Parte 12 Eve

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―Mmmmm. Caviar―dice Aislin.

Es una de sus frases.

Es tarde ya, y Solo acaba entra en mi habitación. Sostiene el bolso de mano de Aislin.

Aislin no tiene una función de auto-edición, así que es incapaz de no decir siempre lo que está pensando.

―¿Disculpa?―dice Solo.

―Es caro. Es... delicioso. Y podría comerlo con una cuchara.―Está empezando a ronronear, lanzando su cabello al aire, usando una voz aterciopelada, una que trae una expresión de alarma al rostro de Solo. Probablemente no está acostumbrado a chicas como Aislin. Ahora que pienso en ello, casi nadie es como Aislin porque hay sólo una Aislin.

Dios, la he echado mucho de menos.

―Déjalo en paz, Aislin―le digo suavemente. ¿Qué puedo decir? Me gusta la chica. Ella es mi polo opuesto.

―Oh, ¿es tuyo, E. V.?―Aislin pregunta inocentemente.

Está aproximadamente a seis pulgadas de distancia de Solo.

―¿Puedo por lo menos quedarme... las sobras?

Aislin es alta, más alta que yo, y yo no soy pequeña. Lleva unos pantalones cortos que, si fueran más cortos, podrían calificar como la parte inferior de un traje de baño, además tiene como una milla de piernas. Su camiseta bien podría ser pintura de aerosol.

Tiene un lacio, corto y elegante cabello cobrizo; ojos estirados hacia arriba, que le dan una exótica mirada felina.

Y senos que se despliegan con un efecto absolutamente cínico, pero devastador.

Me amo a mí misma y a mi cuerpo y estoy orgullosa de ser quien soy, bla, bla, bla.

Pero hay momentos en que me dan muchas ganas de tener el cuerpo de Aislin y su audacia.

Ella no conoce el miedo.

No, eso no es cierto. No demuestra miedo.

―Tu bolso,―dice Solo, echándose hacia atrás con los ojos muy abiertos y la voz un poco temblorosa.― Es eh... seguridad... ya sabes.

Me lanza una mirada de pánico.

Me encojo de hombros. No te voy a rescatar, amigo. Bajo mi cabeza para ocultar una anticipada sonrisa, porque sé lo que viene.

Aislin toma la bolsa de Solo, pero antes de que pueda escapar, ella pone una mano en su muñeca. Abre la bolsa y examina su contenido.

―Así que supongo que tomaron mi petaca22.

―Dijeron algo acerca de que sus propiedades personales le serán devueltas cuando se marche.

Buen chico, Solo: una oración completa.

―¡Espera!―dice Aislin. Busca dentro de la bolsa y entonces, sí, saca una larga cadena de preservativos.―Al menos―dice―, no se llevaron nada de lo que realmente... necesito.

Un extraño sonido quejoso proviene de Solo. Él huye de la habitación.

Aislin se ríe, encantada. Se posa en el borde de mi cama y yo digo:―Eres una perra.

―Lo sé, ¿acaso no lo soy?

―No tienes idea de lo mucho que te he extrañado―Suspiro.― Echo de menos todo. Extraño las asignaciones. Extraño el muy especial hedor del vestidor de chicas.

―Nerd. La escuela acaba en pocos días, de todos modos. Te permitirán recuperarte en otoño.―Aislin me acaricia la pierna― ¡Oh, mierda, lo siento! ¿Te he hecho daño?

Eve & AdamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora