Capitulo 46

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Aquella noche estrellada y fría, había media luna, pero parecía brillar mas de lo normal, aunque luciera triste y solitaria, la luna parecía estar esperando con ansias la llegada del sol, ya que las horas pasaron como palpitar de colibrí, pronto la luna y el sol cruzarían su caminos de nuevo, por un instante, se daría ese inusual encuentro, al cual llamaban, eclipse...


...


Lauren por fin logro estabilizarse, y recobro la normalidad, se puso de pie, pero en ningún momento dejaba de mirar a aquella chica que alguna vez fue dueña de sus mejores sonrisas y anhelos, pero la normalidad duraría poco, en cuanto aquella morena de hermosos ojos café se dio la vuelta, y sus miradas se cruzaron de nuevo... La luna y el sol, se encontraron de nuevo.

La joven Reina a pesar de estar muy bien acompañada, también tuvo una reacción bastante evidente al encontrarse con la mirada de aquella ojiverde, que alguna vez amo con cada cubículo de sangre en su sistema, no era para menos, hacia mas de 3 años que no le veía, fue algo que realmente la dejo sin aliento.

Como era de costumbre protocolar, su alteza debía saludar a todos allí presente, y era nada mas y nada menos que el turno de Lauren Jauregui, trataría de ser lo mas profesional posible, aunque le resultara casi imposible.

La chica de tez pálida, junto a su asistente se acercaron a ella y su acompañante, dieron una respetuosa reverencia para luego tratar de establecer una protocolar conversación.

-Un gusto tenerle aquí, su majestad.-Dijo Lauren mirando a la Reina directamente a los ojos, invadiendo por completo el respeto por el contacto visual.

-El gusto es nuestro.-Replico la Reina Camila, firme, aunque nerviosa ante la mirada penetrante de la pelinegra.

-Un placer en conocerle señorita Lauren.-Dijo extendiendo la mano el acompanante, quien se presento solo.

-El placer es mio y disculpe usted mi ignorancia, pero usted es...?.-Pregunto con curiosidad la pelinegra, y a su vez con algo de celo.

-No es problema, soy Sir Nicholas, príncipe de Johannesburgo, próximamente Rey de Eczlania.-Dijo con gran orgullo el chico Real.

Lauren abandono por completo aquella sonrisa falsa que tenia, al conversar con aquel semejante personaje, y opto por una expresión seria con algo de indignación. No podía creer lo que había escuchado, fue como un golpe directo a su álter ego, era correcto sentirse de esa forma aun después de tanto tiempo? No estaba segura, pero no podía evitarlo.

-Bueno, fue un gusto saludarle señorita Lauren, ahora continuaremos con los saludos.-Dijo el joven principe antes de retirarse junto a Camila.

Por mas que Lauren quisiera detenerla, no podía hacerlo, no seria correcto, así que solo se conformo con verla marcharse, mientras sus miradas se encontraban por una ultima vez.

La noche para los demás invitados quienes disfrutaban parecía volar, pero para la ojiverde parecía un eterno castigo, ya que moría por hablar con Camila a solas, aunque sea unos minutos, solo quería comprobar si aun era quien recordaba. Para la morena, las cosas no fueron del todo divertidas tampoco, también la curiosidad la invadió, quería charlar con aquella pelinegra, saber un poco de ella, o tan siquiera poder mirarla sin que se tornara incomoda la situación, y fue entonces cuando ambas buscándose entre la multitud con la mirada, se encontraron, se miraron solo unos segundos para luego apartar la mirada debido a la incomodidad que causaba, pero no paso mucho tiempo para que volvieran a verse, para luego disimular y mirar a otra parte. Después de unas cuantos cortas miradas, empezaron a acostumbrarse a la mirada de la otra, y se miraban con menos discreción cada vez, Lauren no desperdiciaba sus vistazos al verla de arriba, abajo, detallando cada parte de su cuerpo, a Camila le resultaba algo vergonzoso, se sentía invadida, pero lo permitía, incluso ella se permitía mirarla de la misma forma que su cómplice, cosa que encontraba completamente placentera. Al cabo de unos cuantos minutos de largas miradas, algunas sonrisas y uno que otro güino, Lauren le hizo senas de ir al baño, ella pareció comprender, así que en cuanto la pelinegra se dirigió a dicho lugar, espero un poco para luego ir ella...

Como Una Princesa Debería SerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora