Parte 13 Solo

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Así que, ella tiene una amiga. Definitivamente no es la clase de amiga que yo hubiera esperado.

Interesante.

Miro desde el final del pasillo cómo Eve y Aislin se dirigen hacia el elevador. Aislin empuja la silla de ruedas a gran velocidad. Eve se desmorona de risa.

Hombre, tiene una risa grandiosa.

¿Cómo hacer esto sin ser obvio? No es tonta, Eve sabrá que estoy tratando de conocerla si me sigo cruzando accidentalmente con ella.

Necesito conocerla, al menos un poco. No como chica, por supuesto −aunque ella definitivamente es, bueno, eso−. Pero, ese no es realmente el punto.

Estás tan lleno de mentira, Solo. Claro que es parte de esto. ¿Por qué no eres honesto contigo mismo y admites que es parte de esto?

Sí, está bien, sí necesitas llegar a conocerla para decidir si puede o no ser útil. Pero amigo, Solo, amigo: no es solo por eso.

Decido dejarlo pasar. Dejar que Eve y su amiga tengan algo de tiempo. No necesito apresurarme ahora mismo. Además tengo trabajo que hacer.

Las veo irse.

Maldición.

No me gusta que estén aquí. He vivido hasta ahora sin los llamados compañeros. Tengo algunas personas con las que hablo en línea. Seres humanos de mi misma edad, realmente no es importante.

Y aun así no puedo resistir la atracción magnética mientras se dirigen al elevador.

Las puertas del elevador se cierran.―Maldición,―digo, resistiendo mi deseo de golpear algo.

Mi teléfono vibra con un mensaje de texto. Es trabajo, por supuesto. No es como que mis veinte amigos más cercanos tengan mi número. Debe ser alguien necesitando un buñuelo, o algunos instrumentos que necesiten pasarse por la autoclave, o alguien quiere que vaya al estacionamiento a buscarle algo al que olvidó en su auto. En teoría podría ser uno de mis profesores en línea, pero eso es improbable: Voy bien con mi tarea. No es un esfuerzo.

Veo la pantalla: Tommy Tatuajes quiere un cappuccino y una rosquilla de semilla de amapola.

Gruño, me dirijo hacia el elevador. Presiono el "7" y soy llevado a "La Fusión" el increíble lugar donde los Grandes Cerebros la pasan. Es una amplia zona abierta, −podrías aparcar un avión de pasajeros aquí− pero está distribuida en cápsulas de trabajos móviles.

Es como que tomaron los cubículos de cada oficina aburrida de la tierra −una pared, el escritorio, una silla y todo eso− y los manipularon para que pudieran ser movidas.

Cada estación de trabajo tiene un motor eléctrico y cuatro ruedas de nylon. Se alinean en grupo, luego se separan y se vuelven a formar en grupos diferentes. Nunca sabes dónde cada individuo "Cerebrito" puede estar con sólo dar un vistazo, pero tenemos una aplicación que muestra sus localizaciones. Sé que Tommy Tatuajes, el sabelotodo bioquímico de Berkeley, está en el grupo J-7.

En la cocina, tomo un carrito de café. Tiene cafeína en varias formas, té hierbas orgánicas, rosquillas, muffins, barras energéticas. Este no es mi trabajo, pero no me importa cubrir al chico que lo hace. No hay mejor forma de enterarse de lo que está pasando, que siendo un peón que todo el mundo ignora. Si eres el chico del café, se asume que no entiendes nada de lo que hay en las pantallas de las computadoras, demostraciones holográficas, y ocasionalmente la pizarra de la vieja escuela.

En un lugar donde todos piensan en sí mismos como Grandes Cerebros, un tipo que sirve copas de frutas es invisible. Nadie nota que cuando supuestamente reviso mi correo en mi teléfono, en realidad estoy tomando una foto o tocando el botón de grabado de voz. Tengo una excelente memoria, y eso ayuda bastante, también.

Hago una pausa y tomo un trago de mi botella de agua. Karen, una de las bioquímicas asistentes de investigación, toma un queso Danés de mi carro.―¿Tuviste un ascenso?―pregunta. Me encojo de hombros y sigo adelante, mantengo mis ojos abiertos. Es difícil robar información aquí, muy difícil. Pero no imposible.

Mi mayor problema: en Biofármacos Spiker, no tenemos nubes de datos.

Es algo de seguridad. Todos suben información a la nube. Ahí es donde la gente tiene sus fotografías, tonos, manuscritos, lo que sea. Pero Spiker no es "lo que sea" así que cualquier dato de Spiker va estrictamente a los servidores.

Sin quemador de CD's. Sin puertos USB para memorias.

Lo que hace que para mí sea muy complicado robar información. Y aun así...

Hay un archivo en la nube. Lo logré encriptar tan pesadamente que ni la CIA podría ingresar. Las personas normalmente usan de cuatro a

cinco caracteres en su código de seguridad. Mi código es de treinta y dos caracteres.

Me consuelo a mí mismo sabiendo eso mientras camino hacia Tommy.

―¿Rosquilla y cappuccino verdad?―pregunto.

Está alrededor de los treinta, cubierto de tatuajes en todos lados menos en sus manos, cuello y cara. Incluso en su frente tiene la palabra "Pixies"−una banda de rock alternativo− en letra gótica.

Tommy piensa que es un tipo genial. Es bueno conmigo, en la forma condescendiente en que una persona que siempre ha sido el chico más inteligente en la sala es con alguien a quien ve como inferior.

―¿Semillas de Amapola?―pregunta.

―Semillas de Amapola,―le confirmo.

Toma la comida, suspira, y sacude su cabeza. –Oye, chico. ¿Has conocido a la chica?

Supongo a cual chica se refiere, pero necesito hacerme el tonto. –¿Qué chica?

―La chica. La hija. No sé su nombre.

―¿Te refieres a Evening Spiker? Sí, la conocí.

Me mira dubitativamente. Está juzgando si puedo contestar su siguiente pregunta. Se está preguntando si incluso comunicarse conmigo es una pérdida de tiempo.

―¿Qué hay de ella? ¿Es brillante? ¿Estúpida? ¿Qué?

Me encojo de hombros. Sólo soy un pasante y eso es lo que los tontos jóvenes hacen.―Luce bastante inteligente, supongo, ¿por qué?

Sacude su cabeza, irritado. Las preguntas se suponen que van en una sola dirección. Pero él es Tommy Tatuajes, así que tiene que mantener su reputación de no ser un cretino.―La jefa le asigna tareas. En algo mío. Hora de principiantes.―Sus ojos parpadean rápidamente, ha dicho demasiado, estuvo tan cerca de criticar a Terror Spiker.

Me encojo de hombros otra vez.―No puede estar haciendo mucho. Está bastante jodida.

―Sí, tal vez―dice Tommy confidencialmente―, pero supongo que se recuperará increíblemente bien.

―Eso espero,―digo. Y pienso: sí, ella se recuperará increíblemente. Y gracias por confirmar que sabes eso, chico Semillas de amapola.

―De todos modos, no es nada.―Agrega Tommy.―El software con el que está jugando es solo un widget que hice una noche cuando estaba bastante drogado.

―Terra se lo estaba enseñando esta mañana―le digo― ¿Proyecto 88 y algo?

―Sí,―Tommy da sorbos a su cappuccino.― Sí, como dije, es mierda. Un pedo del cerebro.

―¿Otra Rosquilla?―le pregunto.

―Nah.

―Hasta luego, entonces.―Me voy rodando el carrito.

Un pedo del cerebro.

Lo que digas, Tommy.

Sé una cosa o dos acerca del proyecto 88715, y es un montón más que solo un widget educativo que te tiraste después de un par de fumadas.

Es más que una hebra brillante de ADN en un monitor gigante.

Más que un juguete que Terra está usando para mantener a Eve ocupada.

Esto es lo que ya sé: Cuando Tommy y los Grandes Cerebros hablan en susurros distorsionados, acerca del Proyecto 88715, lo llaman algo más.

Lo llaman el "Proyecto Adam".

Eve & AdamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora