más terrorífico e imborrable que los marcaría el resto de sus vidas.

-Por favor no nos hagan daño! Se los suplico.-Gritó Mike con lágrimas en sus ojos a quienes le apuntaban con sus armas.

-Si por favor! Hay niños aquí!.-Gritó Clara con la voz entrecortada y temblando.

-SILENCIO! NO QUIERO QUE NADIE HABLE!.-Gritó de nuevo el jefe al mando, haciendo estremecer a todos allí.

 Luego el hombre miró a todos en la sala y se dirigió a la persona por la que todo esto estaba sucediendo.

-Lauren Michelle Jauregui Morgado, queda usted detenida, y tiene derecho a guardar silencio.-Dijo el jefe en mando esposando a una asustada y sollozante Lauren.

-NOOO! Sueltenla! Ella no ha hecho nada!.-Gritó Camila llorando, tratando de alcanzarla, pero fue detenida de inmediato por 4 soldados.

-SUELTEN A MI HIJA DESGRACIADOS! ELLA NO HA HECHO NADA MALO!.-Gritó Mike siendo sujetado por 4 soldados también.

-SUELTEN A MI BEBE! ES INOCENTE!.-Gritó Clara desesperada, tratando de alcanzar a su hija, sintiendo un dolor tan intenso que solo una madre podria sentir, pero sus suplicas fueron reprimidas cuando 2 soldados la sujetaron con fuerza, sin dejarla moverse.

-HE DICHO QUE SE CALLEN!.-Gritó el jefe al mando, haciendo que obedecieran nuevamente, aunque todos estuvieran muertos de miedo, su autoridad era inquebrantable.

-Y usted princesa, está en graves problemas, su madre la Reina me ha enviado a buscarla, así que nos vamos justo en este momento.- Dijo dirigiéndose a la asustada princesa, mientras la tomaba del brazo para sacarla de allí.

-Suélteme no quiero ir a ningún lado! Yo quiero estar con Lauren!.-Gritó Camila llorando mientras era arrastrada a la fuerza hacia las afueras de la casa.

 Lauren estaba esposada, sin poder hacer nada, aunque quisiera, no tenía la fuerza suficiente para zafarse de esa situación, esta vez no pudo salvarla, lo único que pudo hacer fue observar cómo se llevaban injustamente a su novia a la fuerza, mientras lloraba y suplicaba estar con ella, hacía tan solo uno segundos estaba entre sus brazos sintiendo el cielo en la tierra, pero ese hermoso momento pasó de ser el paraíso al mismísimo infierno, y no hacia mas que quemarse, verla marcharse, sin poder decir adios, ver cada unas de sus lágrimas caer a la distancia sin poder consolarla, ni decirle que todo estaría bien, sin saber que pasaria con ella, o que seria de sí misma después, parecía arder, y el fuego no hizo más que avivarse cuando esos hombres se llevaron a su princesa en una camioneta negra, sin saber a dónde irían a parar, y ella ni siquiera pudo decirle lo mucho que la amaba, al menos por última vez...

-SUELTENME! SUELTENME! HIJOS DE PERRA!.-Gritaba Lauren mientras se resistía a subirse a la camioneta de la guardia, pero su esfuerzo fue en vano, ya que la hicieron entrar de todas formas.

-ESTO NO SE QUEDARÁ ASÍ!.-Gritó Lauren a través de la ventana a los soldados que aún estaban afuera.

-Tiene derecho a guardar silencio!.-Le gritó un soldado mientras metía la cabeza de Lauren nuevamente en el auto, cerrando la puerta.

 Y asi como vinieron, se fueron, los demás soldados dejaron en libertad a la familia Jauregui, para subirse a su transporte oficial, y marcharse, sin dejar ningún rastro, lo único que dejaron fue el más agrio sabor de boca que jamas podrian haber probado, todos estaban aterrados y confundidos, no sabían qué hacer, ni a quién pedir ayuda, ya que el cuerpo de seguridad donde podían recurrir era el mismo que se había llevado a Lauren, todo era tan oscuro, tan confuso, tan imborrable, era como una repentina y torrencial tormenta, y que lamentablemente apenas acababa de empezar.

Como Una Princesa Debería SerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora