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Anahí estaba completamente inducida por la canción que sonó en la radió.

(Warcry-La vida en un beso)

- ¿Te gusta? *Le pregunté sin alejar mi vista de la calzada*

- Sí, esta linda la letra. ¿A ti no te gusta?

- Me sorprende que te guste este estilo, y ciertamente si me gusta, pero lo justo. Es decir, no me encasillo en un solo estiló.

- No suelo oír este tipo, pero en la radió sale mucha música de estilos variados y diferentes épocas. Y así descubro si me gusta tal canción o no, para mi estilo y época es algo que no importa, para mi es la letra y el ritmó.

Anahí:

Llegamos al bar y después de tener el pedido en la mesa empezó a mirarme, cosa que me hizo sentir vergüenza y puedo jurar que hasta me saco los colores. Mi instructor, ahora que me fijaba bien, era bien guapo, joven y sexy, seguro que tiene mil chicas atrás de él. Se le ve maduro, responsable, serio, pero a la vez trasmite dulzura en la mirada, mirada que cuando me hablaba esquivaba, me daba tanta vergüenza saber que me miraba.

Terminamos de comer y me soltó en el portal de mí piso. Nos despedimos con dos besos y quedando en una hora exacta para ir al parque mañana. Entré en mi apartamento y me moría de cansancio, y más al acordarme que en medía hora tenía que ir a cuidar a un niño de dos años, pero bueno al menos este trabajo me permitía jugar con Adán. ¿A quién no le gusta estar en casa tirada en el suelo jugando con coches?

Llegué a casa de Margarita, la cual me dejo de inmediato con Adán, corrí a la sala de juegos, y al verme dio un ultra saltó y corrió hacía mis brazos, para después ir al lugar donde estaba el pequeño y nos pusimos a jugar con los cochesitos de metal.

- ¿Podemos ir a comprar doritos?

- Claro Adán, vamos.

Salimos a por unos doritos, el pequeño andaba dando brincos, y sonreía enormemente. Me encantaba ser niñera. Ver la inocencia, la felicidad que tiene un crío, y sobre todo este, era super bueno.

Entramos en el supermercado y fuimos al apartado de las papas fritas, doritos, fritos, palomitas, kikos, pipas, etc. Eso era como estar en el mismo cielo.

- ¿Con el hermanito? *La voz de Chris sonó a mi espalda, cuando andaba agarrando unas pajitas de kétchup para Adán, mientras el pequeño fue a por los doritos*

- No, no es mi hermano. *Dije dándome la vuelta con el paquete en las manos*

- ¡Ah! Vale, es tu hijo. *Dijo rectificando*

- No, sólo es el niño que cuido. *Le sonreí amablemente*

- No doy pie con bola. *Se rascó nervioso su nuca*

Estaba realmente guapo con unos vaqueros, y la camisa por fuera. Estaba como mas relagado, o eso me dio a entender su expresión, o me monté mi película y lo noto así por la ropa. Lo envidió yo quería ponerme algo mas cómodo.

- Sí, eso parece. No tengo novio, mucho menos hijos.

- Para ser madre no hace falta ni tener, ni haber tenido pareja.

- No, no. Hay que hacer las cosas bien. *Le respondí agarrando los paquetes que me entregó Adán*

- ¿Como es eso? *Se cruzó de brazos*

- Tener novio, prometerme, casarme, vivir juntos y tener hijos. Lo normal.

- Hmm, planificas tu vida.

- ¿Tu no? *Le pregunte, mientras Adán apoyó su cabeza en mi cuerpo, abrazandome con cariño*

- No, lo único que mas o menos planifico es las cosas del bufete, osea, los casos que me asignan, o que me piden los clientes. No planifico cuando tener o no tener pareja, o cuando estar con una chica. Las cosas no siempre sale como uno sueña. Carpem Diem.

Mi Amor por ti es Eterno. Por Siempre Tú & Yo, Mi Amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora