Capítulo 34

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  Al día siguiente, Lauren pudo despertar tarde, lujo que no podía darse a diario, solo en su dia libre, mas sin embargo fue muy bien aprovechado, tuvo la libertad de ir al cuarto de baño y darse una ducha completamente sola, era extraño que con aquella acción se sentía libre, y justo en ese momento se detuvo a pensar mientras el agua caía recorriendo su cuerpo...

-En esto se ha convertido mi libertad? -A esto es lo que debería llamar felicidad?

 Aquellas preguntas hicieron a Lauren aumentar su inseguridad, la que escondía por temor a decepcionar a su amada, quizás fue el más grande error que cometió mientras estuvo en el castillo...

 Cuando terminó su refrescante ducha, fue a vestirse con la ropa que claramente había sido elegida previamente, en su closet la ropa estaba clasificada específicamente para cada dia de la semana sin excepción, para ella era todo un castigo renunciar y usar aquellas monótonas prendas de colores pasteles a diario, ya que su forma de vestirse era lo que expresaba la mayor parte de su personalidad, y quitarle aquel privilegio era como quitarle gran parte de lo que era.

A pesar de la tortura de la ropa, decidió ir a desayunar, en su dia libre comía en la cocina, donde aprovechaba de compartir con algunos empleados, ella cruzaba esa línea de amo y dueño, que aún Camila no cruzaba, pero incluso por ello era reprimida, las clases sociales en el castillo no podía mezclarse, aquello era algo más que impensable, pero como ninguna autoridad la vigilaba en aquel momento, aprovechó para conversar amenamente con las sirvientas, incluso compartió su desayuno con ellas, pero el compartir no duró mucho, ya que tuvo que atender una llamada que estaba evitando desde que llegó al castillo, y ya no podía evitarla mas, ya no había más prórrogas...

-Hola Maverick.

-Hola Lauren, por fin contestas, me has estado evitando todo este tiempo.

-No, no es asi, solo estuve pensando y meditando lo que haré.

-Me alegra saber eso Lauren, porque es tiempo de que me digas que harás con tu vida, tu próximo disco ya está casi listo, será unos de los mas esperados del año, este será tu gran regreso al mercado de la música, entiendes eso?

-Si, lo entiendo perfectamente y creeme con eso que acabas de decirme, no me ayudas con mi decisión.

-Pues debes tomar una decisión pronto Lauren, hay mucho en juego que perder, además recuerda que tienes un contrato musical que debes cumplir.

-Lo sé, lo sé, y lamento si lo incumplo, pero ahora estoy con Camila, y pertenecer a la casa Real, me impide seguir con la música, aunque sea duro para mi.

-Es en serio Lauren? Abandonarás tus sueños por perseguir los de tu noviesita?

-Más respeto, estas hablando de la Reina de Eczlania, y si eso quieres oírme decir, pues lo diré, si, renunciare a todo eso por ella.

-Entiendo, esta mas que claro, así que solo queda anular el contrato.

-Lamentablemente asi es, pero no puedo viajar a América en estos momentos.

-Es lamentable, tu misma lo haz dicho, y no te preocupes, enviaré a algunos abogados hasta el castillo personalmente para que firmes desde allí la anulación del contrato.

-Esta bien.

-Bueno, es todo, pero antes de despedirme, te dire que estas cometiendo el peor error de tu vida, adiós Lauren, fue un gusto hacer negocios contigo.

 En cuanto finalizó la llamada, Lauren arrojó su celular al suelo con fuerza, y con ello desquito un poco la impotencia que sentía, había renunciado a sus sueños en ese momento, a lo que soño de pequeña, por lo que había luchado tanto al principio cuando nadie creyó en ella, había abandonado lo que más le hacía feliz, sentía que se había traicionado a sí misma, y para ella eso fue llegar a su limite, asi que con prisa fue a buscar a Camila para decirle lo que verdaderamente sentía de una vez por todas, la busco por doquier, recorrió cada rincón del castillo y no la encontro, hasta que por fin la halló en el salón de música donde la menor había decidido pasar el tiempo tocando el piano y cantando, Lauren la vio mientras había iniciado una canción muy particular, y a pesar de la ira que cargaba, oírla cantar tan melodiosamente aquella letra, la hizo relajarse y tranquilizarse como por arte de magia, quizás también le ayudó a relajarse el gran recorrido que hizo, no podria estar segura pero aquello fue tan armonioso que solo se quedó mirándola desde el marco de la puerta, mirando con gran entusiasmo a su amada cantar....

Como Una Princesa Debería SerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora